El hallazgo del Odyssey y la reparación histórica

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Después de cinco años de informes, demandas, recursos y tribunales, el Estado español ha logrado que se le reconozca la propiedad del tesoro que transportaba la fragata Nuestra Señora de las Mercedes en 1804. Recién ahora en el país comienza a reivindicarse la propiedad de este tesoro, sobre el supuesto que esas monedas habrían sido acuñadas en la Casa de la Moneda de Potosí, luego de ser extraídas con la sangre y el esfuerzo de los trabajadores “mitayos”, explotados durante los siglos de la Colonia Española en los subsuelos de las minas argentíferas del reputado Cerro Rico, dando crédito al adagio “vale más que un Potosí”

Lo cierto es que España ha obtenido una victoria jurídica en el Tribunal de Tampa, Florida, Estados Unidos, frente a la empresa Odyssey Marine Exploration, que el 18 de mayo de 2007 había recuperado el tesoro de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804, frente a las costas de Portugal, consistente en seiscientas mil monedas de plata y oro avaluadas en quinientos millones de dólares.

Ante estos escenarios evidentes e inocultables, el Senador por Potosí, Eduardo Maldonado, solicita, de manera tardía pero mediática, informes a los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Culturas y a la Procuraduría para conocer las gestiones que realizó el Estado boliviano a fin de reclamar estas riquezas, sin olvidarse de recordar la leyenda aprendida en la pedagogía nacional que con la plata potosina pudo haberse construido un puente entre América y Europa, añadiendo una nueva dimensión fantástica y dolorosa sobre la edificación de un segundo puente transoceánico erigido “… con los huesos de los hermanos Mitayo sacrificados en esa inclemente labor de explotación en las entrañas del Cerro Rico”.

Más allá de las visiones míticas, novelescas o del tratamiento anticolonial que origina este asunto, que capta la atención pública desde una posición emocional y, por tanto, a partir de la consideración que es injusto negar la legalidad y pertenencia del tesoro encontrado por Odyssey a Bolivia u otro país de la región, únicamente desde la base de la reparación histórica, es necesario situar su análisis desde una óptica racional y equitativa, pues es un tema complicado que exige tratamiento profesional global y un mínimo de previsión, inexistente actualmente en el Gobierno.

Análisis histórico, jurídico, diplomático y funcional

La empresa americana capta – tesoros Odyssey recuperó un “tesoro” de casi 600.000 monedas de plata y oro del barco de guerra español “Nuestra Señora de las Mercedes”, hundido en octubre de 1804 por barcos ingleses frente a la costa sur de Portugal y ya cerca de Cádiz.

Histórico

¿De dónde procedían las monedas de plata y algunas de oro? ¿En qué proporción de Potosí? El auge de la producción de plata de Potosí se sitúa en el siglo XVII y mucho menos en los siglos XVIII y XIX. Perú, México y otros países donde se acuñaba moneda serían otras posibilidades.

Jurídico histórico

El tribunal de Tampa, Florida, decidió que el Estado español es el propietario y no tal o cual de sus provincias. Bolivia, otrora  Audiencia de Charcas, era una provincia de ese Estado y no el Estado sucesor. 

El “tesoro”  es producto de muchos factores y no solamente de uno de ellos: el trabajo de la mano de obra minera. El esfuerzo es global y exige organización estatal política, minera, de transporte y de protección contra los piratas.

Diplomático

El tema merecía haberse estudiado desde hace años por la Cancillería y el Ministerio de Culturas y así se habría conocido con tiempo el entramado de decisiones e instituciones internacionales involucradas para la recuperación de patrimonio cultural físico o inmaterial.

El Perú lo hizo y presentó un reclamo al Tribunal de Tampa, que no le dio curso.

Por ello la Cancillería no responde a preguntas concretas, pues instituciones como la Fundación del Banco Central se han preocupado, con antelación al Senador Maldonado, en solicitar informes sobre esta materia. Sensiblemente, parece ser política de Estado dejar preguntas sin respuesta.

