Albert Einstein, absoluto

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Cuando Albert Einstein y el comediante inglés Charles Chaplin se encontraron por primera vez, ya se habían transformado en los dos más populares hombres del mundo. El encuentro entre ambos se dio en enero de 1931, en Los Angeles. Chaplin sabía que el científico alemán que era mundialmente famoso hace 16 años por el descubrimiento de la Teoría de la Relatividad quería conocerlo y lo invitó a la premier de la película Luces de la Ciudad, uno de los mayores sucesos cinematográficos de su prolija carrera. Chaplin recibió a Einstein en la puerta de Los Angeles Theater y los dos fueron saludados por un centenar de personas que ese momento se encontraban en las puertas del Teatro. Mientras ambos caminaban a la platea, Chaplin tomo del brazo  a Einstein y le dijo: “Ellos nos aplauden por dos motivos diferentes. A mí porque entienden todo lo que hago sin hablar y a vos porque porqué no entienden nada de lo que dices”.

Pasados 100 años desde que Einstein presentó al mundo los estudios que complementaron de manera definitiva su revolucionaria Teoría de la Relatividad, la frase de Chaplin todavía se mantiene más actual que nunca. Son pocos los que de hecho comprenden la teoría que prueba que tanto el espacio como  el tiempo no son absolutos y fijos, sino que sufren una influencia directa de la velocidad y la gravedad de cuerpos con grandes masas., como planetas y estrellas. Para la mayoría de los mortales, se trata de fórmulas complejas cuyos resultados llevan a conclusiones algo abstractas.

La propia Teoría de la Relatividad General, presentada por Einstein en 1915, solo fue de hecho, aceptada por la comunidad científica en 1919. Ese año, un grupo de astrónomos ingleses fue a la isla africana de Santo Tomé y Príncipe y a la ciudad cearense de Sobral para observar la posición de una estrella durante un eclipse solar. De acuerdo con la teoría de Einstein, la posición aparente de la estrella, aquella que es vista desde la tierra iría a variar por la influencia del campo de gravedad del Sol (vea el recuadro). El físico alemán dijeron los astrólogos estaba en lo correcto y Einstein fue levantado al lugar de una de las primeras figuras pop del siglo XX, a pesar de que muy pocos o casi nadie era capaz de entender sus ideas.

Desde entonces millares de experimentos científicos han sido realizados  en todo el planeta en la tentativa de encontrar al menos un error, una falla mínima en la teoría desarrollada por Einstein. Incluso con todos los avances tecnológicos, nuevos equipos de precisión o telescopios poderosos, nadie ha sido capaz de encontrar agujeros significativos en la Teoría de la Relatividad General. Se trata de un hecho impresionante. Después de 100 años es importante recordar que la búsqueda de experimentos que contradigan los descubrimientos de Einstein es un proceso normal en el mundo científico. A partir de ellos, sería posible identificar  nuevas posibilidades y escenarios todavía no imaginados.

Hay quienes garantizan que se aproxima cada vez más el momento en el que la teoría de Einstein hace un siglo será finalmente derrumbada. El principal campo donde esto debe ocurrir es en la física cuántica, área en la que Einstein fue uno de los precursores. El nombre de esta ciencia que estudia los eventos que suceden en las capas atómicas y subatómicas, o sea entre las moléculas, átomos y partículas menores fue dado a conocer precisamente por el físico alemán  en estudios desarrollados por él después de la Teoría de la Relatividad Restricta, en la primera década  del siglo XX.

Cuando eso sucederá es algo que nadie se atreve a decir porque la brillantez de las conclusiones de Einstein no será derrumbada. Su teoría es considerada una de las más perfectas de la historia científica y sólo con los descubrimientos de este físico alemán al que le gustaba sacar la lengua será posible realizar hallazgos tan fascinantes como los de él. Einstein no estaba equivocado.