El mayor recurso sin explotar de la economía global

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Lea en los tres próximos días notas de opinión escritas por mujeres

* Cuando las mujeres ganan, el mundo gana´

* ´El poder económico de la igualdad de género´

* ´La economía es irremediablemente sexista´ 

En 2015, los líderes mundiales se comprometieron a “lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas” durante los próximos 15 años, como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Y, sin embargo, según una estimación del Foro Económico Mundial, se necesitarán otros 131 años para alcanzar la paridad de género.

Como explican la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y la presidenta del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, Odile Renaud-Basso, perseguir la igualdad de género “no se trata sólo de justicia social o de corregir errores actuales y pasados”. Más bien, “la inclusión es buena para los negocios”, con “un mayor equilibrio de género en los directorios bancarios”, por ejemplo, “asociado con una mayor estabilidad financiera y un mejor desempeño”.

Sabemos cómo mejorar las perspectivas económicas de las mujeres, señala Rudo Kayombo de BRAC International. En África, por ejemplo, “la investigación y la experiencia han demostrado la eficacia de brindar a las mujeres y niñas que viven en la pobreza extrema un activo productivo, apoyo para satisfacer sus necesidades básicas y orientación y capacitación a largo plazo”. Pero si bien los países tienen “los recursos, la evidencia y el conocimiento técnico”, a menudo carecen de “la voluntad política para actuar”.

Pero podría haber otra razón clave por la que las políticas económicas no logran empoderar adecuadamente a las mujeres: la subrepresentación de las mujeres en la profesión económica. Y como lo demuestra el ex Ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis , “la escasez de modelos femeninos en este campo” es sólo una parte del problema. El problema más importante es que la disciplina se centra en el Homo economicus: un “idiota racional machista” en quien “ninguna mujer sensata” se reconoce.