Los legendarios Sepultura abrieron este jueves la segunda semana de conciertos en Rock in Rio, y resumieron muy bien el espíritu de la jornada: “Finalmente el metal llegó, p…!” dijo el guitarrista Andreas Kisser.
Los brasileños, que llevaron su metal con elementos locales más allá de sus fronteras, tocaron junto a los franceses Tambours du Bronx en una jornada encabezada por un imponente show de Metallica y que estuvo dedicada al rock: además de Sepultura, actuaron Alice in Chains, Rob Zombie, Sebastian Bach y los suecos Ghost.
Pero el primer día de metal de la quinta edición del Rock in Río no se limitó al lado tradicional del estilo ao lado mais tradicional do estilo. Al contrario de lo que ocurrirá en el último día, totalmente enfocada al género, este jueves pasaron por los palcos hard rock, doom y hasta representantes del grunge, tornando la agenda del día más orientada al rock pesado al metal en particular. Pero con Metallica cerrando el escenario principal no hay como negar que las últimas 12 horas del festival estuvieron bien metaleras.
Metallica arrasa
Con más de 100 millones de seguidores, Metallica es la banda con más éxito de la historia del metal; en Rock in Rio ofreció el show más largo del festival hasta ahora e hizo que el público se olvidase de las atracciones anteriores con un set list para los fans que los han acompañado todos estos años. Con un repertorio que priorizó los puntos altos de sus principales fases, el cuarteto liderado por James Hetfield (voz/guitarra) e Lars Ulrich (batería) levantó al público con un show repleto de pirotecnia y con el volumen máximo, que dejó sin voz incluso a los fans menos fervorosos.
Excluyendo los criticados Load y St. Anger, Metallica tocó durante más de dos horas de espectáculo éxitos escogidos a dedo en sus más de tres décadas de carrera. Ni tan siquiera la empachosa Memory Remains, del criticado Reload, se quedó sin coros del público, que se calculó en 85 mil personas.
Alice in Chains regresa
Pocas bandas consiguen levantarse tras cambiar de vocalista. Con la excepción de AC/DC, grupos como Van Halen, Iron Maiden y Judas Priest tuvieron momentos de crisis al sustituir a su frontman. Pero Alice in Chains no entra en esa lista y en el show de este jueves mostró que la entrada de William DuVall – tras la muerte por sobredosis de Layne Stanley en 2002 – no perjudicó la imagen del grupo de cara a sus fans más antiguos.
Y a pesar de las músicas un tanto depresivas y el tempo más bajo, la banda levantó al público, que vibró con una presentación más enfocada a los primeros álbumes, cuando Stanley todavía estaba al frente.
Sepultura resiste
Los brasileños más grandes de la historia del metal no dejaron pasar la oportunidad de recordar la reciente ola de protestas que ha asolado su país este año, y pidieron al público que cerrase el puño, levantase los brazos y mostrase a los políticos que “Brasil no está dormido”. Lo hicieron después de tocar Refuse / Resist, clásico de la banda que trata justamente de esa causa.
Antes, en la apertura, mencionaron los desalojos de tribus indígenas por la construcción de la polémica central de Belo Monte, la tercera mayor del mundo y en plena Amazonia. La banda, que se presentó sin los hermanos Cavalera, que la fundaron, mostró como de costumbre un poderoso sonido con temas como Kaiowas, seguido por Spectrum y Refuse/Resist, Sepulnation y Delirium.
Ghost enfría
Después del Sepultura tocó Ghost. En una noche en la que la cabeza de cartel era la mayor banda de la historia del metal, puede que escoger a los suecos Ghost para tocar en el mismo palco no haya sido lo más acertado.
Se había hablado bastante de la banda en los últimos años debido a su sonido sombrío, al tono de culto y estética misteriosa – los integrantes no revelan sus nombres: solo se sabe que el vocalista es Papa Emeritus, los otros son The Nameless Ghouls -, el sexteto sueco subió al palco a las 20h30 con la promesa de ser el más excéntrico nombre de la noche. Y lo fue, pero a juzgar por los gritos de “Metallica, Metallica ” entre la audiencia, serlo no fue exactamente algo positivo.
Con un repertorio de poco menos de una hora, basado en sus únicos dos discos de estudio, – Opus Eponymous (2010) e Infestissumam (2013) -, el grupo acabó enfriando a un público que había sido calentado por Sepultura, con canciones repletas de coros religiosos como Per Aspera ad Inferi, Con Clavi Con Dio, Ritual, Prime Mover y Secular Haze.