Soya registra precio más alto en siete meses y Bolivia pierde $us 600 millones

El Deber
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Foto: APG

El precio internacional de la soya en el mercado de Chicago (EEUU) alcanzó el valor más alto de los últimos siete meses -se cotizó en $us 561,57 la tonelada. Así, desde la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) estiman que Bolivia perdió al menos $us 600 millones en los últimos ciclos (2021 y 2022) por la restricción al uso y adopción de la biotecnología para aplicar en campo.

Datos reproducidos en agritotal.com dan cuenta de que el precio global de la soya se cotiza en terreno positivo en Chicago. El contrato con vencimiento en marzo subió $us 13,96 la tonelada -cotizó ayer a $us 561,57 la tonelada-, un 2,55% más que en la rueda anterior y alcanzó un máximo en siete meses. En lo que va de 2022, ya subió más de $us 67; es decir, un incremento superior al 12%.

El aumento en los precios está relacionado con la situación climática adversa en Sudamérica, donde las estimaciones de producción en Brasil son menores a lo anticipado. La consultora StoneX recortó sus previsiones a 126,5 millones de toneladas, cuando en la estimación previa fue de 134 millones de toneladas, y se suma a las previsiones por debajo de los 130 millones de toneladas de las consultoras AgRural y AgResource.

Veto a biotecnología y efectos

Para el gerente general de Anapo, Jaime Hernández, la cotización internacional actual de la soya en las bolsas de materias primas repercutirá en que el agricultor boliviano pueda recibir un buen precio por su producción.

Afirmó que los precios altos de la soya van a ser beneficiosos porque ayudarán a una recuperación financiera del productor soyero que en los últimos años ha registrado pérdidas productivas y económicas considerables por condiciones climáticas adversas.

Este año, expuso que las inundaciones por desborde de ríos impactaron en unas 90.000 hectáreas de maíz, sorgo y soya (el 85% del área afectada toca al último cultivo) y que en áreas productivas de la zona Este del departamento el déficit de lluvia en momentos determinantes para el desarrollo del cultivo va a generar una disminución en la producción.

“El verano anterior llegamos a tener una producción de cerca de 2,5 millones de toneladas de grano y estimamos que para este ciclo de verano vamos a estar por los 2 millones de toneladas”, manifestó Hernández, al indicar que es importante que el Gobierno autorice el acceso a la biotecnología para hacer frente a los efectos climáticos adversos (sequía).

Hizo notar, que, por ejemplo, si se tuviera acceso al evento de soya tolerante a la sequía -HB4- permitiría evitar las pérdidas productivas por falta de agua. “Son cerca de 500.000 toneladas de granos que se pierden en verano por este efecto climático y al tener acceso a esta biotecnología se evitaría eso, habría una mayor producción de granos, mayores excedentes para destinarlos a las exportaciones y mayor ingreso de divisas para la recuperación económica del país”, vertió Hernández.

Aclaró que en 2021 y este año el sector estima que se perderán cerca de $us 600 millones debido a que los precios están altos y no se puede usar biotecnología que garantizaría una mejora en los rendimientos del cultivo.

Para el segundo vicepresidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Freddy García, el principal incentivo para cualquier productor es el precio. El agro estima que con nuevos eventos o acceso a la biotecnología el sector elevaría la productividad no solamente de soya, sino de todos los alimentos que se siembran en la región, entre un 20 a 25%.

En 2021, de acuerdo con el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, las exportaciones del complejo oleaginoso de la soya (torta, aceite crudo y refinado y harina) sumaron $us 1.365 millones por la exportación de 2,5 millones de toneladas.

En 2021, después de 16 años, de enero a octubre, las ventas de productos no tradicionales alcanzaron los $us 2.245 millones, valor que supera las exportaciones de hidrocarburos ($us 1.940 millones). Soya y derivados ($us 1.140 millones) acaparó el mayor peso en el comercio exterior de Bolivia.

Biotecnología ‘vetada’

En abril de 2021, el Gobierno de Luis Arce abrogó el Decreto Supremo 4232 aprobado durante el periodo de transición de Jeanine Áñez que permitía el uso de transgénicos.

“Hemos abrogado un decreto, el 4232, que permitía el uso de transgénicos en cultivos de maíz, soya, trigo, caña de azúcar y algodón. Ese decreto aprobado en el gobierno de Áñez carecía de fundamentos técnicos y económicos, y no garantizaba la bioseguridad”, justificaron.

Un parlamentario oficialista cruceño, cuya identidad pidió mantener en reserva, afirmó que la biotecnología no está incluida en la agenda productiva del actual Gobierno ni registra avances.

Sin embargo, Bolivia importa más de 300.000 toneladas entre harina y trigo en grano desde Argentina, que produce con biotecnología.