Equipo africano, entrenador africano: Senegal derriba una tendencia

0
304
Foto: Clive Rose/Getty Images

Es decepcionante que, en un deporte lleno de futbolistas africanos que juegan al más alto nivel, tan solo haya dos entrenadores de ese continente en la Copa del Mundo: Aliou Cissé de Senegal y Nabil Maaloul de Túnez.

Hasta ahora, solo el equipo de Cissé ha resultado ser una potencia, ya que el 19 de junio, Senegal derrotó a Polonia, 2-1, y después el 24 de junio por la noche empató 2-2 con Japón en esta ciudad, con lo cual ha logrado mantener su ventaja dentro del Grupo H.

Senegal aún tiene oportunidades más grandes por venir: para empezar, un último juego de la fase de grupos contra Colombia, a celebrarse el jueves. Con una victoria o un empate, los Leones de Teranga, el sobrenombre del equipo, habrán garantizado el pase a los octavos de final.

“Lo más importante en este momento es recuperarnos, porque será una batalla difícil contra Colombia”, comentó Cissé después del partido del domingo. “Pero tenemos el destino en nuestras manos, en realidad en nuestros pies”.

Tres naciones africanas han alcanzado los cuartos de final en los Mundiales: Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010.

Ninguna de esas selecciones tuvo directores técnicos de origen africano, pero hace dieciséis años Cissé fue el capitán de ese edificante equipo senegalés que derrotó de manera sorpresiva al campeón defensor, Francia, en su partido inaugural para luego disfrutar de una buena racha a partir de ese triunfo.

Después de una carrera de jugador transcurrida principalmente en Francia e Inglaterra, Cissé ha desarrollado metódicamente sus capacidades de entrenador: durante dos años, dirigió el programa sub-23 de Senegal y después reconstruyó la alineación y la camaradería del seleccionado nacional tras ocupar el cargo en 2015. Con Cissé como timonel, la selección que está jugando en la Copa del Mundo tan solo ha perdido dos veces en tres años.

“Queremos seguir el mismo camino que la generación de 2002”, comentó Cissé, de 42 años. “Creo que hay dos generaciones muy diferentes en términos de desarrollo, historia y mentalidad. Pero son dos grandes generaciones”.

El equipo de Senegal que participó en el Mundial de 2002 bajo el mando del francés Bruno Metsu tenía una base que jugaba casi en su totalidad en el futbol de Francia -el país colonizador de Senegal-, pero el grupo de 2018 está más disperso. El arquero Khadim N’Diaye juega para un club africano y el resto de los veintitrés futbolistas juega en Europa o Turquía, algunos son parte de verdaderos clubes de élite como el Nápoles, de la Serie A italiana, o el Liverpool.

De acuerdo con dos análisis, Cissé es el técnico peor pagado de los 32 que están participando en el Mundial: un estimado de 200.000 euros al año (cerca de 233.000 dólares). Son años luz en comparación con el entrenador de Alemania, Joachim Löw, y su salario de 3,8 millones de euros, y hay una considerable distancia con el sueldo reportado de 1,5 millones de euros al año que se embolsa el director técnico mejor pagado de un equipo africano -Héctor Cúper, un argentino que dirige a Egipto, selección que ya fue eliminada en Rusia-.

“La diferencia salarial es bastante vergonzosa, pero muchos funcionarios de las federaciones africanas creen que la única manera de atraer a europeos o sudamericanos es pagarles más que a los africanos”, señaló Peter Alegi, un profesor de Historia Africana de la Universidad Estatal de Michigan, quien ha escrito mucho sobre el futbol de África.

“Cissé ha demostrado lo eficaces que pueden ser los entrenadores locales en África si se les da el tiempo y las oportunidades para tener éxito”, añadió Alegi. “Por desgracia, es muy común que los funcionarios de las federaciones sean cortos de vista y busquen un forastero blanco proveniente de Europa a manera de autoprotección, en caso de que las cosas no resulten sobre el terreno de juego”.

Sin embargo, debido al auge de jugadores africanos en las principales ligas de Europa, el cual comenzó en realidad en la década de los noventa, ahora más que nunca hay más futbolistas retirados de origen africano que cuentan con una capacidad innegable.

James Kwesi Appiah entrenó a Ghana en la última Copa del Mundo de 2014 y está de nuevo en el cargo. Stephen Keshi dirigió a Nigeria en el mismo torneo de 2014, pero murió de un infarto en 2015, poco después de que no le renovaron el contrato.

“Los entrenadores locales gozan de poco respeto en África”, opinó Cissé en una entrevista reciente con L’Equipe, el periódico deportivo francés. “Falta que nos tomen en cuenta. Fue lo que pasó con Keshi. Pero somos capaces de pensar, motivar a un equipo, tener un plan de juego. No por tener rastas soy un don nadie. Eso es un prejuicio. Me podrán decir que soy el peor director técnico del futbol senegalés, pero en definitiva soy el que más deseos tiene de ganar”.

En contra de Colombia, Senegal no requiere de una victoria, pero, después de ver la manera en que los cafeteros aplastaron a Polonia el domingo (3-0), es muy probable que el equipo de Cissé necesite volver a mostrar su mejor versión. Si lo hace, la siguiente ronda los estará esperando.