Erika Ewel: experimento felicidad a intérvalos

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Erika Ewel dibuja su silueta apoyada en uno de los pilares de la galería de la Alianza Francesa donde ha presentado su última exposición. Paseamos con ella. Luego, sentada en la grada de madera que divide el escenario habla de su obra y de la actualidad que le fascina.

Se ve muy a menudo en tu obra alegorías a la mujer-deseo, mujer-creación, mujer-madre, mujer-placer, mujer-objeto ¿por qué acudes con tanta frecuencia a estos conceptos? ¿Te hacen feliz?

La felicidad son pequeños intervalos, no es continua, entonces podría decir que si he experimentado felicidad por momentos en casi todos los conceptos que refieres.

¿Son imágenes fuertes presentadas sin retoques, te interesa mostrar en tu obra a la mujer en su condición natural?

Sí, sobre todo en una de las series que trabajé con desnudo femenino, “tallas y medidas” me interesaba representar a la mujer tal como era, con cuerpos normales, es decir rollos, estrías, sin la ayuda del photoshop o de la cirugía y además incluía en el cuadro las medidas reales de las mujeres y te aseguro que estaban lejos del famoso 90 – 60 – 90. La intención de esta serie era mostrar cuerpos reales, sin sentirse culpable por comer un chocolate de más.

¿Qué opinión te merecen las liposucciones, las cirugías estéticas y las intervenciones a las que con mucha frecuencia recurre la mujer- moderna?

Es una decisión personal, hoy en día tanto hombres como mujeres se intervienen quirúrgicamente. Considero que la presión de la moda, los medios y la resistencia a envejecer es el motivo principal para que fl orezca la industria de la estética… pero también es una manera de apropiarse del propio cuerpo…es decir…yo hago lo que quiera con él porque es mío y quiero verme como x modelo y además tengo el dinero para hacerlo. No lo critico, es válido.

¿Qué propones lograr con tu enfoque?

Mi enfoque, es un enfoque intimista…hoy en día estoy preocupada por los recuerdos, por la memoria, por contar historias personales e inventadas, por encontrar la propia historia, por localizarme geográficamente, por participar en la historia.

Tu obra juega mucho con formas vaginales implícitas y explícitas, eso quiere decir que tratas de amplificar el erotismo de la mujer, ¿cómo lo explicas?

Me apropio de la forma vaginal como símbolo femenino para identificar a la mujer. Juego con ese símbolo, lo evoco en mi cartografía, en la serie de plantas botánicas o simplemente en el dibujo, está presente a lo largo de mi producción.

¿El sexo es una preocupación para ti?

No es una preocupación es un placer.

¿Eres autoexigente?

Si.

¿Es difícil mantener el equilibrio entre tus deseos, las ganas de hacer y construir tu obra con los temores que surgen de la modernidad?

Es difícil mantener el equilibrio en general, quisiera tener más horas para producir, pero también quisiera compartir más con mis hijas, pero también quisiera más tiempo para mi… es decir uno quiere todo lo cual es imposible… entonces freno e intento tomarlo con calma, no hago todo lo que quisiera e intento encontrar la felicidad en las pequeñas cosas.

¿Crees en la mujer perfecta?

No existe… es un mito

¿Cuándo despuntó en ti el lado artístico?

A los trece años ingresé al taller de dibujo de Roberto Valcárcel, gracias a la insistencia de mi madre… ese fue el primer gran empujón, luego las cosas fueron fluyendo.

¿Por qué tus auto-retratos también buscan el lado erótico?

En la serie de auto-retratos mi intención era mirar mi cuerpo desde mi punto de vista, no quería plasmar la imagen que mira el otro, quería salir de esa típica pose de sirena romántica que suele retratar a la mujer en cualquier época…y el resultado fueron unos autorretratos que parecen mundos o universos.

¿Qué representa la maternidad para ti?

La maternidad, el poder crear otro ser en ti, es una combinación de milagro divino y ciencia

ficción.

¿Seduces con tu obra?

Ojalá.

¿Recurres a los libros de autoayuda?

No, ahora confieso que leí “El Secreto” y no está mal.

¿Qué tiene de bueno ser artista?

Que puedes vestirte como quieras, finalmente la gente te disculpa porque eres “artista”.

¿Sufres stress?

Claro, ¿tú no? Una aclaración necesaria: el periodista es posiblemente el ser más expuesto y comprometido en cuanto a sus tareas, que lo obliga a vivir muy cerca a la realidad que a veces parece ficción porque lacera, claro que genera stress.

¿Qué otras cosas te hacen bien además de tu arte?

Leer un buen libro de preferencia “novelas negras”, hacer pilates, nadar, viajar, contemplar, amar, hablar con las amigas… hay muchas cosas que me hacen bien.

¿Cuál es tu lado débil?

Mis miedos y temores son varios y creo que los plasmo también en mi obra. Simplemente hay que descifrarlos.

¿Cuál es el ángulo que más explotas en tu obra?

La introspección. El mirarse al ombligo.