La coca machucante de la salud

Por Marco Basualdo
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coca machucada

Pese a su olor y sabor repulsivo para muchos, la hoja de coca, consumida principalmente por campesinos, obreros y trabajadores periurbanos de los Andes americanos, actúa como un estimulante ligero ayudando a combatir el hambre, la sed, el dolor y el cansancio, además de superar el mal de alturas que tanto damnifica a quienes son oriundos de suelos llanos; aunque también ha sido considerada por los originarios prehispánicos y sus herederos como una hoja sagrada de tiempos del Incario.

Pero partir de la aparición de su versión machucada, la hoja de coca parece ya no ser una enseña bendita. Diversos análisis han demostrado que su consumo frecuente puede derivar en graves afecciones para la salud, además de generar adicción, como así también detrimentos en la estética dental producto del denominado acullico, pijcho o bolo, como se denomina a la masticación tradicional que permite extraer la savia de sus componentes.

La erythroxylum coca, llamada comúnmente coca, es una especie sudamericana de la familia de las eritroxiláceas, originaria de los Andes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Chile, Perú y zonas occidentales del noroeste de Argentina. Ha tenido y tiene un papel importante en las culturas andinas, ya que es utilizada en el trabajo agrícola, en la faena comunal, en labores mineras y de construcción, además de fiestas costumbristas, patronales, ofrendas, misas, velorios, entierros y también con fines de adivinación.

Esta planta se hizo conocida en el mundo por incluir un potentísimo alcaloide que se obtiene mediante un proceso químico descubierto en el siglo XIX en Europa, denominado clorhidrato de cocaína, que es una sustancia estimulante del sistema nervioso central con alta tendencia a provocar dependencia. Dicha adictiva particularidad ha generado cierta censura de parte de la comunidad internacional, como sucedió en 1961, cuando fue incluida en la Lista I de la Convención Única sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas, dado que los efectos de la masticación son negativos, aunque “no parece que la masticación de la hoja de coca pueda considerarse como una toxicomanía en el sentido médico del término”, según el informe.

Pese a esas duras observaciones, su consumo continuó en Bolivia como desde tiempos del incario, generalmente en las áreas rurales del país. Hasta que una nueva presentación denominada machucada, cuya creación semi industrial se le atribuye a la familia Callaú, creadores del producto Coca VIP Machucada Cochabamba, una microempresa que, motivada durante el encierro del Covid19, le dio sabor orgánico y comercial a la coca. Este producto en la actualidad, según el “Estudio urbano de la coca”, realizado por la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) este 2024, ha derivado en un total de 92 sabores, entre los que destacan café, menta, limón, estevia, maracuyá, chocolate, capuchino y banana, los cuales son distribuidos en regiones metropolitanas del país, que deriva en el consumo de un 25% para transportistas, 22% de albañiles, 11% comerciantes, 4% que comprende a estudiantes, y 3% para jubilados.

Golpes a la salud

Esta innovación en la producción de la hoja de coca que es golpeada a mazazos, incluye un preparado con varios tipos de energizantes, como bicarbonato, Aspirina, Nescafé, estevia, harina de coca e incluso diésel, a los que se suma alguna bebida también energizante -Red Bull, Ciclón, Black, etc.- y, casi siempre, alcohol. Tan sólo la hoja de coca tradicional actúa como un estimulante ligero y ayuda a combatir el hambre, la sed, el dolor y el cansancio, además de ayudar a superar el mal de altura. Pero los aditivos extras pueden significar un combo pernicioso para la salud. El médico cardiólogo Óscar Vedia, titulado en Cuba y hoy radicado en España, asegura que su consumo constante puede generar inflamación en la boca, irritación de la lengua, úlceras o gastritis y “hasta un infarto, un accidente cerebro vascular, neurosis e incluso cáncer. El combo de estimulantes de la coca machucada más sus agregados, genera amenazas a diversos sistemas del organismo humano. Desde problemas a nivel de las mucosas hasta crónicos males neurológicos, pasando por crisis cardiovasculares”, explica Vedia.

Los estimulantes desatarían enormes cargas de adrenalina, que hacen que el corazón trabaje en exceso. Según el especialista, el consumo frecuente de esta variedad de estimulantes también genera arritmias severas, taquicardias o, si hay placas inestables en las arterias, infartos. “Por eso, a veces vemos personas muy sanas, a todo dar, que de un rato a otro se infartan, entonces vienen las muertes súbitas. El cuerpo puede manejar bien esa clase de estimulación, pero si las estimulaciones son similares a saltos de altas y bajas inmediatas o cortas excitaciones agudas, progresivamente surge una manipulación del cerebro que es muy dañina. Pueden desatarse problemas de ansiedad, y sucederse desequilibrios emocionales y psicológicos. El desgaste de la neuroquímica cerebral puede llevar a un agotamiento de los neurotransmisores y a la depresión”, asegura el médico.

La “coquita” entra por la boca y allí también estaciona sus achaques. La odontóloga Patricia Rodríguez, dice que masticar la hoja de coca en general afecta tanto a tejidos blandos como a tejidos duros de la cavidad bucal. “La alta frecuencia de masticar coca contra las paredes de las encías, puede generar la aparición de una enfermedad llamada gingivitis, que es la inflamación de las encías, y una gingivitis no tratada puede provocar la pérdida de dientes”. Según la profesional, del mismo modo se podría producir una periodontitis, que es la irritación, inflamación del aparato de soporte de los dientes, y la retracción gingival “que es la retracción de las encías”.

Pero además de todo ello, también puede tener efectos sobre una agradable sonrisa, ya que la coca, al ser mezclada con la saliva, produce una sustancia ácida que desgasta los dientes y cambia de color a las piezas dentarias, produciendo un tono amarillo verduzco. “Empiezan a aparecer manchas debido a la pigmentación en los dientes. También se podría dar la abrasión dental, que es la pérdida progresiva del esmalte de los dientes provocado por una mala higiene, que por lo general se ubica en el cuello de las piezas dentarias”, explica la odontóloga.

Así, con ese tratamiento toxicológico, la coca machucada ha dejado de ser sagrada. Aunque en su estado natural, la coca alcanza otros beneficios, como la regulación de la salud cardiovascular y la glucosa, la disminución de los niveles de colesterol, triglicéridos y la presión sanguínea, además de contener calorías, carbohidratos, nitrógeno, alcaloides no volátiles, grasa, proteínas, beta caroteno, alfa-caroteno, vitaminas C y E, tiamina, riboflavina, niacina, calcio, fosfato y potasio. En el mal consumo y la exageración está el detalle, como sucedió el pasado mes de marzo, cuando un joven de 23 años, identificado como David Ch., fue encontrado sin vida en su habitación en el barrio Fátima del municipio de Puerto Quijarro, Santa Cruz. El informe forense determinó que la causa de su fallecimiento fue por broncoaspiración, tras haberse atragantado con un puñado de hojas de coca mientras dormía.

 


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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