Argentina sube de mercado de frontera a emergente

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Foto: Infolatam

Mauricio Macri puede festejar. Morgan Stanley Capital International (MSCI) ha ascendido a Argentina de mercado de frontera a emergente, una decisión que permitirá al país recibir inversiones por unos 4.500 millones de dólares. La decisión es un balón de oxígeno extraordinario para el Gobierno, que había dado por perdida la batalla por la recategorización tras seis semanas de turbulencias financieras. La devaluación del peso y el pedido de un rescate financiero al FMI anunciado en mayo hizo temer que los mercados retirarían su apoyo a Argentina, algo que finalmente no sucedió. Lo cierto es que el mundo sigue acompañando el derrotero político y económico de Macri. El desafío del presidente será ahora honrar la confianza que ha recibido. Está convencido de que la tormenta ha pasado, y tiene indicios para ello. Este miércoles, la dirección del FMI aprobó formalmente un crédito de 55.000 millones de dólares acordado con Argentina. Unos 15.000 millones llegarán de inmediato a Buenos Aires para defender el valor del peso, que desde mayo ha perdido casi el 50% de su valor.

Argentina había perdido la calidad de mercado emergente en 2009, en momentos en que el kirchnerismo no mereció la confianza de los mercados internacionales. Desde que llegó al poder en diciembre de 2015, recuperar esa categoría fue uno de los principales objetivos de Macri, al frente de una política de apertura de la economía que no ha dado los resultados esperados. Hace un año y medio, tras el triunfo electoral en las legislativas de medio término, el Gobierno dio por hecho el cambio de categoría en el MSCI. Pero tras un inicio de crecimiento sostenido, Argentina enfrenta ahora un escenario de incertidumbre. El peso ha perdido la mitad de su valor entre mayo y junio, mientras que las tasas de interés subieron al 40%. La inflación, el mal que atormenta a los argentinos, llegará esta año a casi el 30%, tras unas precisiones iniciales de no más de 15 puntos. En medio de la tormenta, Macri pidió un rescate al FMI, una decisión que en Argentina supone el pago de un alto costo político.

La subida de mercado de frontera a emergente fue entonces puesta en duda, pese a que Argentina hizo, durante estos últimos años, todos los deberes. Meses atrás, por ejemplo, el Congreso aprobó la ley de mercado de capitales, una norma de protección exigida por los inversores.

El cambio de categoría es crucial para Argentina. Sucede que hay grandes grupos de inversión institucionales que tienen prohibido por estatuto invertir en mercados de frontera. La estimación es que con la nueva categoría, Argentina recibirá inversiones extras por hasta 4.500 millones de dólares. “Ser emergentes va a darnos acceso a capital más barato y, por ende, más inversión, más crecimiento y más empleo para todos los argentinos”, escribió el ministro Hacienda, Nicolás Dujovne, en su cuenta en Twitter.

El MSCI dio su apoyo a Macri, pero hasta último momento se temió que las turbulencias del último mes fueran demasiado para los mercados, refractarios a los vaivenes de la economía argentina. El martes pasado, el pesimismo venció incluso a los inversores locales y la bolsa se hundió 8%, arrastrada por las acciones de los bancos y las empresas de energía. Tras un miércoles sin mercados por un feriado nacional, se espera que el rebote bursátil del jueves recupere el espacio perdido.

La decisión del MSCI coincidió con la aprobación formal del crédito que el FMI concedió a Argentina. Los 24 miembros del directorio reunidos en Washington, que representan a 189 países, apoyaron por consenso las bases del acuerdo firmado con Buenos Aires. “Nosotros abrazamos este apoyo con gran humildad, prestando gran atención de toda la gente de Argentina”, dijo la titular del Fondo, Christine Lagarde. “Las autoridades argentinas diseñaron y son los dueños totales del programa. La base es de ellos y creemos que bien implementado, el programa será un éxito”, dijo.

El primer paso del acuerdo implica el desembolso de 15.000 millones de dólares que el Banco Central argentino usará para reforzar sus reservas internacionales y sostener al peso. A cambio, el Gobierno se comprometió a reducir el déficit a 1,3% en 2019 y a cero en 2020. Cumplir con las metas exigirá a Macri aplicar un duro ajuste fiscal en las vísperas de un año electoral donde buscará la reelección. La gran duda es si tendrá margen político para apretar las clavijas del gasto, sobre todo en los sectores sociales, los más perjudicados por la desaceleración de la economía y la inflación.

 

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