Los bomberos de la crisis financiera reflexionan 10 años después
Lo primero que hizo Ben Bernanke al asumir la presidencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en 2006 fue pedir el manual con los pasos a seguir en una crisis financiera. “Tenía cuatro páginas”, recuerda ahora. Las instrucciones se limitaban a decir que se tenía que abrir el grifo del crédito para dar liquidez a las entidades bancarias en apuros. Pero los instrumentos que tenía a mano el banco central más poderoso del mundo, según rememora Bernanke 10 años después del derrumbe de Lehman Brothers, eran muy limitados, no estaban diseñados para actuar en un momento de pánico y eso le obligó a responder conforme pasaban las cosas, improvisando.
Bernanke ahora lidera con Timothy Geithner, entonces presidente de la Fed de Nueva York, y Hank Paulson, que estaba al frente del Tesoro, una iniciativa que busca ayudar a las futuras generaciones a lidiar de una manera más efectiva ante un escenario tan complejo. Se trata de crear una especie de manual para tiempos convulsos. Los tres tenores de la crisis participaron este miércoles en un debate organizado por la Brookings Institution. “Es muy duro revivirlo”, admite Geithner, pero es importante reflexionar sobre la experiencia para mejorar las opciones. “Pudo haber sido mucho peor”, añade Paulson.
La semana que tuvieron que lidiar con las réplicas de Lehman Brothers fue de gran ansiedad y estrés. “Durante el día no había tiempo para tener miedo”, recuerda Hank Paulson. Lo que le que quitaba el sueño por la noche, cuenta, era pensar que el problema no se podría superar y se caería en una segunda Gran Depresión. Geithner añade que lo fácil fue tomar la decisión. No tanto, dice, ver la cara de incredulidad de su mujer cuando leía en la prensa lo que habían hecho.
La desconfianza se apoderó de toda la población. “No persuadimos al ciudadano de que lo que estábamos haciendo era lo justo y necesario”, admite Bernanke. Paulson defiende que se fue al corazón de Wall Street para contener el derrame y salvar a la economía para proteger al público, “pero eso es muy difícil de explicar y defender porque a la gente no le gustan los bancos”. “Por eso las crisis financieras son tan dañinas”, reitera Geithner, “porque se espera hasta que arden”.
Admiten que el rescate del sistema financiero contribuyó a alimentar la retórica populista. Geither insiste que el objetivo ahora es mitigar el impacto de futuros eventos similares, actuando de una manera más preventiva en lugar de esperar al momento de pánico. “Ahí está el dilema”, señala. Por eso Bernanke cree que es importante entender qué se hizo, por qué y lo que se descartó.
La tensión empezó a crecer en el verano de 2007, cuando emergieron los primeros problemas con las hipotecas basura. Escaló en la primavera de 2008, cuando JPMorgan Chase tuvo que rescatar a Bear Stearns. El pánico se desató en el verano de 2008. William Dudley, que tomó el relevo de Tim Geithner en la Fed de Nueva York, comenta que incluso si se hubiera logrado rescatar a Lehman Brothers, “otras partes del sistema se habrían partido” porque era enormemente frágil.
La regulación financiera, insistieron los participantes en el foro, no estuvo a la altura de los cambios del sistema, en el que las firmas fuera de la banca tradicional ganaron un peso enorme durante las tres décadas previas. “La reglas se centraban en la protección de los inversores pero no en garantizar la estabilidad de estas entidades”, señala Dudley, “eso limitó su acceso al crédito de la Fed y solo se les permitió cuando la situación era pésima”. “Tuvieron que crear nuevas herramientas para afrontar la situación”, explica Trish Mosser, de la Universidad de Columbia, “porque el problema era del sistema no de una institución”.
La situación actual es diferente de la de hace 10 años, por la estructura del sector bancario, por la red de seguridad de la nueva regulación financiera que exige más liquidez a las entidades sistémicas, por los mecanismos de liquidación ordenada de las firmas en dificultad y porque se corrigieron las vulnerabilidades. Pero los protagonistas del rescate advierten de que siempre se llegará tarde. Las cosas, insiste Tim Geithner, no pasan por accidente, por eso considera que la única elección es diseñar un sistema que aguante. “La última vez estuvimos muy cerca”.