Boliviano Eugen Gomringer, inventor de la poesía concreta

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La Poesía Concreta, es la denominación de una corriente literaria que a mediados del siglo pasado ocasionó en Europa una verdadera revolución literaria. Plantea la fusión de la estructura de la palabra con el contenido o significado. Una década después del nacimiento de esta nueva corriente estética, el famoso comunicador Marshall Mc.Luhan distinguía tres nítidos periodos en la historia de la humanidad: 1) la pre-escritura o de la prehistoria,

2) la escritura o de la historia y

3) la post escritura, en la cual nos hallamos, es decir la era del circuito electrónico y de las computadoras; de los chips, software y fractales.

Si hasta entrada la Edad Media la poesía estuvo hecha para ir de boca en boca por el pueblo y ser relatada por juglares (es decir, para ser escuchada u oída), a partir de la invención de la imprenta sufrió una mutación natural hacia la forma escrita o “leída”, aunque la noción “libresca” que identifica la poesía con la página impresa piense que sin ella no podrá subsistir.

Pero el ciclo evolutivo no se detiene, pues la poesía tiende cada vez más a ser “visualizada” o si se quiere “leída” como se ve un letrero de luces fluorescentes (anuncio de televisión, película, historieta, etc.), motivada en un acentuado incremento de la información que nos brindan los diversos medios de comunicación y el entorno. (Esto no tiene nada de extraño, pues si damos un ligero repaso a través del tiempo veremos que la poesía es muy anterior al invento de Gutenberg, hallándose en diversas civilizaciones del mundo testimonios en papiros, piedra, tablillas de madera o cerámica).

Esta novedosa corriente, tiende a liberar a las palabras dentro las cuatro márgenes de la página en blanco, donde por “correcta” construcción gramatical adquieren un comportamiento fijo y constante, unidimensional, con una lógica de “linearidad secuencial” que determina no sólo la forma de leer o escribir, sino también la manera de pensar.

Frente a la suposición de que hasta en nuestras conversaciones más simples nos comunicamos tal como si estuviéramos redactando un oficio o llenando un formulario, al otorgar a la poesía un dinamismo sustantivo de lectura simultánea, permite leer en ciertos casos de manera discontinua e irregular, o si es el caso, del final al principio o de abajo hacia arriba como en las escrituras orientales o árabes, sin que la poesía deje de ser poesía.

Como dijimos, la poesía concreta tendió un puente de transición hacia la poesía visual, en la medida que se vale de una estructura de símbolos y la asociación atípica de palabras. Ante todo, hay que recordar que las palabras también son símbolos que hemos codificado, signos a los que damos un contenido y una significación precisa, libremente aceptada por todos.

Diseñada así, más para ser más percibida que leída, aquí el ojo humano desempeña un importante rol que nos permite no solamente leer, sino también apreciar aquella extraña configuración verbal, siguiendo en su lectura un camino similar al de una exposición de pintura, como si cada página fuera un lienzo y cada poema un cuadro, descartando así los atisbos de una lectura discursiva, retórica o parnasiana.

El inventor de esta innovadora corriente poética a nivel mundial, es nada menos que el boliviano Eugen Gomringer, nacido en Cachuela Esperanza y residente en Alemania, que el día 13 de octubre recibió en la ciudad de Trinidad  por parte de la Universidad Autónoma del Beni el título “Doctor Honoris Causa”. Desde estas páginas expresamos al “Beniano Genial” -cuyo aporte a la literatura ha sido equiparado al de Picasso en la pintura- la más cálida congratulación por tan merecido homenaje que le tributa el legendario Moxos, Enín o Gran Paitití, a quien en la actualidad representa su mayor figura de proyección internacional.