Las acciones de Wall Street pierden 6 billones de dólares en dos días después del arancel

Día 1 (viernes 4) | Desde el anuncio arancelario del pasado miércoles la bola de nieve no para de crecer arrastrando los índices bursátiles del mundo. La pregunta es qué llevó al presidente norteamericano a enlistar a todos bajo el mismo código y por qué no tocó a Rusia. El viernes de la semana pasada los índices Dow Jones, Nasdaq y S&P cayeron un 9%, un 11% y un 15%, respectivamente. Las bolsas de Estados Unidos perdieron, en conjunto, el equivalente a 6 billones de dólares en sólo los dos últimos días, desde el “Día de la Liberación” de Donald Trump: el nombre que dio el presidente norteamericano al anuncio de su esperado paquete arancelario global del miércoles 2 de abril. Desde la toma de posesión de Trump, el 20 de enero, las acciones norteamericanas han visto desaparecer 9,8 billones de su valor de mercado, según la consultora de análisis de datos financieros Elos Ayta. Su valor conjunto, que era de 60,7 billones de dólares el 20 de enero, finalizó el viernes en 50,9 billones de dólares.
Sólo en la sesión del viernes, el Nasdaq Composite, índice de referencia de la bolsa que concentra a las empresas tecnológicas, cayó un 5,8%, el Dow Jones se contrajo un 5,5% y el S&P 500 se desplomó un 6%. En los últimos dos días acumularon pérdidas del 11,4%, 9,2% y 15,4%, respectivamente.
La ceremonia en la Casa Blanca en la que Trump donde se presentó la lista de supuestos “aranceles recíprocos” a una serie de aranceles golpeó duro las operaciones en Wall Street.
El viernes hizo que los inversores fueran aún más reacios a los activos de riesgo después de que el gobierno chino anunciara aranceles del 34% a productos estadounidenses como represalia, dejando claro al mundo que la economía global está a punto de vivir una versión aún más intensa de la guerra comercial que el propio Trump impulsó en su primer mandato, entre 2017 y 2020.
Día 2 (lunes 7) | Las bolsas europeas y los futuros americanos cotizaban a la baja el lunes 7
Todo parece indicar que los mercados se enfrentarán a otro baño de sangre en la sesión de negociación de hoy. Los inversores reaccionan a la declaración de la Casa Blanca de que no retrasará el inicio de la imposición de aranceles a las importaciones de todo el mundo. Países que pagan impuestos de hasta el 10%, como Brasil, ya están siendo gravados desde el pasado sábado 5. Las demás tarifas entrarán en vigor el miércoles. China ya ha tomado represalias contra los estadounidenses con aranceles del 34% y se esperan nuevos acontecimientos en las próximas horas.
Los precios del petróleo crudo Brent se desplomaron un 20% en menos de una semana. El precio de 62 dólares por barril es el más bajo desde mediados de 2020, en uno de los momentos más álgidos de la pandemia de coronavirus. El termómetro de las materias primas indica un riesgo considerable de que las principales economías entren en recesión en los próximos 12 meses, en un escenario en el que todos pierden, sin excepción. Los economistas del banco estadounidense J.P. Morgan elevaron del 40% al 60% el riesgo de que este escenario se haga realidad. ¿Cómo afectan esta tensión y estas caídas históricas a la inflación, al tipo de cambio, a los precios de los combustibles y a las tasas de interés?
Los expertos creen que la fuerte devaluación de los precios de las materias primas tiende a enfriar la inflación de alimentos y cambiar la discusión sobre las tasas de interés en varios países. La advertencia, sin embargo, es que las empresas deberían esperar unas semanas para trasladar los movimientos a los consumidores.
Los inversores asustados siempre descubren que en el fondo del pozo hay una trampilla lista para ser abierta de nuevo. Y eso es lo que hicieron el lunes. Los mercados financieros globales están despertando a caídas brutales, impulsadas por la guerra comercial de Trump contra el planeta, y registrando pérdidas de magnitudes vistas por última vez al comienzo de la pandemia, en 2020.
Los futuros de EEUU caen hasta un 3%. En Europa los principales índices caen en el rango del 5%. Esto ocurre después de que los mercados bursátiles asiáticos cayeran un 7%, y el índice de Hong Kong bajara un 13%. A primera hora de la mañana, la Bolsa de Tokio activó el disyuntor, un mecanismo que interrumpe las operaciones cuando las pérdidas superan el 10%.
El petróleo, un producto básico que simboliza la fortaleza de la economía mundial, se desplomó más de un 3%, mientras que el mineral de hierro cerró por debajo de los 100 dólares por tonelada.
No sólo eso. Los inversores están redoblando sus esfuerzos por recortar los tipos de interés en una señal de esperanza (o presión) de que la economía mundial no caerá en una recesión causada por la guerra comercial. Hay un problema con esta lógica: el trabajo principal de un banco central es preservar el poder adquisitivo de la moneda. En otras palabras, mantener la inflación bajo control. Y uno de los principales impactos de la guerra comercial es la posibilidad de un alza de precios, provocada por el mayor costo de las importaciones en cada país.
Los Bancos Centrales están entre la espada y la pared: no hay medicina capaz de combatir una recesión con una inflación elevada al mismo tiempo, creando un escenario de estanflación.
Para colmo, la agenda económica de ayer lunes fue débil, lo que significa que el mercado financiero seguirá sin ningún ancla de realidad en la que apoyarse. Lo único que les queda a los inversores es respirar profundamente y tal vez cerrar la casa de bolsa y dejar las operaciones para cuando el apocalipsis haya pasado.
Día 3 (martes 8) |Las acciones mundiales pausan sus pérdidas mientras la Casa Blanca evalúa mensajes contradictorios
Los mercados bursátiles mundiales intentan recuperarse este martes, después de una sesión bursátil caótica al comienzo de la semana.
Los futuros americanos suben alrededor de un 1%, el mismo nivel de ganancias registrado en los principales índices europeos. El aumento más significativo se produjo en Asia. Allí, los índices de Tokio ganaron más de un 6%, con los inversores esperando que Japón pudiera “saltar la cola” y abrir una ronda de negociaciones con Estados Unidos para al menos reducir el impacto de los aranceles de Trump en el comercio del país.
Esto es sólo una esperanza, sin ninguna indicación de que las conversaciones sucederán. No es que el presidente estadounidense valore la claridad en la comunicación, pero, aun así, ha sido particularmente hábil en enviar mensajes contradictorios. Y sus asesores han hecho lo mismo: algunos en el gobierno dicen que existe la posibilidad de negociaciones, mientras otros repiten que los aranceles son definitivos.
Quizás el mayor símbolo sea Benjamín Netanyahu. El primer ministro israelí estuvo ayer en la Casa Blanca y dijo estar dispuesto a adoptar medidas para reducir el superávit comercial con Estados Unidos, además de reducir aranceles y barreras no comerciales. Según un informe de Bloomberg, un periodista le preguntó a Trump si esto sería suficiente para salvar a Israel de la guerra comercial. R: Quizás no. No olviden que ayudamos mucho a Israel”.
También el lunes, directivos y directores generales de los bancos estadounidenses incrementaron sus críticas a la guerra comercial, advirtiendo del riesgo de empujar a Estados Unidos a una recesión. Mientras tanto, China ha dicho que luchará hasta el final después de que la Casa Blanca amenazara con una nueva ronda de represalias.
En resumen: no hay noticias concretas que justifiquen un alivio en el mercado financiero. En la práctica, el relevo es más bien como un descanso, una especie de intervalo en un partido de fútbol, cuando los entrenadores repiensan su estrategia para continuar el juego.