Cacao, pilar importante que soporta economía del Tipnis

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Foto: José Hinojosa / Los Tiempos

SEGÚN LOS COMUNARIOS, LA PRODUCCIÓN DEL PARQUE NACIONAL, DONDE EXISTEN CERCA DE 200 AGRICULTORES EN ESTE RUBRO, “ES MUCHO MÁS RICA” QUE EL CACAO HÍBRIDO, QUE ES PRODUCIDO EN LA PAZ, CON RENDIMIENTOS QUE SUPERAN LOS 20 QUINTALES POR HECTÁREA.

“Aquí tenemos todo para comer en abundancia, nuestra comunidad es como un mercado. Y con chocolate hacemos estudiar a nuestros hijos”, dice Yeny Ramos, habitante de Santa Lucía, una comunidad ubicada a orillas del río Sécure y que forma parte del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis).

Aquí, al igual que en otros lugares, la única actividad que genera recursos económicos es la producción de cacao, puesto que la agricultura y ganadería son practicadas a modo de subsistencia.

La producción del denominado chocolate no involucra grandes extensiones de terreno, pues cada familia cuenta con aproximadamente cinco hectáreas de plantaciones, de las que cosechan el fruto una vez por año, y de éste extraen las semillas para comercializarlas en la ciudad de Trinidad (Beni) como también a las empresas que recorren las comunidades del Tipnis a través de los ríos en búsqueda del producto.

El precio que perciben los comunarios por cada arroba de semilla de chocolate es de 300 bolivianos cuando el producto es comercializado en la comunidad, ya que cuando es transportado hasta Trinidad tiene un incremento. Los rendimientos por hectárea oscilan entre 6 y 7 quintales, es decir entre 24 y 28 arrobas.

Ovidio Teco, quien forma parte de los aproximadamente 200 productores de cacao que se encuentran en el Tipnis, y que además preside la Federación de Asociaciones Benianas de Productores de Cacao (FABP Cacao), menciona que este departamento produce cacao silvestre, que “es mucho más rico” que el cacao híbrido, que es producido en el departamento de La Paz con rendimientos que superan los 20 quintales por hectárea.

La producción de este alimento, según Teco, ha despertado el interés de muchos comunarios del Tipnis que ahora pretenden crear una asociación, sobre todo después de la creación de un programa nacional creado por el Gobierno nacional que garantiza la compra de la totalidad de la producción.

Sin embargo, Teco afirma que este programa, que nació con un presupuesto de 260 millones de bolivianos, se encuentra estancado por falta de presupuesto. Pese a esta situación adversa, los productores del Tipnis continúan ampliando sus plantaciones de cacao.

De diciembre a mayo

La cosecha del cacao se da entre los meses de diciembre y mayo. Los productores colectan los frutos y extraen las semillas para posteriormente fermentarlas, secarlas y comercializarlas. “Si está mal fermentado sale mal el cacao”, dice el productor.

Pero las actividades económicas de las comunidades de la zona baja del Tipnis, que se encuentran a orillas del río Sécure, se complementan con la agricultura, ganadería, caza y pesca. La siembra en pequeñas proporciones de maíz, arroz, yuca, plátano, caña de azúcar, naranja, toronja así como la crianza de vacas y cerdos, garantiza la subsistencia de los habitantes, quienes además se apoyan en la caza de animales de monte y pesca.

“Nuestra vida es tranquila en el Tipnis. Vivimos con nuestro mismo sembrado y las cosas que necesitamos del pueblo son muy pocas”, afirma Shirley Colque, habitante de la comunidad Santa Lucía.

 

CRITICAN PROYECTOS

Alexander Morales Núñez, que se desempeña como corregidor de Santa Lucía, asegura que las familias que componen esta comunidad viven tranquilas con los productos que les otorga la naturaleza, aunque es consciente que aquí, como en otras comunidades, siempre hace falta algún proyecto de desarrollo. Pero su experiencia le dice que hay ciertos efectos negativos de la implementación de proyectos, que derivan en la pereza de los comunarios.

“Cuando uno agarra un proyecto, vive de ese proyecto, y lo vuelve mal acostumbrado, y ya no queremos trabajar en nuestro chaco. (A) muchos hermanos hemos visto que se hacen flojos”, dice la máxima autoridad de Santa Lucía haciendo referencia a algunos proyectos de dotación de ganado vacuno que en algún momento impulsó el Gobierno nacional.

 

LAS “GARRAS” DEL NARCOTRÁFICO

Un poblador de Gundonovia, que prefiere mantener su nombre en reserva, revela a Los Tiempos que el narcotráfico tuvo su paso por esta comunidad entre los últimos meses del año pasado y principios de 2017. Él afirma que existen pistas de aterrizaje en estancias privadas, cercanas al Tipnis, que supuestamente son utilizadas para el traslado de la droga.

“En Gundonovia hubo esta actividad, como dueños de casa paraban los compañeritos”, asegura, y añade que el material era traído desde arriba; es decir, de las comunidades habitadas por los colonos productores de coca. Sin embargo, indica que él y otras personas pidieron no involucrar a la comunidad en la actividad, algo que, en su criterio, tuvo resultados. Asegura que ha visto agentes de Umopar en el Tipnis, pero cree que sólo vienen a “cobrar su mensualidad para no atacarlos”.

 

Alimentos

Los pobladores del Tipnis también cazan, pescan y crían ganado.