La secta de yoga que ocultaba una trama de prostitución

Por El País
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Foto: POLICÍA FEDERAL ARGENTINA - TÉLAM

La justicia allanó y detuvo en Buenos Aires a una supuesta “secta de yoga” en poder de un millón de dólares y lingotes de oro, asociada al caso trata en la que estaría comprometido el “cliente” Placido Domingo

La Justicia argentina detuvo el viernes pasado en 50 redadas a 24 integrantes de la Escuela de Yoga de Buenos Aires, entre ellos Percowicz, un exnotario de 84 años, su líder y fundador. El grupo está acusado de integrar una secta dedicada a reclutar y someter a cientos de personas. Las víctimas, que acudían deseosas de alcanzar “el desarrollo de la felicidad”, terminaban presuntamente esquilmadas de sus bienes, sometidas a la servidumbre y hasta prostituidas.

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Las mujeres captadas por la secta aceptaban ofrecer servicios sexuales a empresarios ricos, artistas y hasta políticos, según la investigación. A cambio, obtenían puntos para ascender en una escala elaborada por el líder.

En la punta de la pirámide estaba Percowicz, que se hacía llamar “el ángel” o “el maestro”. El líder era el nivel siete de la organización, secundado por “apóstoles” (nivel seis), “genios” (nivel cinco) y “alumnos”, nivel cuatro. Para los “humanos comunes” se dejaban los niveles inferiores. Según se desprende de la acusación, los integrantes de las escalas más altas tenían a su cargo distintos emprendimientos que daban vida y, sobre todo, recursos a la organización.

Además del “geishado”, como se llamaba al servicio de ofertas sexuales, había una maquinaria engrasada de captación de recursos. Los “alumnos” cedían sus bienes y pagaban cuotas de entre 250 y 10.000 dólares al mes, según su poder adquisitivo. Percowicz es un viejo conocido de la justicia argentina. En 1993 fue imputado por los mismos delitos que ahora lo han llevado a la cárcel, pero salió limpio. Su expediente pasó por tres juzgados, gracias a los vínculos que el líder tenía con políticos locales y organizaciones de derechos humanos internacionales. Las acusaciones contra la Escuela de Yoga, finalmente, quedaron en la nada. Casi 30 años después, la justicia ha vuelto a caer sobre Percowicz y sus cómplices.