32 compañías de medios de comunicación presentan una denuncia antimonopolio contra Google

Alberto R. Aguiar | Business Insider
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Foto: Peter Morgan | AP

Hasta 32 grupos editoriales de Europa han presentado esta semana una denuncia antimonopolio contra el gigante tecnológico del buscador. Acusan a Google de un comportamiento contrario a la libre competencia en la industria de la publicidad en línea, y le reclaman una indemnización conjunta que supera los 2.100 millones de euros.

Las empresas demandantes proceden de 17 países distintos y entre ellas se encuentran grupos como Axel Springer —matriz de Axel Springer España, editora de Business Insider España—, Prensa Ibérica —El Periódico, El Periódico de España— o Godo —La Vanguardia—, entre otras. La denuncia se ha interpuesto en Ámsterdam, Países Bajos, y la llevan dos despachos, Geradin Partners y Stek.

Hay precedentes en este caso. La autoridad de la competencia francesa dictaminó en 2021 que Google había abusado de su posición de dominio en la industria publicitaria favoreciendo sus propias herramientas frente a las de la competencia y la sancionó con 220 millones de euros. En 2023, Bruselas acusó de lo mismo a la multinacional. Y en EEUU se investiga un caso similar.

La nota de prensa de los despachos involucrados en la demanda detalla que las compañías “han tenido pérdidas debido a un mercado menos competitivo producto del comportamiento de Google”, que si no hubiera abusado de su posición de dominio “estas empresas habrían tenido ingresos significativamente superiores en publicidad y habría pagado menos tasas por servicios digitales”.

También indican por qué se ha interpuesto la demanda en Países Bajos: se trata de una jurisdicción clave para este tipo de demandas colectivas, ya que permite centralizarlas sin hacer que cada empresa deba iniciar una causa en los juzgados de su país, lo que hubiera puesto en riesgo el caso por posibles inconsistencias.

“Cuando navegamos en línea, visitando por ejemplo nuestro periódico favorito, vemos anuncios. Esos anuncios no están ahí de forma aleatoria, sino que se nos muestran por un sofisticado proceso por el cual se conecta un anuncio con nosotros, los usuarios, con el objetivo de impactar sobre potenciales consumidores”, indican los despachos.

“La publicidad es crucial para el periodismo independiente en Europa”, pero “Google domina las fases claves de este proceso”. “Si comparáramos la industria de la publicidad digital con la bolsa, Google representaría tanto a compradores como vendedores, cobrando además las comisiones, lo que refleja un claro conflicto de intereses”, enfatiza el escrito.

Uno de los dos despachos involucrados en la demanda, Geradin Partners, ya logró la victoria en el litigio que se siguió en Francia, y también ha asistido al Consejo Europeo de Editores en sus quejas ante Bruselas.

“La autoridad de la competencia francesa detectó que este conflicto de interés permite a Google dar preferencia en su ecosistema a sus propias herramientas publicitarias, lo que ha menoscabado la competencia en otros aspectos de la industria, como es en el caso de los proveedores de anuncios o de las supply-side platforms, es decir, las plataformas de suministro de anuncios para editores.

Así, los medios “se vieron negativamente afectados en un momento en el que sus modelos económicos ya estaban debilitándose por la caída en ventas de suscripciones impresas y por los descensos de publicidad directa”.

En unas declaraciones que recoge la propia nota de prensa, Jan Bart van de Hel, socio de Stek en Amsterdam, indica que “muchos editores han tenido perjuicios por las dañinas actuaciones de Google”. “Es importante emprender estas acciones, no solo para que se compensen esos daños, sino para que Google cese esta conducta anticompetitiva”.

Damien Geradin, socio fundador de Geradin Partners, ha enfatizado lo orgulloso que se siente por “representar a más de 30 editores”. “Ha llevado mucho tiempo llegar al corazón de lo que estaba haciéndose mal por parte de Google en la industria publicitaria. Es hora de que Google se haga cargo de sus abusos y compense a sus víctimas: el diverso sector europeo de medios”.

Hace dos años las tecnológicas protagonizaron una gran bronca con los medios de comunicación en Australia. Una ley forzó a las plataformas a pagar a los medios por hacer uso de sus contenidos en sus servicios digitales y en represalia Facebook llegó a vetar que se compartieran las informaciones de estas cabeceras en su red social.

Tanto Facebook y Google abrieron la puerta entonces a empezar a pagar a los medios de comunicación, pero algunos analistas vienen advirtiendo desde hace meses que esa no es realmente la solución para todo el sector mediático.

Esta demanda colectiva surge además en un momento en el que en Europa ya están entrando en aplicación dos reglamentos digitales de la Unión Europea, y uno de ellos se detiene precisamente en las distorsiones que las plataformas provocan en sus respectivos mercados. Se trata del Reglamento de Mercados Digitales o DMA, por sus siglas en inglés.

Por su lado, a finales del año pasado Meta, propietaria de Facebook e Instagram, vio cómo más de 80 medios españoles interponían otra demanda similar por la que pedían a la multinacional tecnológica una compensación de más de 550 millones de euros.