
Los entusiastas de las criptomonedas suelen comparar Bitcoin con el oro, afirmando que ambos activos actúan como reservas de valor. Es probable que la nueva ronda de disputas comerciales entre Estados Unidos y China ponga a prueba esta máxima. El oro continúa su ascenso histórico, cotizando por encima de los 4200 dólares, y se espera que suba más del 60 % en 2025. En el mismo periodo, Bitcoin subió un 20 %, un resultado aún impresionante, pero definitivamente desvinculado de su materia prima madre.
Quizás el punto más importante, sin embargo, sea la reciente caída de las criptomonedas. El viernes pasado, cuando los mercados financieros reaccionaron a las nuevas amenazas arancelarias de Trump contra China, Bitcoin cayó más de un 7 %. Durante esa sesión bursátil, las bolsas se desplomaron, lo que atrajo la atención de los inversores. El oro, por otro lado, subió, cumpliendo su función como herramienta de defensa de la cartera cuando las cosas van mal.
El premio Nobel Paul Krugman llamó la atención sobre este fenómeno en su boletín diario. Según su análisis, las criptomonedas se ven cada vez más impulsadas por fundamentos políticos, no económicos. Esto se debe a que Trump es un defensor de los criptoactivos y él mismo se beneficia de los máximos del mercado, tras haber lanzado su propia moneda.