La moda una industria sostenible en Bolivia

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Foto: Alejandra Reznicek

La última colección de Liliana Castellanos es un reclamo medioambientalista

 

“conciencia Ética” es el nombre de la última colección de la diseñadora boliviana. Liliana Castellanos sostiene que tiene como misión llamar a la reflexión para avanzar y cambiar nuestros malos hábitos con el planeta. Propone reforzar nuestra toma de conciencia y apuntarnos para una mejor calidad de vida y dejar a las siguientes generaciones el mejor ejemplo posible en este álgido tema. “Creo importante señalar que nuestra marca viene trabajando 15 años haciendo buenas prácticas. Desde generar procesos productivos muy valiosos para insertar la mano de obra boliviana a niveles artísticos”.

Liliana Castellanos asegura que la marca que dirige es una industria limpia. “Nuestra materia prima es noble, nuestros camélidos no sufren, ni mueren. Nuestro mayor deseo como Marca País, es generar una corriente nueva de pensamiento que nos lleve a una introspectiva de revalorización desde el pensamiento creativo hasta el producto final, con una mirada de conquista global. Eso significa un compromiso con prácticas de innovación y calidad en todos los eslabones usando la riqueza unida al respeto de la buena práctica ambiental”.

Un antes y un después Esta filosofía de vida para hacer la industria de textiles propuesta por los grandes baluartes del diseño ha generado reflexión en una nueva cultura que engloba el mundo de la moda en Bolivia. Es el caso de Fashion Bloggers, Instagramers e Influencers, y marcas como Forever 21, Mango y otras grandes del Retail que han llegado para marcar un antes y un después en la forma como compramos moda. Si bien en los últimos cinco años dimos grandes pasos para reencontrar y revalorizar estéticas locales, como la de la “Chola Paceña”, la vestimenta del “Taquirari”, los elementos decorativos de las poblaciones del norte de Potosí y otros; hemos dado un salto hacia el “Fast Fashion”. Pienso que como blogger de moda, actores de la industria y consumidores, podemos marcar la diferencia. No se trata solo de qué comprar, sino de tener conciencia.

La moda necesita realizar un compromiso, ¡ya¡ La industria de la moda es responsable de más del ocho por ciento del total de las emisiones de carbono a nivel mundial por encima de la industria de la aviación. Y aunque la sostenibilidad parezca ser la última palabra dentro de la industria, no se está haciendo un progreso suficiente. Según un informe de Global Fashion Agenda publicado en mayo de 2019, “la moda está disminuyendo su velocidad en lo que a mejorar su impacto medioambiental se refiere”.

Es el caso de varios diseñadores de nuestro medio que apuntan a contribuir en cuanto a forma de Moda Sostenible. Cuando pienso esto se me viene a la cabeza la colección de Liliana Castellanos “Conciencia Ética”, un llamado a la reflexión, hoy más necesaria que nunca. Ahora mismo se está empeñando el mayor énfasis posible al concepto de Moda Sostenible; prioridad al impacto medioambiental social y económico de esta industria a nivel global. Es un reclamo medioambientalista que toca las fibras neurálgicas; es el caso de la destrucción de la fauna y flora en la selva amazónica, entre uno de cientos de ejemplos.

Son numerosos los reproches ambientales que se le hacen a una industria instalada en un modelo frenético de fabricación y consumo. Por ello, muchas marcas están adquiriendo cada vez mayor conciencia del papel que deben jugar en un contexto de crisis climática y medio ambiental. Hablando solo de incorporar tres medidas sostenibles al proceso de producción se puede lograr un verdadero cambio en el resultado de una prenda:

