El inversor activista que revolucionó Yahoo y ahora tiene en la mira a Nestlé

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Foto: Reuters

El fabricante de alimentos Nestlé tiene un nuevo accionista que sólo posee el 1% del grupo desde hace pocas semanas, pero ya tiene a la empresa patas arriba.

Se trata de Dan Loeb, el fundador y director del fondo de inversiones Third Point.

Loeb anunció el pasado domingo por la noche que su firma había adquirido el 1,25% de Nestlé, un porcentaje valorado en US$3.500 millones.

La noticia hizo que las acciones de Nestlé se dispararan un 4% hasta llegar a niveles récord.

Pero, ¿por qué una compra tan pequeña ha conseguido mover los cimientos de un conglomerado valorado en US$265.000.000 millones?

El inversor activista

Dan Loeb no es cualquier inversor, es lo que en inglés se conoce como un activist investor o inversor activista.

Es decir, que no le basta con comprar acciones de una empresa y adoptar un papel pasivo: exige un sitio en la junta directiva para poder impulsar cambios importantes.

Este tipo de accionista se suele interesar por compañías mal gestionadas: por ejemplo, que gastan demasiado o que podrían ser más rentables saliendo a Bolsa o viceversa.

Cuando el inversor activista se decide por una firma es porque ha detectado problemas que cree que puede solucionar y ya ha diseñado una serie de planes y medidas que quiere implementar.

De hecho, Third Point no es un desconocido para el mercado: su historial incluye a empresas como Sony y Sotheby’s, pero su actuación más notoria la realizó en Yahoo.

Nueva dirección en Yahoo

En 2011, las acciones de Yahoo apenas superaban los US$13. El portal se había quedadorezagado en la carrera por controlar las búsquedas por Internet y el servicio de correo electrónico.

El fondo de Loeb empezó entonces a comprar acciones. Cuando ya contaba con el 5,1% y se había convertido en el tercer mayor accionista externo a la firma, el inversor hizo públicas sus exigencias.

Hacía poco que Yahoo había despedido a su directora, Carol Bartz. Pero esto no impidió que Loeb pidiera las cabezas de los miembros de la junta que la habían elegido para el puesto pese a ser una “inexperta” en el sector tecnológico.

Su sustituto, Scott Thompson, tampoco fue del agrado del director de Third Point.

Loeb investigó a Thompson y descubrió que no se había licenciado en Contabilidad e Informática, como había asegurado. En realidad, su título emitido por Stonehill College era sólo de Contabilidad.

El inversor abogó por un “director confiablepara Yahoo”. A los pocos días, Thompson renunció.

Tras ingresar en la junta directiva, consiguió reclutar a una candidata que, para él, sí estaba a la altura del reto de reflotar el que había sido uno de los portales pioneros de Internet: Marissa Mayer.

Un año después, las acciones de Yahoo se habían revalorizado y la firma llegó a un acuerdo con Third Point para recomprarlaspor US$29,11 cada una.

Si bien el portal tuvo que venderse a Verizon el año pasado, en ese entonces, Loeb y los inversores a los que representaba consiguieron su objetivo: recibieron más de US$1.000 millones por esta operación.

El turno de Nestlé

La inversión en Nestlé es la más cuantiosa que Third Point haya hecho hasta ahora, así que las expectativas del mercado son altas.

El fabricante de marcas como KitKat o Nescafé es también la empresa más grande en la que haya participado este fondo. En 2016, sus ventas superaron los US$90.000 millones.

Loeb cree que el grupo suizo está “estancado en los viejos tiempos” y que tiene una “cultura seria”. Además, no ve sentido a algunas de las inversiones hechas por Nestlé.

Por ejemplo, Loeb se pregunta por qué un fabricante de alimentos compró el 23% de las acciones de la marca de cosmética L’Oréal.

Por eso, propone vender esta y otras participaciones. Incluso si son rentables: para él, el gigante suizo debería concentrarse en susproductos estratégicos y plantearse objetivos de crecimientomás ambiciosos.De momento, sus propuestas van en la misma línea que las medidas tomadas por el nuevo director del grupo, Mark Schneider, que se hizo con el mando el pasado mes de enero.

Schneider ya había anunciado que estaba dispuesto a vender las divisiones que no funcionaran y que había que reestructurar el grupo para incrementar las ganancias.

Sin embargo, Loeb, que cree que Nestlé rinde por debajo de sus posibilidades, considera que es necesario ir más allá y ha pedido que se articule un “plan de acción más decisivo y contundente“.

De momento, la compañía acaba de anunciar que destinará US$20.800 millones durante los próximos 3 años a recomprar sus propias acciones.