El manejo diplomático exterior de cualquier país es global e integrado y no puede caer en incoherencia y permanentes contradicciones, como sucede hoy en Bolivia, sin cosechar los contragolpes de acciones pasadas poco reflexivas. En el caso que nos ocupa, el eventual éxito de una gestión diplomática boliviana está en manos del nuevo gobierno conservador español PP y su líder Mariano Rajoy que es el presidente. Este dirigente  y su partido fueron vilipendiados en muchas ocasiones con poco tacto y menos prudencia diplomática por el gobierno del Sr. Morales.

Funcional

La Cancillería actual no ha logrado conformar un aparato diplomático efectivo. Es de reconocida debilidad en sus campos de competencia (por ejemplo el tema con Chile y la cantidad de organismos ad hoc creados para paliar sus deficiencias y el apoyo de “especialistas extranjeros” requerido públicamente).

Sería interesante preguntar al actual Ministro de Culturas, Pablo Groux, qué hizo en relación con este asunto los últimos dos años, en que ocupó la Embajada ante la UNESCO, y qué acción concreta propone como resultado de sus indagaciones con la Sub Dirección General de Cultura de la UNESCO y con ICCROM, institución basada en Roma y encargada de la preservación y/o restitución de bienes culturales.

Bolivia se integró al ICCROM el 2004 a instancias de la Delegación boliviana ante la UNESCO, que realizó los contactos y gestiones preparatorias en París con su entonces Director General, Sr. Stanley Prize, el que viajó posteriormente a Bolivia con ese objeto. La razón de nuestra adhesión al ICCROM era precisamente contar con su apoyo técnico en casos como el que nos ocupa ahora.

La Convención de la UNESCO de 1972 sobre Patrimonio Físico, Cultural y Natural es el marco en el que la UNESCO puede intervenir y colaborar con ICCROM en asuntos relativos a la preservación de bienes culturales, su rescate y atribución al legítimo propietario, como es el caso del tesoro de monedas de plata y oro que nos atañe.

Por otra parte, la Comisión Nacional de la UNESCO para Bolivia, con sede en La Paz, existe desde 1946 y  recibe toda la documentación de este organismo y dispone desde hace tiempo de un repositorio de documentos e información detallada sobre estos y otros temas relativos a nuestro país y la UNESCO.

También la UNESCO estableció una Oficina País en La Paz en los años 1990, que estuvo vigente unos 8 años y no pudo conservarse por más tiempo al no haber continuado cabalmente las gestiones diplomáticas necesarias, que podían ser de gran utilidad en las actuales circunstancias.

Bifurcaciones                                                  

Mientras el país comienza estas indagaciones, el Gobierno español transportó a España el tesoro en dos aviones Hércules desde Tampa (Florida) en un despliegue de seguridad máximo. De hecho, el valioso cargamento se ha introducido en contenedores blancos, según explicaba el Ministerio de Cultura. Un tercio de su espacio estaba ocupado por monedas u otro material del tesoro, un tercio estaba lleno de líquido y el resto, vacío. Los contenedores se apilaron en palés y, bajo un plástico negro, se etiquetaron todos ellos con un identificativo del Gobierno de España.

El destino del tesoro no puede ser otro que su conservación, según explicaron fuentes allegadas a la operación a Efe, de la que tendrá que encargarse el Ministerio de Cultura español a través de la Dirección General de Bellas Artes, Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, cumpliendo con la Ley de Patrimonio.

Cabe anotar que hay debate en España entre diferentes ciudades y regiones que desean albergar en sus museos parte de las monedas recuperadas. El Estado español ya adelantó que entregaría algunas a los Estados Unidos por su impecable actuación en la devolución del tesoro y a países latinoamericanos que correspondieran.

Por su parte, la empresa Odyssey Marine Exploration ha llegado a reclamar, después de verse obligada por los tribunales a devolver las 600.000 piezas de plata y oro del tesoro de “Nuestra Señora de las Mercedes” a España, unos 420.000 dólares por concepto de gastos de traslado y custodia de las monedas. Apunta que ha desembolsado ya unos 227.000 dólares a Numismatic Guaranty Corporation (NGC), la empresa encargada por Odyssey de la “conservación del cargo” de monedas y otras piezas. De acuerdo con Odyssey, se debe todavía a Numismatic Guaranty Corporation unos 185.000 dólares.

El Tribunal Federal de Tampa denegó a Odyssey la moción de reembolso.

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