Al margen del culebrón (largo) de los tipos de interés, Wall Street también siguió la publicación de los resultados de dos bancos estadounidenses: Goldman Sachs y Morgan Stanley.
Si fuera una batalla, el primero habría ganado. El beneficio neto de Goldman Sachs en el cuarto trimestre de 2023 aumentó un 51% en comparación con el mismo período de 2022. Los analistas predijeron un beneficio de 1.500 millones de dólares, mientras que la cifra real fue de 2.000 millones de dólares. Lo que impulsó el resultado fueron las ganancias de la correduría de bolsa y del segmento de patrimonio, con márgenes en este último avanzando mucho más de lo esperado. Las acciones cerraron con un alza del 0,7% en Nueva York
Morgan Stanley cayó un 4,16% en la sesión bursátil tras la publicación de sus resultados, la mayor caída diaria del título en tres meses. El beneficio de este banco cayó un 32%, y lo más decepcionante fue precisamente lo que impresionaba en el balance de su rival: los márgenes en el segmento de patrimonio fueron mucho más bajos de lo esperado. La gestión patrimonial es una de las principales especialidades de Morgan Stanley, pero sus beneficios cayeron debido al aumento de los costes. Y lo peor es que, en la rueda de resultados, el banco ya advirtió que los márgenes en este sector estarán estancados por un tiempo, provocando la caída de la acción.
Curiosamente, en ambas convocatorias de resultados, los líderes bancarios presentaron un tono muy optimista para 2024, citando una mejora en la economía estadounidense y la flexibilización de la política de la Fed. Lo que no hace más que reforzar el punto central de este texto: el optimismo es la regla, la cuestión es la dosis.