Pese a récords en ventas externas y remesas, las RIN no suben por cuatro factores

El Deber
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Foto: Getty

Junio cerró con récords históricos en las exportaciones y en las remesas que llegan a Bolivia, lo que representa buenas noticias para la economía boliviana, aunque el mayor ingreso de divisas al país no se ve reflejado, como debiera, en un incremento de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Esto se debe a la informalidad, al pago de la deuda externa, al modelo de consumo que impulsa el Gobierno del MAS y al deterioro de la confianza de la población en la economía, según analistas.

“El comercio exterior ha registrado un superávit muy positivo, porque no se da una presión sobre las reservas internacionales y eso nos ayuda a mantener la estabilidad, sobre todo, del tipo de cambio”, afirmó Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó ya tres meses consecutivos con hitos en las ventas externas del país. A junio se alcanzó un valor de $us 7.012 millones, mientras que las importaciones sumaron $us 5.792 millones, lo que deja un saldo positivo de $us 1.220 millones que deberían haberse aumentado a las reservas, coinciden los expertos.

Sin embargo, datos del Banco central de Bolivia (BCB) indican que la cantidad de estos activos no aumentó, sino que disminuyó de $us 4.578 millones en mayo a 4.505 millones en junio y a 4.217 millones al 12 de agosto.
Esto ocurre pese a que el segundo elemento principal que alimenta las RIN, las remesas familiares, sumaron también al primer semestre $us 724 millones, un monto “histórico en relación con gestiones pasadas”. “Las remesas se han constituido en un componente importante de ingresos al país que aportan al incremento y estabilidad de las RIN”, destacó el ente emisor.

José Gabriel Espinoza, ex directivo del BCB, explicó que, en una economía más formal, el incremento de exportaciones y remesas permiten la acumulación de reservas, porque gran parte de las transacciones se realizan a través del sistema financiero.

Sin embargo, la mayor parte de lo que compran o consumen los hogares bolivianos tiene origen en el comercio ilegal. Esta mercadería ilícita, que no se produce en Bolivia, se trae desde otros países con divisas que engrosarían las reservas internacionales, si fueran usadas en la exportación formal.

“Lo mismo sucede con las remesas”, agregó. “Ante el incremento de algunos precios y la reducción de sus ingresos, las familias que reciben estos recursos los gastan rápidamente en productos importados legal o ilegalmente”.

Un análisis del Colegio Departamental de Economistas de Tarija (CDET) indica que el 70% de lo que consume Bolivia es importado con o sin autorización.

“Bolivia está consumiendo mucho más de lo que produce (…). El consumo de productos importados legales o ilegales parece estar por encima del total de nuestras exportaciones”, dijo Espinoza.

El economista Germán Molina consideró que las reservas no aumentan debido a tres razones. Porque los generadores de dólares mantienen parte de estos en el exterior, por cuestiones operativas, porque las divisas que entran al país no se colocan en el sistema financiero o porque las familias que reciben las remesas decidieron no cambiar ese dinero por moneda nacional, ante la incertidumbre que hay en Bolivia. “Se están dando señales que no son favorables a la relativa estabilidad económica del país”, remarcó.

Las detenciones de la ex presidenta Jeanine Áñez, de exministros, policías, militares y dirigentes; el conflicto de los cocaleros en La Paz; los paros de Santa Cruz por el censo; los avasallamientos de tierras en oriente, sin respuesta de las autoridades; la elección de autoridades sin transparencia; el crecimiento de la deuda pública; y el fallo del Ciadi contra Bolivia son parte de este escenario incierto.

“Viendo tantos conflictos en la gestión de Luis Arce, los bolivianos vamos paulatinamente perdiendo confianza, credibilidad, certidumbre de lo que se vive, y tomamos decisiones de otra índole, distintas a lo que están pretendiendo los administradores transitorios del país”, aseveró Molina.

“Otra posible causa, aunque no es muy medible, es la fuga de divisas hacia otros países donde es caro o es muy difícil adquirir dólares americanos”, alertó el Colegio de Economistas de Tarija.

