Divide y conservarás: reclasificar a los tigres para evitar su extinción

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Foto: Marvin Recinos/Agence France-Presse — Getty Images

Menos de cuatro mil tigres viven en estado salvaje. Una nueva investigación intenta que los conservacionistas entiendan mejor la genética de estos animales para poder salvarlos.

Después de años de debates, un grupo de científicos publicó un artículo en la revista Current Biology en el cual se afirma que los tigres se dividen en seis subespecies únicas. Una de esas subespecies, el tigre del sur de China, solo sobrevive en cautiverio.

“Los resultados que se presentan en este artículo son importantes porque contradicen las clasificaciones internacionales de conservación actualmente aceptadas para los tigres”, comentó Uma Ramakrishnan, ecóloga molecular del Centro Nacional de Ciencias Biológicas en Bangalore, India, que no estuvo involucrada en el estudio.

Un sistema que hace poco propusieron algunos científicos para clasificar a los tigres del mundo en dos subespecies perjudicaría a los que quedan en vez de beneficiarlos, señaló Shu-Jin Luo, genetista de la Universidad Peking que encabezó el estudio. Para conservar la diversidad genética de los tigres, se tendrán que tomar en cuenta todas las subespecies restantes, afirman Luo y sus coautores.

“Si se piensa que todos los tigres son homogéneos en términos genéticos, se podría decir que, si perdemos al tigre de Amur, aún quedaría el tigre de Bengala, y no hay problema porque son muy similares”, recalcó la especialista. “Pero eso no está bien porque ahora sabemos que los tigres no son todos iguales”.

Luo espera que sus hallazgos terminen con el debate de décadas sobre el número de subespecies de tigre que existen: seis, cinco o dos. En 2004, con base en análisis genómicos parciales, Luo y sus colegas presentaron por primera vez una investigación que demostró que hay seis subespecies vivas de tigres. No obstante, otros investigadores pronto cuestionaron los hallazgos.

El último análisis confirmó seis subespecies vivas: los tigres de Bengala, Amur, sur de China, Sumatra, Indochina y Malasia. Los científicos también creen que tres subespecies adicionales ya están extintas: los tigres del Caspio, de Java y de Bali, los cuales se describieron en la década de los treinta.

La distinción entre especie y subespecie a veces es confusa. Aunque dos subespecies diferentes se pueden aparear y producir crías viables, las subespecies suelen estar separadas por hábitats distintos, adaptaciones ambientales diferentes y características morfológicas y genéticas particulares. Según muchos investigadores, las subespecies son peldaños evolutivos intermedios en el camino hacia las especies completamente formadas.

Armados con tecnologías genómicas más asequibles y robustas, Luo y sus colegas fortalecieron sus hallazgos originales. Antes, solo habían secuenciado un genoma completo de tigre. En el nuevo estudio, los investigadores realizaron el análisis de la secuencia del genoma completo de 32 especímenes de tigres salvajes de todo el mundo. Un análisis estadístico de 1,8 millones de variantes de ADN en todos los genomas de los especímenes de tigre dio como resultado seis subespecies distintas.

“Aunque los métodos genómicos se han utilizado de forma extensa en humanos y modelos de organismos, se ha explotado poco su uso en el estudio de especies en peligro de extinción”, comentó Ramakrishnan.

El análisis también ofreció una mirada a la historia evolutiva de los tigres. La evidencia fósil indica que el depredador evolucionó hace unos dos millones de años en Asia. El nuevo estudio reveló que las subespecies compartieron un ancestro común por última vez hace relativamente poco, más o menos hace 110.000 años, lo más probable es que haya sido en los territorios actuales del sureste asiático y del sur de China. Cuando el clima cambió, los tigres se expandieron a India, en el oeste; a China y Siberia, en el norte, y a Indonesia y Malasia, en el sur.

En las decenas de miles de años que han pasado desde entonces, los tigres han evolucionado en subespecies con distintas características genómicas. Por ejemplo, los investigadores encontraron que los tigres de Sumatra -los cuales viven en una sola isla de Indonesia y fueron los primeros en separarse de la otra subespecie- poseen genes asociados con tamaños de cuerpo más pequeños en relación con la mayoría de los tigres en el continente. Esto coincide con las observaciones morfológicas y las expectativas ecológicas, señaló Luo.

“En India y Siberia, los tigres cazan grandes ungulados, pero en Sumatra dependen más de los jabalíes y los venados pequeños”, mencionó Luo. “Tiene sentido que las presas más pequeñas ejerzan presión en la selección de los tigres más pequeños”.

Se estima que hace un siglo unos cien mil tigres merodeaban por las selvas, los pantanos y los pastizales de Asia. Sin embargo, la caza furtiva, la destrucción de su hábitat y las muertes por venganza han generado una espiral descendente en su población; en la actualidad, hay más tigres en cautiverio que en estado salvaje. Los tigres ya desaparecieron de Camboya y Vietnam, y se piensa que tan solo unos pocos individuos aislados sobreviven en estado salvaje en Laos y China.

Ullas Karanth, director de ciencia de Asia de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, alabó el nuevo estudio porque representa un avance en la comprensión científica de la genética de los tigres, pero cuestionó la viabilidad de salvar a las seis subespecies. “Las cifras de todas las subespecies, a excepción de las indias y las rusas, son demasiado reducidas”, comentó.

En la actualidad, las poblaciones de tigres con una probabilidad razonable de supervivencia ocupan apenas alrededor de un 10 por ciento de su hábitat potencial, y la presión solo va en aumento, expresó Karanth. En vez de concentrarse en la genética, los esfuerzos para mantener y recuperar a los tigres deberían priorizar los sitios donde la conservación parece más realista y promisoria, señaló.

Sin embargo, los autores de la investigación argumentan que salvar de la extinción a los tigres también conlleva salvar su diversidad genética.

“Conservar este tipo de características genómicas es conservar la singularidad evolutiva que han acumulado los tigres a lo largo de miles de años”, mencionó Luo. “Debemos respetar esta singularidad maximizando nuestros esfuerzos para todas las subespecies de los tigres”.

 

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