¿Dónde se pagan los mejores y peores salarios mínimos?

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El jefe de Gabinete de Ministros de Argentina, Jorge Capitanich, contó este lunes que su país es donde rige el salario mínimo más alto de Latinoamérica. Ya no es así. Después de la devaluación del peso de enero pasado, el más elevado se paga en Venezuela, si se toma la cotización oficial del bolívar, que supone un décimo de lo que se abona por él en el mercado negro en este país en el que, al igual que en Argentina, se han impuesto restricciones cambiarias. Si al salario mínimo venezolano se lo cotiza a la tasa de cambio del segmento paralelo, entonces pasa a ser el más bajo de la región y el de Panamá se convierte entonces en líder regional. Es usual que los Gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, Nicolás Maduro y Ricardo Martinelli, estos dos últimos enfrentados seriamente por la crisis política venezolana, coincidan en el hecho de reivindicar que en sus territorios se perciben los mejores salarios mínimos de América Latina. Veamos qué es lo que realmente sucede en la región, según la cotización cambiara de las monedas locales de este lunes (17/03/14):

País

En euros

Cotización paralela

Venezuela

372

46

Panamá

353

 

Costa Rica

344

 

Argentina

320

250

Paraguay

297

 

Uruguay

282

 

Chile

264

 

Ecuador

245

 

Brasil

220

 

Guatemala

219

 

Colombia

217

 

Perú

192

 

Honduras

127

 

Bolivia

124

 

México

104

 

Dominicana

100

 

Nicaragua

91

 

El Salvador

81

 

Hay que aclarar que en diversos países de Centroamérica y en México rigen varios salarios mínimos según la actividad o la región donde está empleado el trabajador. Son los casos de Panamá o Costa Rica. Además es pertinente remarcar que hay países donde está negociándose un aumento, por lo que más temprano que tarde se elevará el nivel. Es el ejemplo de Bolivia. Además hay que tener en cuenta la lamentable realidad de que en muchos países, tal vez en todos, el salario mínimo no rige para las empleadas domésticas o asistentas, que tienen un nivel básico legal menor que el resto de los trabajadores.

Si se toman las cotizaciones oficiales del bolívar y del peso argentino, Venezuela lidera en salario mínimo en la región, seguida por Panamá, Costa Rica y Argentina, en cuarto lugar. Recordemos que las importaciones en Venezuela y Argentina se rigen por la tasa de cambio legal, por lo que ésta tiene un peso sustantivo en los precios finales de los productos y servicios.

Pero tampoco se puede decir que los segmentos cambiarios paralelos de ambos países no influyen en nada en los valores de los bienes. Consideremos por un lado la tasa de cambio del mercado ilegal de divisas en Venezuela. Por otro, la del llamado contado con liqui en Argentina, que es una manera legal de hacerse de dólares mediante la compra de acciones o bonos que se liquidan en el exterior a un precio mayor que en la plaza oficial. Éste es un medio muy usado por las filiales de multinacionales para transferir beneficios a sus casas matrices, por lo que su nivel termina teniendo un impacto en los precios. Tomando estas cotizaciones paralelas, Panamá, Costa Rica y Paraguay liderarían en salario mínimo y Argentina bajaría del cuarto al sexto puesto. Claro que tampoco sería correcto tomar como verdaderas estas cotizaciones del bolívar y del peso. Si considera la tasa de cambio oficial de Venezuela, entonces los países con menores salarios mínimos son El Salvador, Nicaragua y República Dominicana.

El aumento del salario mínimo en la mayoría de la región en este siglo (una excepción ha sido México) ha contribuido a la reducción de la pobreza y de la desigualdad de ingresos. Ha constituido una herramienta central de los gobiernos de diversos colores políticos para intentar que ningún trabajador de la economía formal padeciese necesidades básicas insatisfechas. Pero también es cierto que en Latinoamérica hay muchas informalidad laboral, y en ese submundo no rige el salario mínimo más que como una guía orientadora del mercado, pero no como obligación legal. En Latinoamérica, el 23% de los asalariados carece de protección de salud y de contribuciones patronales para su futura pensión. Además, hay muchas empresas, no solo pymes sino grandes y hasta multinacionales, que pagan parte del salario en blanco y parte sin los aportes correspondientes. Veamos, para terminar y para tener en cuenta el real alcance del salario mínimo legal, la cantidad de empleados que en cada país se desempeña fuera de la ley, ya sea en los sectores público (sí, el Estado también contrata de manera ilegal) o privado, tanto los que carecen de contribuciones al sistema sanitario como al de pensiones, o los dos casos, según los datos de 2012 de los países que figuran en este ítem dentro del último informe laboral regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT):

País

% de empleados

% de asistentas

 

en la informalidad

en la informalidad

Uruguay

2,7

 

2,9

Costa Rica

14,1

 

27,6

Panamá

26,3

 

51,3

Argentina

27,2

 

51,8

Brasil

29,8

 

53,7

Perú

36,5

 

49,5

Colombia

47,5

 

69,5

Ecuador

49,1

 

54,2

México

52,7

 

95,5

El Salvador

57,8

 

87,7

Paraguay

58,2

 

86

Aquí se ve con claridad que Uruguay, que están entre los países de mayor salario mínimo, lidera y es un ejemplo en trabajo formal. Lo siguen con situaciones menos envidiables Costa Rica y Panamá, otros dos países con elevada nómina básica. En cambio, Paraguay podrá establecer alto el salario mínimo, pero es el de más empleados informales, dentro de los países analizados. Tampoco están mucho mejor El Salvador y México. Ni qué decir que las asistentas domésticas están incluso peor que el resto de los asalariados. El 55,1% de ellas trabaja sin protección social en Latinoamérica. En México, El Salvador y Paraguay son una ínfima minoría las regularizadas. El contraste es Uruguay. También está mejor Costa Rica y Perú.