Olvídese de un aterrizaje suave. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ahora apunta a algo mucho más doloroso para la economía para poner fin a la elevada inflación. El problema es que incluso eso puede no ser suficiente.
Los economistas la conocen con el paradójico nombre de “recesión del crecimiento”. A diferencia de un aterrizaje suave, es un período prolongado de escaso crecimiento y aumento del desempleo. Pero no llega a una contracción total de la economía.
Powell “enterró el concepto de un aterrizaje suave” con su discurso del 26 de agosto en Jackson Hole, Wyoming, expresó Diane Swonk, economista jefe de KPMG LLP. Ahora, “el objetivo de la Fed es reducir la inflación al desacelerar el crecimiento por debajo de su potencial”, que los funcionarios fijan en 1,8%.
“Es un poco como la tortura del goteo de agua”, agregó Swonk, quien asistió al simposio anual de Jackson Hole de la Fed la semana pasada. “Es un proceso tortuoso, pero menos tortuoso y menos nocivo que una recesión abrupta”.
El cambio en el mensaje de Powell llamó la atención de Wall Street. Los precios de las acciones se han desplomado desde que el presidente de la Fed prometió hacer lo que sea necesario para librar a la economía de una inflación demasiado alta.
En el arquetípico aterrizaje suave de 1994-1995, la Reserva Federal desaceleró brevemente la economía y contuvo la inflación duplicando las tasas de interés. Pero el desempleo nunca aumentó realmente. Simplemente dejó de caer por un tiempo.
El difunto economista de la Universidad de Nueva York, Solomon Fabricant, acuñó el término “recesión del crecimiento” en una investigación publicada en 1972. Si bien tal escenario puede no ser tan costoso como una contracción real, presenta peligros para la economía, sugirió en ese momento.
Powell aparentemente ha llegado a la conclusión de se necesitará algo más que un aterrizaje suave para controlar la inflación perniciosa de Estados Unidos. En su discurso de Jackson Hole, dijo que el mercado laboral estaba “claramente desequilibrado” y que la demanda de trabajadores superaba sustancialmente a la oferta. Eso condujo a rápidos aumentos salariales que son incompatibles con el objetivo de inflación del 2% de la Fed.
“Es probable que la reducción de la inflación requiera un período sostenido de crecimiento por debajo de la tendencia”, explicó Powell. “Además, es muy probable que haya cierto debilitamiento de las condiciones del mercado laboral”, visto ampliamente como un eufemismo para un mayor desempleo.
Powell dijo que el impacto que tendrán que soportar las empresas y los hogares es preferible a que la Fed no pueda restaurar la estabilidad de precios ahora y tenga que infligir aún más daño a la economía más adelante.
Dejó la puerta abierta a otro aumento de la tasa de interés de 75 puntos básicos en septiembre, y les dijo a sus colegas banqueros centrales en Jackson Hole que la reciente disminución de la inflación en Estados Unidos es inferior a lo que los encargados de la política monetaria quieren ver.
Sin embargo, desacelerar la economía lo suficiente como para aumentar el desempleo sin llevarla a una recesión requerirá algo de suerte. Es mucho más probable que una economía débil que apenas crece se desvíe de su curso debido a un impacto inesperado, como una nueva alza de los precios del petróleo.
“Estamos al límite y somos muy frágiles”, manifestó el economista jefe de Moody’s Analytics, Mark Zandi. “Si algo se sale de los rieles, entraremos en recesión”, aunque agregó que ese no es su caso base.
Es más, una vez que el desempleo comienza a subir, eso tiene efectos colaterales en el resto de la economía, lo que lleva a los hogares a reducir sus gastos y hace que sea más probable una contracción del producto interno bruto.
La llamada Regla Sahm, desarrollada por la exfuncionaria de la Fed Claudia Sahm, señala el comienzo de una recesión cuando el promedio móvil de tres meses de la tasa de desempleo aumenta medio punto porcentual o más desde su mínimo en los 12 meses anteriores.
Esa es una regularidad estadística que siempre se ha mantenido, aunque Sahm, que ahora dirige su propia empresa de consultoría, advierte que no hay nada regular en lo que ha atravesado la economía desde el comienzo de la pandemia.
Otra señal de que una recesión será difícil de evitar: la desaceleración en curso en el mercado de la vivienda en respuesta al alza de las tasas de interés de la Reserva Federal.
El economista jefe de Bank of America para Estados Unidos, Michael Gapen, señaló que una reciente serie de datos más fuertes de lo esperado, incluso en el mercado laboral, ha disminuido sus certezas respecto del comienzo de una recesión en la segunda mitad de este año, aunque ese sigue siendo su pronóstico mientras la Fed lucha por controlar la inflación.
“La historia nos dice que lo más probable es que salir de estas situaciones requiera más que unas pocas décimas de aumento en la tasa de desempleo”, dijo.