Los 100 años del Club Bolívar

Por Carlos Rodriguez San Martín
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Por una afortunada norma, hace más o menos 50 años (de los 100 que este año cumplió el Club Bolívar), las puertas del estadio Hernando Siles se abrían 10 minutos antes que terminara cualquier compromiso del campeonato del fútbol boliviano; aferrado en las rejas de fierro forjado que por algún motivo desaparecieron cuando se comenzó la construcción del nuevo escenario deportivo (el estadio olímpico Hernando Siles para los Juegos Sudamericanos de 1978), esperaba ese momento crucial ´escuchando´ las vibraciones de la tribuna ¡¡OOhhhhh UUhhhhhh!! de los últimos minutos del partido. Cuando finamente se abrían las puertas, corríamos para ganar un lugar en las graderías o parados en el zaguán a presenciar el desenlace del encuentro.

Me quedaba la impresión de que las tribunas desprendían un olor a humo de tabaco concentrado en la recta de Preferencia (entonces se podía fumar sin restricciones); supongo que se alzaba el humo de miles de cigarrillos desde las tribunas como de una convulsión en ciernes. Sin ser el caso, tendría unos 10 años en aquella época, mantengo ese recuerdo vívido. No importaba nada. Si los aficionados se molestaban con los recién ingresados, con los mismos insultos que proferían durante los 80 minutos anteriores, de esos que suenan muy comúnmente en las graderías (´agáchate cabrón, hijo de puta, mete tu cabeza tarado´ o cosas parecidas). Nada importaba tanto como ver jugar al campeón y a sus ídolos que vestían la celeste, aunque sea por unos breves minutos.

bolivar equipo de fútbol

Uno de los memorables equipos de la academia, se puede observar de pie entre algunos al golero Reynaldo Parraga, René Rada, Mario Rojas, “Pichón” Herbas; de cuclillas: René Domingo Taritolay, Siaccia, Coutinho, entre otros.

Cuando todo comenzaba

Previamente, echado en la cama de mi habitación con la radio portátil, esas que algunos la siguen llamando transistor; escuchaba la alineación del Bolívar que conocía de memoria. La voz inconfundible de Cucho Vargas, mi favorita, anunciaba antes del compromiso a los 11 de la celeste saltando al campo de juego. Me empeñaba imitar al conductor de fútbol desde que anunciaba el equipo: Lafuente (en el arco) Eulogio Vargas, Herbas y Villarreal en la extrema defensa, Álvarez, René Rada y Costa en el medio campo, Aramayo, Taritolay, Franco y Siaccia, en la delantera. He tratado de hacer un ejercicio mental para recordar el nombre de algunos de los jugadores de ese glorioso cuadro académico. No me queda claro el de Lafuente o el de Villarreal; a Herbas lo conocían como “pichón”; alguien apunta que el que lucía la casaca como primer central celeste era Mario Rojas.

Sí recuerdo los nombres de otros del mismo tándem académico, allá a fines de los 60´. A Siaccia (un argentino con la 11 en la espalda) lo sustituía habitualmente Quinteros que ingresaba (cuando ingresaba) al área rival con una fortaleza impresionante. He tratado de recordar el nombre de otro argentino: Álvarez (creo Raúl), admirable por su habilidad en ambas piernas. Como no recordar a René Rada que lucía el cintillo de capitán y de su habilidad innata para eludir a los goleros cuando se trataba de patear un tiro penal, volteaba su cuerpo a un lado y sacudía las redes del arco rival al otro, imparable.

Otro de los ídolos celestes, cómo no recordarlo a René Domingo Taritolay (con quien deliraba en mi apasionada tarea). He hecho ejercicios mentales tratando de rememorar todo el esquema, la alineación, los nombres. En este afán, me quedo corto con el número 10 que vestía Costa y la 7 de Aramayo (probablemente Abdul) si la mente no me traiciona, es él. Y el excelente volante de apoyo, el peruano Manuel Grimaldo, que jugó en la elección de su país.

En la portería –seguridad a toda prueba- Griseldo Cobo (antes o quizá después de esa gloriosa época) el indiscutible guardapalos José Issa, tan especial como el primero. De Issa, estoy seguro, defendió el arco de la verde en el Sudamericano del 63 cuando Bolivia ganó la Copa América, igual que otro crack académico: Agustín Ugarte. Tampoco estoy del todo seguro si en este equipo o posteriormente jugó Ramiro Blacutt; como si fuera hoy (eso sí) mi mente transporta su habilidad para el desborde por la punta derecha y los goles que convirtió hicieron delirar al hincha de cualquier equipo, ya sea defendiendo los colores de la celeste o la casaca de la selección nacional.

Todos ellos fueron más tarde sustituidos por el porte de otros grandes: los arqueros Reynaldo Parraga (peruano), el camerunés Thomas N´Kono o el argentino, nacionalizado, Arturo Galarza (los dos primeros de una envergadura imponente, no era fácil batir su portería). Galarza podía mantener su valla invicta durante varios compromisos. Carlos Truco fue otro de los grandes porteros de la academia que integró el seleccionado que clasificó al mundial de los Estados Unidos en 1994, junto a Marco Etcheverry, Erwin ´Platini´ Sánchez, Carlos Borja, Julio César Valdivieso, Marco Sandy, Miguel Rimba, Vladimir Soria, todos bolivaristas de corazón.

En otra de las épocas de oro del Club Bolívar como no recordar al memorable central argentino Ricardo Troncone, a Carlos Aragones, el escurridizo punta derecho Raúl Alberto ´Calichin´ Morales y al indomable lateral Pablo “guillotina” Baldivieso.

bolivar, dirigente Mario Mercado

Entre los dirigentes del Club Bolívar, el destacado empresario minero Mario Mercado Vaca Guzmán no escatimó su esfuerzo y cariño para hacer del conjunto el mejor plantel del fútbol boliviano.

Los dirigentes, más jugadores y los equipos del fútbol boliviano

Cada uno de estos deportistas ganó campeonatos locales y jugó en torneos internacionales con resultados excepcionales. La academia ha estado entre los mejores cuadros del continente, sin duda alguna. Sería injusto dejar de mencionar la capacidad y lucidez de sus dirigentes. Mario Mercado Vaca Guzmán que siempre se esforzó por tener un cuadro competitivo, fue uno de los grandes dirigentes del fútbol, responsable de contrataciones magistrales para el Club Bolívar que aportaron gloría y provocaron el delirio de la afición (como la del golero Thomas N´Kono que jugó en la selección de Camerún y defendió magistralmente el arco de la academia). Repaso, como no, a los grandes entrenadores del Bolívar. El alto nivel del griego Dan Georgiadis que dirigió a grandes equipos (entre ellos el Bolívar) y selecciones nacionales de fútbol.

De la década de los 70´, como no citar a los grandes equipos del fútbol boliviano: Universitario, 31 de Octubre, Mariscal Santa Cruz, Mariscal Brown, The Strongest, Always Ready y por supuesto el Hisca Nacional, hazmerreír de la afición porque aunque luchaba por ascender a la primera división parecía condenado a la B. Y por supuesto Bolívar de La Paz, Wisterman y Aurora de Cochabamba; Oriente Petrolero, Blooming, Destroyers y Guabira de Santa Cruz. Por ahí, en honor a la colonización de nuestro fútbol, la lista incluye el poderoso Oruro Royal, el equipo profesional de la Railway Company de Inglaterra.

Y antes de enviar esta nota el último pase. El homenaje póstumo a Chicho Navarro que falleció a días de cumplir 100 años (igual que el poderoso Bolívar) a sus 100 años de gloria (1925-2025).