El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, indicó —en una nota de prensa— que las reservas internacionales netas se constituyen en un stock; es decir, en una variable que se mide en un momento del tiempo y que las “magnitudes flujo” que las alimentan son las exportaciones y las remesas.

Para Espinoza, por el contrario, exportaciones y remesas “no han sido relevantes en los últimos años para la acumulación de divisas”. Sí son relevantes el pago de deuda externa y la “agresiva política de endeudamiento externo”, que en los próximos meses incrementará las RIN, activos que son clave para el pago de las importaciones y de la deuda externa, para mantener la estabilidad de la moneda nacional y como garantía de créditos internacionales, entre otros.

Otro factor que antes permitía el incremento de reservas eran las exportaciones de gas de la estatal YPFB, siempre y cuando éstas sean mayores que las importaciones de combustibles, algo que no ocurre desde hace meses.

Una fuente adicional que elevaría el nivel de las RIN es la inversión extranjera directa, la cual no crece según lo esperado debido a la coyuntura internacional y a ciertas medidas gubernamentales que “ahuyentan” los capitales del exterior, según el CDET. El crecimiento de las reservas internacionales “no solo depende de las exportaciones, sino también de un equilibrio con otros factores”, añadió.

Espinoza explicó que las reservas vienen a ser un cuenta de resultados. Sumas exportaciones, remesas recibidas, créditos al sector público y privado, y rentas de capitales nacionales invertidos en el exterior, y le restas las importaciones, los pagos de deuda externa y los envíos de remesas al exterior.

“Gran parte de la caída de las reservas tiene que ver con el consumo de las familias, que se apoya en importaciones legales o ilegales; con el modelo de inversión pública demandante de divisas, que requiere de muchas importaciones; y con el gasto por la subvención en hidrocarburos”, sostuvo el ex directivo del BCB.

“Cuando el Gobierno presenta cifras de superávit comercial y otros, está mirando solamente la parte formal de la economía, no está explicando toda la parte informal que se ha vuelto sumamente importante para sostener este modelo de consumo”, apuntó.

Este medio solicitó al Banco Central de Bolivia información sobre las razones por las cuales las RIN no aumentaron en estos meses, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.

“Las políticas desarrolladas por el Gobierno nacional dirigidas a impulsar la demanda interna y propiciar una mayor confianza en la estabilidad y el crecimiento económico permiten alcanzar niveles (de remesas) que fortalecen las reservas internacionales”, indicó, de su lado, el ente emisor, en su reporte sobre esos valores.

Tras destacar que en los últimos dos años se logró amortiguar la reducción de las reservas, el ministro de Economía proyectó para el segundo semestre de 2022 y para 2023 “una estabilización de las RIN” con las exportaciones de gas a Brasil y Argentina, con el ahorro en importación de hierro que genere la planta siderúrgica del Mutún y con la menor internación de diésel que se conseguirá con el proyecto de agrodiésel FAME 1.
“En global, con la balanza comercial positiva, las reservas internacionales se van a mantener en esos niveles”, remarcó.

Molina mencionó que las actuales reservas permiten cuatro meses de importaciones, por lo que no presentan inconvenientes “por el momento”. No obstante, precisó, “si continúan estos conflictos se va a ir desgastando la confianza en los administradores del país”.

“No solo es decir el modelo económico social comunitario productivo, la redistribución del ingreso, las empresas públicas, la sustitución de importaciones: todo eso es retórica. Lo importante es que los bolivianos mantengan la confianza (…). Estamos yendo al segundo año de gestión y se ha dedicado mucho tiempo a la politización de la gestión gubernamental, en vez de dirigirse a objetivos claros, al crecimiento económico, baja inflación, creación de empleo, inversión extranjera, libertad económica y política”, afirmó el economista.

Para Espinoza, “al final del día, el único factor por el que el Banco Central de Bolivia va a acumular reservas es el endeudamiento externo, pero en la medida en que el Gobierno siga agotando ese canal, las reservas van a decrecer, lo que se va a notar más desde mediados de 2023 en adelante”.