Murió Harper Lee (1926 – 2016)

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Ayer acabé de leer Matar a un ruiseñor y leo que su autora, la estadounidense Harper Lee, acababa de morir a los 90 años. Sentí su muerte como la de los seis ciudadanos de El Alto, y aunque no tengan conexión me impresionó una  frase que encierra todas y que calla a quienes deliberadamente o no están cerca de la muerte o a los que juegan con la vida. Aticus Finch es un abogado que defiende a un hombre de color acusado injustamente de violar a una mujer blanca y es encarcelado a pesar de los alegatos probos de Finch que durante el libro es secundado por sus dos hijos Jem y Scout, está última quien se encarga de la narración tan liberadora como real. La vida encierra fracciones de minutos y esa frase ofrece el pasaje destilado a la vida: “disparen a todos los grajos que quieran pero recuerden que es pecado matar a un ruiseñor”. La obra considerada entre las más importantes del siglo XX y por el que Lee ganó el Premio Pulitzer en 1961 ha vendido más de 40 millones de ejemplares alrededor del mundo. La repercusión de la novela motivó que Robert Mulligan la llevará al cine en 1963 con Gregory Peck en el papel protagónico.

Oriunda de Alabama, donde conoció y se hizo amiga de Truman Capote, llevó una vida alejada de la escena literaria de su país. Tras su repentino éxito, regresó a Monroeville, su pueblo natal para llevar una vida tranquila. Apenas publicó algunos cuentos. Debo confesar que nunca había oído hablar de la autora hasta que mi librero me la recomendó buscando entre sus revistas una en la que se hacía honor a su exquisito lenguaje. Su nombre volvió a captar la atención cuando en otoño de 2014 se anunció la publicación el hallazgo y publicación de Ve y pon un centinela, secuela de ópera prima. Como ocurre con los seres humanos que comprenden la conexión de sus sentimientos el calor con las personas Lee había escrito esta novela antes que Matar a un ruiseñor. “No sabía que había sobrevivido, así que me sentí sorprendida y encantada cuando mi querida amiga y abogada Tonja Carter lo descubrió”, dijo entonces la escritora. La expectativa por la pieza fue tal que según Amazon, fue uno de los libros más vendidos en 2015.

Un homenaje a una mujer que supo leer su tiempo y se retiró como lo hacen las grandes mujeres cuando sienten que alrededor huele hediondo y que es mejor alejarse que ser contaminada por la perversión que cambia la piel escondiendo el animal que se lleva dentro.

 

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