Señor Plácido Domingo ¿visitará la Chiquitanía?

Por Carlos Rodriguez San Martín
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Foto: AFP

Una señorita con el mismo tono igual que todas de las que trabajan en la televisión, espera a Plácido Domingo en la puerta de salidas del aeropuerto ni bien llegar a Bolivia. Le pregunta si visitará las misiones jesuíticas de la Chiquitania. Plácido Domingo no es Mick Jagger que en su última presentación en España visitó el Museo Reina Sofía para conocer el Guernica de Picasso; el tenor español acusado de haber buscado compañía en una red de prostitución en su última visita a Buenos Aires, dice que no porque no tiene tiempo de escuchar la magistral orquesta de los músicos chiquitanos. Me pregunto si sabrá algo de los músicos que nacen genios y luego acaban migrando a las ciudades por falta de apoyo de las autoridades bolivianas. Plácido Domingo, claro, no tiene obligación de saber nada de los músicos bolivianos, sus problemas ni de conocer las misiones. A quién le importa.

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Hace poco asistí a un concierto de estos jóvenes hombres y mujeres no mayores de veinte gracias a la calidad humana de la fundación FLADES y la de su director Mario Rivera. El conmovedor concierto además destacó proyectos de apoyo para que la música siga sonando: “Que la selva no se quede sin música”.

Las prioridades del español son otras. Quizá la pregunta debió haber sido qué opinión tiene de la belleza de la mujer boliviana. Para ser honesto la chica que hace preguntas no sabe dónde está ubicada no sabe de la red de prostitución ni de los escándalos que protagonizó en Buenos Aires. Y peor, de su expulsión del sindicato de artistas de Estados Unidos (AGMA Reliev Fund) que lo acorraló por acoso. Pero a cambio de medio millón de dólares.

Luego la misma periodista le pide acompañarlo hasta la puerta exit de la terminal aérea y no se le ocurre mejor cosa que preguntarle sobre repertorio. Tengo rabia de ver el disecado mental. Me dirán que él es famoso y está muy ocupado. Luego de decir que no tendrá tiempo para nada en Bolivia, o sea cantará y se ira, dice que va a Paraguay. El tenor escoge lugares clave. En Bolivia cantará para un público de alto poder adquisitivo que hablará por algunos días sobre la alucinante experiencia, que desconocen igual que él que aquí hay unos músicos que valen más que Plácido Domingo y sus perversiones.