Fitch: Perspectiva económica de Bolivia se ajusta a negativa
La agencia internacional de calificación crediticia Fitch Ratings, la tercera más importante en el sistema financiero del mundo, ratificó la calificación de incumplimiento de emisor (IDR) en moneda extranjera a largo plazo de Bolivia de “BB-” y posicionó su perspectiva de “estable” a “negativa”.
Para el Ministerio de Economía, sin embargo, la calificación crediticia se encuentra respaldada por una sólida posición en la liquidez externa a pesar de su reducción, un alto nivel de Reservas Internacionales Netas (RIN) y un perfil de endeudamiento favorable.
La función principal de Fitch es realizar estudios que indican el riesgo crediticio. Estos son utilizados por los inversores como guía para determinar qué inversiones se cumplirán. Fitch basa las calificaciones en factores, como el tipo de deuda que tiene una empresa y su sensibilidad a los cambios sistémicos, como las tasas de interés.
“La revisión de las Perspectivas a Negativas de Bolivia refleja la creciente vulnerabilidad macroeconómica que representa la rápida erosión de los amortiguadores externos y fiscales, impulsada en parte por acontecimientos adversos e incertidumbres futuras en el sector del gas, una fuente clave de ingresos fiscales”, señala el informe de la calificadora publicado el 20 de junio.
Sin embargo, esta calificación para el analista económico José Gabriel Espinoza no significa que el crecimiento económico del país en 2019 vaya a ser negativa.
“Lo que se expresa con esta calificación negativa es que el crecimiento de 2019 probablemente sea menor a lo esperado para este año”, afirmó Espinoza.
Coincidió que la caída en la venta de gas influyó en esta perspectiva, ya que se constituye en la principal fuente de ingresos económicos para el país.
Otros factores identificados por Espinoza son las inversiones que realiza el Estado en las empresas públicas, muchas de ellas deficitarias, desequilibrando la economía.
También señaló la reducción en las reservas internacionales netas, el déficit comercial, los incrementos salariales y el doble aguinaldo, la política gubernamental de endeudamiento externo, entre otros.
La calificadora hace una evaluación a la oferta y demanda internacional del gas y cómo afecta al país. “El sector gasero de Bolivia está siendo desafiado por un choque de la demanda y problemas de oferta. La producción de gas cayó un 7 por ciento en 2018 y lo ha hecho aún más bruscamente en 2019 hasta ahora (-22 por ciento hasta mayo), ya que el débil crecimiento de Brasil y Argentina y la creciente producción de energía propia han reducido su demanda de importaciones”, de acuerdo a Fitch Ratings.
Para el Ministerio de Economía no todo es negativo, sino que la calificadora remarca el alto nivel de Reservas Internacionales; la deuda es considerada como una fortaleza; además, destaca que el ratio de intereses sobre ingresos de 4,3 por ciento se encuentra muy por debajo de los países con similar calificación de riesgo.
Fitch también espera que el déficit de la administración pública aumente al 6,4 por ciento del PIB en 2019 y al 8,5% a nivel del sector público; estima que un ajuste fiscal del 4 por ciento del PIB a mediano plazo estabilizaría la deuda/PIB; proyecta un crecimiento del 3,8 por ciento en 2019, pero cree que las perspectivas posteriores a 2019 son inciertas.
DATOS
Escenario político y riesgos económicos. Fitch señala que los ajustes de la política macroeconómica contienen riesgos económicos en cualquier escenario electoral.
Las encuestas y los indecisos. Las encuestas sugieren que la elección podría ser competitiva, con Evo Morales liderando las encuestas, pero con un gran número de votantes indecisos, según Fitch.
Políticas y crecimiento. Fitch espera que los precios (internacionales) del petróleo Brent promedien en $us/b 65 en 2019 y $us/b 62,5 en 2020, afectando los precios del gas boliviano.
ANÁLISIS
Germán Molina. Economista
“Hay un desgaste, una disminución de las reservas”
El sistema cambiario de Bolivia está congelado, el tipo de cambio fijo es 6,97 bolivianos por 1 dólar. Ante este régimen el Banco Central de Bolivia tiene la obligación y la responsabilidad de ofertar en dólares. Hay un desgaste, una disminución fuerte de las reservas internacionales, de lo que fue el máximo stock que tuvimos de 15.000 millones de dólares ahora estamos en 8.000 millones de dólares.
Esta situación de declinación de las reservas internacionales significa que nuestro régimen cambiario está sujeto a la disponibilidad de divisas que se tengan en el país.
Se considera que el nivel óptimo de reservas internacionales para Bolivia, según estudios realizados en gestiones pasadas, son 6.000 millones de dólares. Todavía estamos por encima, pero la tendencia es que va declinando continuamente.