  • Mejorar la cadena de suministro. Cuando Liliana Castellanos comenta de su marca “son una industria limpia que no produce desechos tóxicos, la materia prima que utiliza es noble y los camélidos no sufren, ni mueren en el proceso de extracción de lana”, se refiere a que la trazabilidad como vehículo importante a la hora de determinar cómo de sostenibles son sus cadenas de suministro.
  • Construir nuevos modelos de negocio. Si la industria de la moda se basara en un pensamiento circular, eso resolvería muchos de los problemas medioambientales. Liliana Castellanos, plantea por ejemplo que sus prendas “no tienen tiempo ni edad, que la alpaca dura toda la vida, y se puede combinar con la moda y la tendencia cambiantes”. Lo que quiere transmitir es que se trata de construir un modelo de negocio de tradición/ longevidad/trascendencia en cada prenda
  • Apoyar a las futuras generaciones. La diseñadora se refiere a dejar a las nuevas generaciones el legado de re-imaginar un mundo posible cambiando el sistema de la moda desde el punto de vista de la sostenibilidad y ejemplo de vida, preservando el planeta.

¿Es posible revertir ese 8% de las emisiones de CO2 del planeta? Es posible y movimientos como los que lidera la organización Fashion Revolution a nivel mundial están dando un paso importante exigiendo transparencia en la cadena de producción, salarios justos para los trabajadores y, algo muy importante: respeto al medioambiente, un cambio de paradigma.

Para eso, nosotros como consumidores, fashion bloggers y finalmente todos los actores de la moda deberíamos empezar a preguntarnos: ¿quién hizo mi ropa? Y demandar a las marcas y diseñadores transparencia en sus procesos. Claro que no es sencillo imaginar un armario al estilo de Marie Kondo, pero cada prenda debería producirnos ese sentimiento “Spark Joy” desde el origen de la materia prima, el proceso de producción, los trabajadores que intervinieron y finalmente la logística de comercialización.

Deconstruyendo “Conciencia Ética” otoño-invierno 2019/20 de Liliana Castellanos

Una colección diseñada para aquella persona que se reconforta de sentirse abrazada por fibras nobles, hilvanadas de un sutil diseño, donde el negro juega y predomina entre cada pieza, pensada en la silueta global, inclusiva y natural.

Al escuchar a Liliana Castellanos hablar con tanta pasión de esta colección, entiendo la razón de los finos tules de las faldas, la perfección en cada corte y punto de los vestidos negros y, porque es importante incluir técnicas artesanales propias de nuestra tierra como el macramé, las plisadas faldas inspiradas en la chola paceña y los apliques de hojas, ramas y flores en las mantas y sacos en alusión a la madre tierra. Así también entiendo, cómo la sinfonía de los colores puede ir desde los pálidos rosas, pasando por vibrantes rosados y fucsias hasta llegar al negro, bandera de esta casa de modas con sello #madeinbolivia.

 

La pieza central de la colección a mi parecer es la maxi-falda de tul negra que acompañada del saco fucsia de baby alpaca y el lazo de seda negra marcando la cintura, irradia carácter no solo por su marcado contraste de colores, sino por la versatilidad de su diseño clásico. “Conciencia Ética” nos demuestra que también en Bolivia puede haber un equilibrio entre la sostenibilidad y una colección Pret a Couture, pensada en los tiempos modernos sin renunciar al verdadero leitmotiv de la riqueza que tiene nuestro país con el handmade.

Quién es Liliana Castellanos

Boliviana, nació en Tarija, estudió Diseño Artístico en Escuelas Italo-Francesas en Buenos Aires. Trabajó en la Casa Niña Ricci en el Departamento de Procesos Manuales. Actualmente es directora creativa de las marcas Liliana Castellanos y Línea L by Liliana Castellanos. A partir de 1996, pone en marcha el proyecto textil basado en el espíritu eco sustentable, tomando en sus manos la riqueza de las fibras naturales de los camélidos andinos, combinadas con el talento de manos bolivianas. Su mayor anhelo es hacer Marca País.

 

 

Por: Brissia Benavente | Fashionistas La Paz | Foto Alejandra Reznicek