El Templo Parroquial, Nuestra Señora del Pilar en Cobija Pando, tiene una larga historia desde que se fundó la población de “Puerto Bahía” a principio de los años de 1880, frente al arroyo Bahía afluente del río Acre, en el entonces llamado “Territorio Nacional de Colonias” hoy Departamento de Pando.
Ya en 1860 en adelante se llegan varios misioneros procedentes de Riberalta enviados por el viajero y explorador Rvdo. Padre Nicolás Armentia quién se hallaba navegando y reconociendo los ríos al norte del río Madre de Dios. El 11 de octubre de 1902 se celebra el triunfo de la “batalla de Bahía” y un día después el 12 de octubre se prolonga la celebración de la expulsión de los invasores librada por la columna Porvenir, el pueblo y los flecheros tacanas comandados por el indígena cavineño Bruno Racua. Será Gral. José Manuel Pando, en su incursión a ese territorio a sentar soberanía en el Acre, que ubicará su cuartel general y pondrá varios vigilantes en ese elevado lugar para protegerlo. También el explorador inglés Cnel. P. H. Fawcett, de paso a realizar los límites territoriales con Brasil se instalará en la casa parroquial.
Ya en el año de 1930 llega a su conclusión la construcción del actual Templo Nuestra Señora del Pilar y su inauguración se realizará con una solemne misa, coincidiendo con el mismo día de la festividad de la Virgen del Pilar. El diseño arquitectónico es de una construcción sumamente sencilla, pero de una identidad armoniosa y única. En su interior el pintor cobijeño Eloy Añez Marañón realizó varios cuadros-murales con temas religiosos y costumbristas. Uno de ellos es, el Cristo Crucificado, que sirve para engalanar el fondo del altar. Recién en 1977 es restaurado y ampliado el templo con fondos de sus feligreses. Debemos señalar que se encuentra ubicada a pocos metros del río Acre, en una cima plana de una colina y para llegar a ella se pasa por una alameda flanqueada por bellísimas y altísimas “palmeras imperiales” traídas desde el caribe. Presenta una bella plaza adornada de flores y maceteros, el espacio también sirve de paseo y recreación. Allí también se encuentran adornando el lugar varias palmeras de “asaí”, empinadas al cielo, donde los tojos, los loros, las parabas y diversas avecillas de colores alegran el día con sus estridentes cantos. Penosamente, no hace más de un mes, que la población de Cobija sufrió una de las más fuerte inundaciones en su historia, producto de las fuertes lluvias que provocó que creciera el rio Acre y que afectó a más de 2000 familias. Fue cuando las campanas de la iglesia sonaron para llamar a la población a resguardase bajo el manto de la Virgen del Pilar.
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