Sondeo: empresas ven caída de empleo y más del 40% piensa en cerrar

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Foto: Los Tiempos

Cuando transcurrió tres meses de la llegada de la Covid-19 a Bolivia y entre una cuarentena rígida y flexibilizada que está a punto de llegar a los 90 días; al ver la mayoría de sus empresas paralizadas,  los empleadores bolivianos avisoran que las fuentes de empleo se verán reducidas; mientras que más del 40%  ha pensado en algún momento cerrar su empresa, pese a las medidas de apoyo anunciadas por el Gobierno.

La información se desprende de un sondeo realizado por los expertos en temas laborales Rodolfo Eróstegui y Rafaél Cerff entre el 18 y 28 de mayo a ejecutivos de al menos 30 empresas y a representantes de 12 organizaciones sindicales de Bolivia.

Ante la consulta de si piensan mantener el número de empleos que sostenían antes de la pandemia, el 72% de los empresarios consultados respondió que no, que reducirá su cantidad de trabajadores. Cuando se les preguntó si en las actuales circunstancias sanitarias en las que se encuentra el país y con las medidas de apoyo que anunció el gobierno en algún momento consideraron dejar su negocio, el 41% dijo que sí.

Un 94% de los empresarios sondeados consideran que la política de créditos que instruyó el Gobierno  es insuficiente para paliar la situación en la que se encuentra su empresa; mientras que el 69% señaló que no tomará esos créditos.

Entre las medidas que el Gobierno de Bolivia implementó para enfrentar la pandemia se encuentran las destinadas a las empresas con el objetivo de preservar la estabilidad laboral de los trabajadores. Entre estas medidas está un programa de créditos blandos para el pago de dos meses de salario de los trabajadores. El préstamo es a 18 meses plazo, pero los primeros seis los privados no deberán pagar ni capital ni interés.

El sondeo también indaga sobre la percepción que los privados tienen respecto a la actual situación económica que vive el país en estos tiempos de pandemia y sus expectativas respecto al futuro.

El 78% considera que en la actual coyuntura la situación es “mala”, mientras que el 25% la califica de regular.

En cuanto a cómo perciben la situación económica boliviana  en el futuro, el 78% considera que empeorará. Sólo el 16% cree que se registrará una mejora, mientras que el 6% dice que la situación  estará igual.

En cuando al caso específico de sus empresas, cuando se les consultó cómo ven el futuro de la venta de sus bienes y servicios, el 84% consideró que disminuirán. Sólo un 18% expresó su confianza en que ventas se mantendrán como hasta ahora.

Ante este panorama, de acuerdo al sondeo,  la mayoría de los privados rechazan la posibilidad de realizar alguna nueva inversión en este 2020.

Ante la consulta de esa posibilidad, el 59% respondió que no realizarán ningún tipo de inversión, ante un 41% que dijo que sí  maneja esa posibilidad.

“Este dato no sólo es muy importante para analizar el empleo, sino también las expectativas de crecimiento del producto. Las nuevas inversiones son las que provocan la absorción de los contingentes de personas que se incorporan al mercado de trabajo anualmente”, comentan los autores del sondeo.

Otra pregunta que se realizó a los empresarios está relacionada con el tiempo en que piensan que sus empresas comenzarán a retomar su producción normal, la mayoría, 31%, dijo en un año. El 28% considera que será necesario más de un año.

Sobre el sondeo

De acuerdo a los autores del trabajo de investigación, éste fue realizado con el objetivo de conocer el impacto de la crisis provocada por la Covid – 19 en las empresas bolivianas.

“Se consultó con empresarios, gerentes y dirigentes sindicales (que no pertenecen a las empresas consultadas) que viven en la ciudad de La Paz, pero también pudimos contactar a sus similares residentes en otros departamentos de Bolivia”, señalan los autores.

Las empresas sondeadas pertenecen a los rubros de servicios, comercial, industrial, minería y agroindustrial  a nivel nacional.

El sondeo tiene el  respaldo institucional del Centro de Promoción de Tecnologías Sostenibles (CPTS) y de Labor, consultores y asociados; sin embargo, no contó con ningún financiamiento, añaden.

