La desgarradora penetración del contrabando

Por Redacción dat0s
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Contrabando frontera Argentina
Foto: La Nación

Las cifras son elocuentes y hablan por sí solas. La internación ilegal de mercaderías por las fronteras de Bolivia, representan pérdidas por más de US$ 600 millones en impuestos para el país.

El contrabando se ha convertido en una lacra para Bolivia. De acuerdo a informes divulgados por la Cámara Nacional de Industrias (CNI), la actividad ilegal se ha dado formas para penetrar al país valiéndose de innovadoras fórmulas de internación de mercaderías lo que ha puesto en alerta a los industriales que ven crecer a sus espaldas el contrabando de forma cada vez más peligrosa. Entretanto, el Gobierno comprometido en esa tarea, debe ponerse en acción para evitar que el contrabando siga privando de ingresos al erario por la vía recaudaciones impositivas.

Al margen de los daños económicos que provoca el contrabando a la industria formal, las mafias clandestinas que operan en la ilegalidad han puesto a andar estrategias inverosímiles para burlar el control dispuesto por los organismos estatales encargadas de combatir este flagelo. Por ejemplo, en flotas de pasajeros para evitar controles y, recientemente, se ha detectado que el comercio informal también ha ganado presencia en el market place, una aplicación de internet en la que se compra y vende todo tipo de mercaderías. La denuncia ha sido formulada hace pocos días por los ejecutivos de la CNI con base en información de seguimiento que emplea para basar sus argumentos de que, sin el apoyo estatal, el país estará condenado a convivir con esta actividad que priva fuentes de trabajo y pone en riesgo de cierre, al comercio formal que dejan de ser competitivo por el contrabando.

Los métodos que usan las mafias organizadas del comercio ilegal que penetra por las fronteras del país acaban arrinconando los esfuerzos de las fuerzas de la policía y la Aduana Nacional por el poderío económico que manejan. Se estima, de acuerdo a información de la CNI, que la internación de productos por la vía del contrabando ha crecido sostenidamente en los últimos años a un promedio aproximado de 500 millones de dólares por año, situándose en 2022 en los 3.500 millones de dólares, lo que representa el 7.5 del PIB nacional. Estas cifras están privando de ingresos al Estado por unos 600 millones de dólares.

Otro de los datos alarmantes es que el contrabando no solo le resta competitividad a la industria en particular y a los ingresos de recaudación del fisco, sino que merma una considerable cantidad de recursos a planes y proyectos de desarrollo en el marco de la responsabilidad social que destinan las empresas para generar sinergias con el empleo, la capacitación, la cadena de valor en el proceso de producción, el cuidado del medio ambiente y rubros que son considerados de oportunidad para la sostenibilidad, así como la capacidad del sector industrial para generar fuentes de empleo. La ejecutiva de una de las compañías que más ingresos aporta al país por el pago de impuestos ilustró con el siguiente ejemplo: “Nuestro compromiso para devolverle a la sociedad su preferencia por consumir nuestros productos, articulando proyectos de empleo a profesionales bolivianos y a emprendedores se reduce drásticamente porque nos priva recursos que en otras condiciones se destinarían al desarrollo de la industria”.

“El efecto no se limita al sector privado: por tributos omitidos se estima que el Estado deja de percibir alrededor de 600 millones de dólares”, dijeron en la CNI.

Otra disrupción que rompe cualquier lógica es la afectación a las políticas de apoyo a lo Hecho en Bolivia, una conjunción de esfuerzos del sector público y el privado para priorizar el consumo de la producción nacional. Varios estudios apuntan que la industria en Bolivia tiene capacidad de fabricar productos de primer nivel. Posee tecnología de punta y muchas empresas optan por buscar mercados en el exterior como forma de valorizar su producción industrial.

El mismo Gobierno tiene programas de apoyo e incentiva a consumir lo Hecho en Bolivia a través del Servicio de Desarrollo de las Empresas Públicas Productivas (SEDEM) Un claro ejemplo es el programa de apoyo a la alimentación de madres y gestantes conocido como el Subsidio Prenatal y Lactancia implementado para cuidar la alimentación con productos de primer nivel a este sector de la población.

Los industriales bolivianos se encuentran en una cruzada para luchar contra el contrabando, una problemática que demandará la atención prioritaria del Estado impulsando acuerdos con el sector privado del país.

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