A un año de su entrega, tres plantas de ciclos combinados están ociosas
Hace al menos un año, el expresidente Evo Morales inauguró tres proyectos de ciclos combinados en las plantas termoeléctricas del Sur, Entre Ríos y Warnes. Actualmente, estos proyectos, que demandaron una inversión de aproximadamente 1.386 millones de dólares, se encuentran con capacidad ociosa, debido a la falta de mercados de exportación de energía eléctrica.
La actual administración de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y analistas en el área califican como irracional la decisión del anterior Gobierno de ejecutar estos millonarios proyectos de manera conjunta sin haber concretado previamente mercados de exportación. Aunque ENDE ahora trabaja en la búsqueda de mercados, se encuentra con otro obstáculo: la falta de gas.
Según boletines oficiales, el proyecto de ciclos combinados de la Termoeléctrica del Sur permitió adicionar una capacidad de generación de 320 megavatios (MW) a los 160 instalados previamente. Similar proyecto en la Termoeléctrica Entre Ríos incrementó 380 MW a los 100 previos.
Los ciclos combinados en la Termoeléctrica Warnes adicionaron una capacidad de generación de 320 a los 200 anteriormente instalados. Con estos importantes proyectos, Bolivia tiene una capacidad de generación de energía eléctrica de 3.169 MW, sin embargo, el consumo interno solamente bordea los 1.600 MW.
Al respecto, el gerente de desarrollo estratégico y proyectos de ENDE, José Padilla, considera que estos proyectos representan un aporte a la generación de energía eléctrica en el país, pero es indispensable contar con mercados de exportación, ya que actualmente no están trabajando a tiempo completo o en su máxima capacidad.
La construcción de dichos proyectos tuvo un interés político. Padilla señala que las inversiones se realizaron incluso sin la autorización de los directorios, por lo que fueron medidas arbitrarias y perjudiciales para otras empresas generadoras de electricidad, las que ahora deben bajar su potencia para que los ciclos combinados entren en operación.
Aunque los tres proyectos de ciclos combinados tienen la capacidad de incrementar la capacidad de generación eléctrica en más de 1.000 MW, Padilla dice que Bolivia sigue siendo una isla en el tema de integración. Añade que la construcción de dichos proyectos, sin tener mercados asegurados para justificar la inversión, “es un tema netamente irracional”.
Al respecto, el analista y exministro de Hidrocarburos y Energía, Álvaro Ríos, hace tres observaciones a la ejecución de mencionados proyectos. En primer lugar, cuestiona la modalidad de contratación por invitación selectiva pese a tratarse de montos millonarios. Considera que estos procesos deben ser investigados por la actual administración de ENDE y por la Contraloría General del Estado.
La segunda observación de Ríos es que ninguno de los tres proyectos de ciclos combinados ha sido completamente entregado hasta la fecha pese a ser contratados hace más de cuatro años. Finalmente, observa la justificación para construir estos proyectos de generación eléctrica, puesto que el país no necesitaba invertir más de 1.300 millones de dólares para la ejecución de tres proyectos de manera simultánea.
“El país en este momento cuenta con una sobrecapacidad de casi 2.000 MW, casi tenemos el 50 por ciento de la capacidad (de generación) ociosa y estas plantas de ciclo combinado no están despachando como deberían despachar, que es lo peor, porque la demanda no está ahí, entonces ciertamente pueden ser considerados una especie de elefante blanco”, agregó Ríos.
Datos estadísticos publicados por el Comité Nacional de Despacho de Carga (CNDC) muestran que efectivamente los proyectos mencionados no operan a capacidad plena.
De las 13 unidades de generación de la planta termoeléctrica Entre Ríos, cuatro no operaron entre los meses de enero y julio de 2020. Seis operaron con pausas de uno a tres meses, mientras que tres unidades funcionaron de manera ininterrumpida.
En la planta termoeléctrica del Sur la situación es parecida. Ninguna de las 10 unidades de generación operó continuamente, pues el reporte menciona que pararon entre uno y cuatro meses entre enero y julio de 2020.
Lo propio ocurre en la planta termoeléctrica Warnes. De las 15 unidades de generación, solamente tres funcionaron ininterrumpidamente, mientras que 12 unidades pausaron entre dos y cuatro meses en similar periodo.
Sin embargo, el past presidente del Colegio de Ingenieros Electricistas y Electrónicos de Bolivia (CIEEB), Jaime Jiménez, destaca la implementación de los ciclos combinados en las plantas termoeléctricas, puesto que al optimizar el aprovechamiento de gas natural permite generar mayor electricidad con la misma materia prima.
Bajas reservas de gas condicionan exportación
Uno de los propósitos de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) es concretar la exportación de electricidad a los mercados de Brasil y Argentina, sin embargo, las bajas reservas de gas para la generación de energía eléctrica condicionan el avance del proceso, indicó el gerente de desarrollo estratégico y proyectos, José Padilla.
Aunque Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) informó que las reservas probadas de gas en el país llegan a 8,95 trillones de pies cúbicos (TCF), Padilla mencionó que el número es menor y que está por debajo de 5 TCF.
“Las reservas de gas son muy bajas en Bolivia en este momento para garantizar energía disponible”, dijo Padilla, a tiempo de proponer la explotación de campos maduros como medida inmediata para aumentar la producción de gas.
Sin embargo, considera importante el trabajo conjunto que se lleva a cabo entre ambas empresas estatales para garantizar la disponibilidad de gas destinado a la generación de electricidad.
Padilla informó que ENDE sostendrá reuniones los días 9 y 11 de septiembre en la ciudad de Cuiabá para abordar el tema de la exportación, mientras que ENDE Transmisión Argentina S.A. (ETASA), empresa subsidiaria de ENDE Corporación, hace lo propio en el norte argentino, donde aún no se concluye la línea de transmisión Juana Azurduy.