Los productos básicos enfrentan presiones tanto en el lado de la oferta como en el de la demanda. Los mercados bursátiles cierran sin fuerzas, incluso con un acuerdo por la deuda americana.
La jornada ayer comenzó con precios a la baja: el IGP-M (la “inflación de las rentas”) mostró en mayo una deflación del 1,84% respecto al mes anterior, superior a la esperada. Pero el mercado no tuvo tiempo de festejar este martes, pues la atención estaba puesta en otra gota: la del petróleo.
El Brent cerró la jornada con una fuerte caída del 4%. El precio de la materia prima ha tenido una trayectoria a la baja este año como resultado del endurecimiento monetario en los EEUU, lo que conduce a una menor demanda. Y no hay signos de mejora. Si antes la mayoría de los inversores esperaban que las subidas de tipos de interés tuvieran un respiro, ahora las apuestas a que la FED volverá a subir el tipo 0,25 puntos porcentuales vuelven a ser mayoritarias, según CME Group.
También hay un factor del lado de la oferta. La OPEP+, un cartel formado por 23 importantes productores de petróleo, se enfrenta a una especie de lucha interna. Arabia Saudita, líder extraoficial del grupo y segundo mayor productor de petróleo del mundo, quiere que el bloque cierre el grifo del líquido viscoso y, así, suba su precio.
Los otros países de la OPEP+ estuvieron de acuerdo, pero Rusia, que busca impulsar su frágil economía, no está cumpliendo con el acuerdo y continúa arrojando petróleo a precios bajos en el mercado, lo que ha estado irritando a Riad. El país de Putin es el tercer mayor productor del mundo.
El clímax de esta telenovela debería llegar el 4 de junio, cuando la OPEP+ se reúna en Viena para trazar un plan que oriente la producción del bloque en la segunda mitad del año. Mientras tanto, el precio del petróleo sigue cayendo: el Brent ya se ha desplomado un 14% en el año.