Unión Europea: El ambicioso Pacto Verde para frenar el cambio climático

France 24
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Pacto verde de la Unión Europea

Con el ambicioso plan, la Comisión Europea tiene la intención de transformar la economía del bloque y acabar con la dependencia de los combustibles fósiles. Desde la institución consideran indispensable este esfuerzo para neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.

“Europa es ahora el primer continente que presenta una arquitectura integral para cumplir nuestras ambiciones climáticas”, dijo la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante una rueda de prensa en Bruselas.

No es ningún secreto que la Unión Europea pretende ubicar a Europa como una de las regiones líderes en el cumplimiento del Acuerdo de París, firmado por las principales potencias contaminantes para reducir el impacto del cambio climático.

“La emisión de CO2 debe de tener un precio”, añadió Von der Leyen, mientras explicaba las trece iniciativas legislativas que afectarán al transporte, la energía, al mercado de emisiones de carbono y a la biodiversidad.

El paquete de acciones llamado “Fit For 55”, hace referencia al compromiso de la UE de reducir en 2030 sus emisiones al menos en un 55 % con respecto a los niveles de 1990, como paso intermedio para alcanzar la neutralidad climática en 2050, límite fijado para que el espacio comunitario no libere más dióxido de carbono del que pueda absorber.

Los puntos del plan de la Unión Europea para reducir sus emisiones

Entre las principales propuestas está la prohibición de la venta de automóviles de gasolina a partir de 2035, una de las medidas más ambiciosas y al mismo tiempo controvertidas entre los distintos países que forman la Unión.

Esto significa que la industria europea de la automoción, que representa el 6 % del empleo y más del 7 % del PIB comunitario, tendrá que desprenderse progresivamente de los motores contaminantes hasta que en 2035 en el bloque sólo se comercialicen vehículos impulsados con energías renovables.

“El 20 % de nuestras emisiones sigue procediendo de nuestras carreteras”, dijo al respecto este jueves la comisaria europea de Transporte, Adina Valean, mientras enfatizaba que el organismo no planea dejar de impulsar la industria de la automoción.

Francia ha expresado su temor a una posible respuesta de los llamados ‘Chalecos amarillos‘, movimiento de protestas surgido en 2018 contra la aplicación de un impuesto ambiental sobre el combustible por considerar que la medida atentaba contra los derechos laborales, la economía y el poder adquisitivo de las familias.

Otra de las medidas se centrará en la energía. Del actual objetivo del uso de un 32 % de energías renovables en el consumo final bruto de la UE, en 2030 se pasará al 40 %. Esto deberá ser legalmente vinculante para los países miembro. Los edificios, responsables del 40 % del consumo energético y del 36% de las emisiones del continente, deberán adaptarse para tener un 49 % de su energía de fuentes renovables en 2030.

También tiene un lugar en el centro del paquete legislativo la ambición de dar más impulso al defectuoso Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) de la UE, el mayor mercado de carbono del mundo, por el que se supone que la industria debe pagar por el derecho a contaminar. El punto ha generado el rechazo de muchas organizaciones medioambientales, que consideran peligroso que las agresiones al medio ambiente sean un bien que se pueda comprar.

El Pacto Verde, un plan considerado “inadecuado” por ambientalistas

De hecho, tras el anuncio de las medidas, muchos activistas ambientales no tardaron en denunciar que la propuesta de la Comisión no es lo suficientemente ambiciosa. La Oficina Europea de Medio Ambiente rechazó el plan y con consideró que este es “inadecuado e injusto” si su objetivo es el de luchar contra el cambio climático.

Pero las propuestas no han generado únicamente el descontento de los ecologistas, también han tensado las cuerdas dentro de la propia Unión Europea. Debido, principalmente, a que el uso de fuentes de energía y transporte más limpios supondrán un mayor gasto e inversión para los 27 países que conforman la Unión Europea.

“Dadas las consecuencias sociales y económicas de esta madre de todas las leyes, su aprobación corre el riesgo de convertirse en un doloroso calvario de resultado incierto”, advirtió conservador belga Johan Van Overtveldt ante el Parlamento Europeo.

Otro de los frentes abiertos será el de la aviación, ya que la Comisión Europea también planea aumentar los impuestos para la compra de combustible destinado a los viajes intercomunitarios. El avión es el medio de transporte más contaminante del mundo: cada vez que un ciudadano toma un vuelo, emite 391 gramos de emisiones de carbono por kilómetro recorrido.

Sin embargo, la medida amenaza con subir el precio de los vuelos europeos, algo que podría afectar al turismo en países como Grecia, Italia o España.

Con EFE, AFP y medios locales