En la redacción de la boleta del sondeo se consultó con empresarios y dirigentes sindicales que hicieron sus recomendaciones, “todas ellas motivadas por lo que ocurría en sus centros de trabajo”, afirman los autores del sondeo Rodolfo Eróstegui y Rafaél Cerff.

 

Trabajadores y empresarios: negociación

El sondeo de opinión realizado por los expertos en temas laborales  Rodolfo Eróstegui y Rafaél Cerff entre el 18 y 28 de mayo también incluye a representantes de 12 organizaciones sindicales de Bolivia. Los autores del trabajo indican que está inclusión tienen el objetivo de conocer si existen puntos de coincidencia entre la dirigencia sindical y los empleadores.

“El objetivo es determinar algunos espacios de negociación obrero-patronal que puedan ser exitosos”, precisan los expertos en temas laborales.

En ese contexto, el sondeo muestra las percepciones diferentes que tienen empleadores y trabajadores respecto a la situación en la que deja la pandemia a la empresa.

Por ejemplo, ante la consulta:  ¿Cree que se mantendrá el número de trabajadores activos que existia ante de la Covid-19? El  100% de los trabajadores respondió que sí. Esto en contradicción con los empleadores, que en un 72% señalan que habrá una disminución en la cantidad de trabajadores activos.

“Esta percepción dispareja puede provocar conflictos al interior de las empresas, puesto que los dirigentes consideran que tiene que existir una estabilidad del empleo. Existen normas vigentes  que retrasarían o empujarían a negociar hacia arriba cualquier tipo de ajuste de personal. En otras palabras, podrán permitir el ajuste de las planillas pero a un costo mayor que el establecido en la legislación laboral”, señalan los responsables del trabajo.

Esa misma contradicción se presenta cuando se consulta a los dos sectores respecto a su percepción sobre el futuro de la economía boliviana. Mientras el 78% de los empresarios afirman que empeorará y sólo el 16% cree que mejorará; el 45% de los trabajadores consideran que mejorará y sólo el 16% considera que empeorará.

“Solo el 22%  de los sindicalistas considera que la situación mejorará. Pero se abre la posibilidad de que los sindicatos tomen en cuenta la opinión optimista de los empresarios que piensan que la situación mejorará. Por consiguiente las demandas de los trabajadores se orientarán por la convicción empresarial”, dicen Rodolfo Eróstegui y Rafaél Cerff.

Otro factor de desencuentro es la percepción respecto a la situación actual de la economía. Mientras el 75% de los empresarios consultados dicen que es mala y el 25% la considera regular;  sólo el 44% de los trabajadores tienen la opinión de que la situación es mala; la mayoría, el 56%, asegura que es regular.

“Si bien entre las respuesta se contaba con la opción de ‘buena’, en ningún caso, tanto empresarios como sindicalistas, hicieron uso de esa alternativa de respuesta. Esto nos conduce a dos interpretaciones: a) Tanto los empleadores como los sindicalistas  consideran que la situación económica por la que atravesamos es mala; b) Generalmente los dirigentes sindicales y los empresarios tienen una ‘cultura’ que les hace ver la situación como mala. Sin embargo, en otra coyuntura hubiera existido por lo menos una respuesta que identifique la situación como buena”, indican Eróstegui y Cerff.

El sondeo también consultó a los trabajadores si consideran que la actual crisis sanitaria dejará consecuencias en las relaciones laborales en Bolivia: el 100% respondió que sí.

Los autores del trabajo remarcan que mientras realizaban la consulta, el gobierno emitió el Decreto Supremo 4218 que norma el teletrabajo, la prestación de servicios a través de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los sectores público y privado.

“El decreto mencionado define al teletrabajo como una modalidad de relación laboral o de  prestación de servicios, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas, utilizando las TIC en el marco de un contrato o de una relación de trabajo, en la cual no se requiere la presencia física del trabajador, siempre que las necesidades y naturaleza del trabajo lo permitan”, explican.