Argentina y acreedores no ceden y crece tensión en reestructuración deuda soberana

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Cuando faltan solo dos días para el cierre de las conversaciones para canjear 65.000 millones de dólares en bonos, el diálogo parece haber llegado a un parate, aunque el presidente Alberto Fernández dijo en la noche del miércoles que espera acercar las posiciones en los próximos días.

“Vamos a pagar en la medida de lo que podamos. Ni un milimetro más. Y en eso soy inflexible”, dijo Fernández en una entrevista con el canal de televisión Telefé.

El Gobierno publicó los últimos ajustes a su oferta, que implica un valor presente neto de 50 dólares por cada 100 más un cupón ligado a las exportaciones del país, dijeron el miércoles a Reuters dos fuentes oficiales.

Por otro lado, un importante grupo de acreedores dijo que el Gobierno rechazó su oferta de reestructuración y que las negociaciones han fracasado.

El país sudamericano, gran productor de granos, ha buscado durante meses un acuerdo con los acreedores que permita afrontar una deuda sostenible, ya que considera que sus obligaciones actuales son impagables.

“El Gobierno cree que tiene un costo insostenible para los argentinos la propuesta de los acreedores”, dijo una de las fuentes, que pidió no ser identificada.

“El presidente no va a ceder más”, agregó, y señaló que el Gobierno notaba una falta de coordinación entre los diferentes grupos de acreedores y que la posición más dura la sustenta el fondo BlackRock, el mayor administrador de activos del planeta.

El grupo de bonistas “Ad Hoc”, que incluye a los fondos Fidelity, AllianceBernstein y BlackRock, dijo que debido al fracaso en las negociaciones con el Gobierno estaba analizando “todos los derechos y recursos disponibles”.

Según “Ad Hoc”, su oferta implica una combinación de bajos cupones y extensiones de vencimiento que resultaban en un alivio para el país de 23.000 millones de dólares en cuatro años.

Una segunda fuente, con conocimiento de las negociaciones de deuda, dijo a Reuters que el país fue “tan lejos como pudo pero los acreedores quieren más” y agregó que el cupón ligado a las exportaciones del país no alcanzaron para satisfacer a los bonistas.

“Los acreedores vieron los cupones como un beneficio, pero no como una herramienta lo suficientemente fuerte como para cerrar la brecha”, explicó.

Argentina ha argumentado durante mucho tiempo que el análisis de sostenibilidad de la deuda demostró que el país no está en condiciones de pagar más. El Fondo Monetario Internacional (FMI), un acreedor importante del país, ha apoyado esa postura.

El miércoles el Gobierno no renovó los convenios de confidencialidad firmados con los acreedores.

“Permitir que (los acuerdos de confidencialidad) expiren significa que alcanzamos el límite de lo que podemos dar, pero los acreedores no han reconocido que se había alcanzado ese límite”, explicó la segunda fuente.

 

Reporte de Jorge Iorio y Hugh Bronstein en Buenos Aires, Rodrigo Campos en Nueva York. Escrito por Eliana Raszewski, Editado por Manuel Farías – REUTERS