Chile y Bolivia enrocan sus posturas por el conflicto marítimo

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Foto: L. SEVILLANO

El conflicto marítimo entre Bolivia y Chile no parece llegar a puerto. Tras declararse competente el Tribunal de La Haya el pasado 24 de septiembre para juzgar la demanda interpuesta por La Paz en la que exige que Chile negocie una salida al mar para Bolivia, ambos países se enrocan cada vez más en sus posturas. Chile continúa negando la posibilidad de que un organismo internacional se pronuncie sobre “situaciones que ya están resueltas por tratados internacionales”; mientras, Bolivia sigue entonando el Himno al mar en todos sus actos oficiales.

Chile presentó en 2014 una objeción preliminar a la Corte para intentar desestimar la demanda que había presentado Bolivia un año antespara reclamar el acceso al océano que perdió tras la Guerra del Pacífico, iniciada en 1879. La Moneda defendió entonces la falta de competencia de La Haya para juzgar un conflicto resuelto, según Chile, en el Tratado de 1904 que delimitó las nuevas fronteras entre los dos países y puso fin al enfrentamiento armado. Una postura que mantuvo el pasado lunes el subsecretario chileno de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, en una entrevista con EL PAÍS a su paso por Madrid: “Chile hará valer el Tratado de 1904”.

Tras el pronunciamiento del Tribunal, la presidenta Michelle Bachelet afirmó: “Ahora podremos aportar todos los argumentos que no correspondía esgrimir en la etapa preliminar”. Al preguntar por estos puntos a Riveros, el subsecretario aseguró que no le correspondía a él exhibir esos “elementos de fondo” y que “Chile no va a ceder por mandatos de instancias que escapan a la voluntad del país a cercenar parte de su territorio”.

Como ya hizo su presidenta tras el fallo de La Haya, Riveros recalcó la parte del pronunciamiento que beneficia a Chile: la Corte se declaró incompetente para dictar sentencias territoriales en este caso. Sí puede, sin embargo, fallar si es necesario un nuevo pacto entre ambos países. La conclusión del organismo tiene carácter vinculante, pero el subsecretario no quiere especular cuál sería el posible contenido de esa negociación que considera obligada. “No habría relaciones diplomáticas posibles en el mundo si todo lo que una parte diga a la otra, al final, termina convirtiéndose en obligación”.

Mientras, el Gobierno de Evo Morales presiona al canciller chileno, Haroldo Muñoz, para que deje que las cámaras bolivianas le entrevisten. Tras las críticas esgrimidas por algunos parlamentarios chilenos por la entrevista realizada el 26 de septiembre al portavoz de la causa boliviana en La Haya, Carlos Mesa, en la estatal Televisión Nacional de Chile, Bolivia no tardó en ofrecer la misma oportunidad al vocero de su contrincante. Aunque Muñoz aceptó la invitación y afirmó que “ya era hora” de que Bolivia tuviera este gesto, no ha respondido oficialmente al mismo. Un desliz que el Ejecutivo boliviano aprovechó el pasado lunes para ofrecer “un avión” al portavoz chileno para que pueda llegar a la entrevista.