Criminales de saco y corbata reciben los premios Silicon Valley
Silicon Valley fomenta su propio “premio Nobel” a empresarios, figuras de Hollywood y a estafadores “recuperados”.
La alfombra roja de una entrega de premios que se realizó en Los Ángeles reunió personajes de todo tipo. Esto es, Elon Musk, Bill Gates, la CEO de una multinacional farmacéutica, actores, cantantes y estafadores de Wall Street devenidos en filántropos.
Michael Milken fue conocido como “el rey de los bonos basura” de Wall Street cuando en 1990 lo condenaron por fraude de valores, evasión impositiva y otros delitos, a diez años de prisión, a pagar una multa de seiscientos millones de dólares, y le prohibieron de por vida trabajar en el mercado de valores. Igualmente, sólo cumplió dos años en prisión porque la Justicia norteamericana lo recompensó por haber cooperado. Ed Pressman, productor de Wall Street (1987), dijo que Michael Milken fue una de los inspiradores de Gordon Gekko, el personaje que protagonizó Michael Douglas.
Tras su salida de la cárcel, Michael Milken se hizo filántropo para recaudar fondos en investigación médicas, y crear el Milken Institute, una organización sin fines de lucro que busca “soluciones prácticas a desafíos globales conectando recursos humanos, financieros y educativos con quienes los necesitan”.
El devenir final del caso de Michael Milken fue mencionado por los abogados del Sam Bankman-Fried en el reciente juicio que condenó a 25 años de cárcel al “rey de las cripto” y a 11 millones de dólares de multa. “La sentencia de dos años de Milken le dio a él una segunda oportunidad”, dijeron sus abogados. “Si se le diera la misma oportunidad, Sam (Bankman-fried) dedicaría su vida posterior a la cárcel a obras de caridad, buscando las mejores formas de ayudar a los demás”.
Michael Milken fue uno de los asistentes al llamado “premio Oscar de la ciencia” que se realizó en Los Ángeles: el Breakthrough Prize. Creado en 2010, este galardón recompensa a “las mentes más brillantes del mundo” en campos que incluyen las ciencias de la vida, la física fundamental y las matemáticas, y con el apoyo de Silicon Valley, se presenta como la respuesta a los Nobel. Sergey Brin –co-fundador de Google– y Mark Zuckerberg son dos de los que respaldan este premio.
En esta edición, se repartieron quince millones de dólares en premios. Y por ejemplo, tres millones de dólares serán compartidos por dos científicos: el franco-canadiense Michel Sadelain, elegido por su investigación sobre la modificación genética de las células inmunitarias para combatir el cáncer; y el inmunólogo estadounidense Carl June, quien dirigió una investigación innovadora en ese mismo campo.
Otros veinte científicos fueron distinguidos también en los Breakthrough Prize por investigaciones que incluyeron fármacos para tratar la causa subyacente de la fibrosis quística, un trastorno genético que afecta a los pulmones, y el descubrimiento de las causas genéticas más comunes de la enfermedad de Parkinson.
Como se puede ver, muchos de los avatares modernos se han juntado en el mismo ruedo para devolverse favores en la compensación de premios, mientras dos terceras partes de la humanidad siguen despojadas en esencia del sueño ilusorio y fantasmal de los premios Silicon Valley.
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