Nuevo impulso a una zona de libre comercio en el Pacífico

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Después de tres años de conversaciones, la Administración de Barack Obama está dando un último impulso para cerrar antes de final de año un ambicioso tratado de libre comercio que incluiría a 12 países de la región Asia-Pacífico. El pacto, denominado Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en sus siglas en inglés), afectaría a una zona que representa casi el 40% de la economía mundial, alrededor de un tercio del comercio y tiene una población de 800 millones de personas.

El presidente estadounidense esperaba limar diferencias personalmente sobre el tratado con los líderes de los otros países en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, en sus siglas en inglés) que se celebra esta semana en la isla indonesia de Bali. Pero el bloqueo presupuestario que ha paralizado la administración estadounidense y podría dar lugar a mediados de mes a la suspensión de pagos obligó a Obama a cancelar en el último momento su participación en la cita asiática. En su lugar, el peso de las negociaciones lo lleva el secretario de Estado, John Kerry.

La secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, aseguró el domingo en el marco de APEC que Obama ha fijado el objetivo muy importante de “cerrar los acuerdos del TPP para finales de este año”, informa Reuters.

Pero no será fácil. Algunos analistas creen que algunos negociadores podrían utilizar la ausencia del mandatario americano para sacar ventaja en unas conversaciones que son muy complejas.

Grandes compañías estadounidenses, como Wal-Mart y Fedex, han manifestado, al mismo tiempo, su inquietud sobre lo ajustado del plazo y han afirmado que un acuerdo demasiado acelerado podría llevar a los representantes estadounidenses a hacer concesiones no deseables, y que es preferible un tratado mejor, aunque sea más tardío.

Funcionarios norteamericanos han asegurado que el pacto podría no eliminar todos los aranceles entre los 12 países (Estados Unidos, Japón, Canadá, México, Australia, Nueva Zelanda, Perú, Chile, Vietnam, Malasia, Singapur y Brunei).

Estados Unidos es objeto de presiones para que suprima barreras a las importaciones de productos políticamente sensibles, como azúcar, lácteos, calzado y ropa. A cambio, otros miembros del pacto asumirían nuevas reglas para el comercio digital y la gestión de las empresas públicas, y mejorarían las condiciones laborales de los trabajadores y la protección medioambiental.

Washington ha defendido con ahínco el acuerdo transpacífico con el argumento de que se crean 5.000 puestos de trabajo en Estados Unidos por cada 1.000 millones de dólares de exportaciones adicionales, y ha advertido que podría buscar la exclusión de algunos de los otros 11 países contemplados si es necesario para lograr un pacto a tiempo. Podrían unirse en una segunda fase.

Las disputas que marcan las negociaciones de todos los acuerdos comerciales, como el acceso al mercado y la protección de la propiedad intelectual, han resurgido en el caso del TPP, y Malasia ha señalado que ve el plazo de final de año “muy difícil”. Mientras tanto, el primer ministro australiano, Tony Abbott, también presente en Bali, ha afirmado que espera concluir un acuerdo bilateral de libre comercio con China en un plazo máximo de 12 meses.

No forman parte del TPP potencias como Indonesia y China, país este último que lidera las conversaciones sobre otra alianza comercial, que agrupa a 16 naciones y rivaliza con el pacto encabezado por Estados Unidos, en particular en un momento en el que crecen las dudas sobre el TPP y la estrategia de Obama de bascular su política exterior hacia Asia.

La suspensión de la gira asiática del presidente estadounidense -que incluía escalas en Malasia y Filipinas, y, tras la reunión de APEC, una estancia en Brunei para participar en las cumbres de Estados Unidos y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y la del Este Asiático (EAS)- es un importante contratiempo para el intento de Obama de redirigir las prioridades económicas, militares y estratégicas hacia Asia, y reforzar la presencia estadounidense en la región con objeto de contrarrestar la creciente influencia de China.

En lo que respecta a APEC, sus 12 miembros se han fijado una meta más distante -2020- para alcanzar una serie de acuerdos comerciales no vinculantes, que han experimentado pocos avances en las sucesivas cumbres del foro de cooperación económica.

Un pacto de libre comercio que incluya todo el Pacífico es visto como una posibilidad aún remota, dadas las disputas territoriales y otras diferencias que dividen a sus miembros. Hasta el punto que el ministro de Comercio indonesio, Gita Wirjawan, ha llegado a decir que hay base para pensar que la gente cree más en los ovnis que en los beneficios del libre comercio. Los 21 países y regiones de APEC representan más del 50% del producto interior bruto (PIB) del mundo y más de 3.000 millones de habitantes. La cumbre de APEC concluye mañana con una declaración final conjunta.

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