“La paz es que alguien como yo pueda ser presidente y que alguien como Francia pueda ser vicepresidenta”, vociferaba Gustavo Petro, el presidente electo de Colombia, en su discurso de triunfo este domingo 19 de junio después de ganar la segunda vuelta de las elecciones.
Es que él es un hombre de origen popular que fue guerrillero, que no pertenece a la élite bogotana y que ha militado desde siempre en partidos políticos de izquierda, es decir: Petro es todo lo contrario a la tradición política colombiana que ha gobernado el país desde hace décadas.
Y como si fuera poco logró llegar al poder de la mano de Francia Márquez, una mujer afrocolombiana que representa la lucha colectiva por la igualdad y que conquistó los votos de la Colombia diversa que se ha sentido excluida desde siempre.
Así que esa Colombia en la que Petro dio su discurso, es la que pasó por un proceso de paz y que se decidió por un cambio profundo en la clase gobernante.
En BBC Mundo hacemos un recuento de cuatro hitos que suponen la llegada de Gustavo Petro a la presidencia del país suramericano.
1. Primer presidente de izquierda
En 200 años de historia unas pocas familias han estado en el poder en Colombia y se han alternado la presidencia entre los dos partidos tradicionales: el liberal y el conservador. Y aunque tienen sus diferencias en algunos temas, sus gobiernos han protegido el status quo, el modelo económico capitalista y las relaciones con Estados Unidos.
Ha sido tan fuerte ese dominio que ningún candidato de izquierda, con propuestas reformistas, había podido llegar al poder. De hecho los candidatos que estuvieron cerca de alcanzarlo fueron asesinados.
Pero la historia acaba de cambiar con la elección de Gustavo Petro, quien llegará a La Casa de Nariño después de haber perdido en dos ocasiones, 2010 y 2018; y después de una segunda vuelta muy reñida contra el empresario Rodolfo Hernandez.
Pero no ganó con una gran diferencia: 3,1 puntos porcentuales por encima de su contendor. Porque aunque ha movido a la mayoría, hay una gran parte de la población que le teme a un gobierno de izquierda y a sus propuestas transformadoras, sobre todo en temas económicos.
Esa prevención ya se conoce en Colombia como “Petrofobia” y recoge el miedo profundo de que el país caiga en una crisis económica
De ahí que Petro buscara apaciguar las dudas y le dijera a los votantes de su contendor que son bienvenidos en su gobierno y que va a continuar desarrollando el capitalismo, porque sin producir no se puede redistribuir de una manera más equitativa.
2. Primer presidente exguerrillero
Colombia ha vivido el conflicto interno más largo del continente y ha visto nacer varias guerrillas a lo largo de su historia.
Durante años las elecciones presidenciales se definían por la posición de los candidatos frente a la guerra y las guerrillas. Así que apoyar, aunque fuera tangencialmente, a algun movimiento armado representaba un suicidio político.
De ahí que el triunfo de Gustavo Petro, quien estuvo durante 12 años en una guerrilla urbana, nacionalista y socialdemócrata: el Movimiento 19 de abril (M19), signifique que la Colombia de hoy es distinta.
El M-19 firmó la paz con el gobierno en 1990, entregó las armas y varios de sus miembros ingresaron a la política democráticamente. Petro, por ejemplo, resultó electo como representante a la Cámara de Representantes por el departamento de Cundinamarca.
En 2006 fue elegido senador de la república y contó con un gran reconocimiento por esa función. Para 2012 llegó a la alcaldía de Bogotá en donde pasó cuatro años de una gestión polémica y muy criticada.
Pero solo 32 años después de haber entrado en la vida política por la vía democrática, y con 62 años, consiguió convertirse en el primer presidente con un pasado guerrillero y con una historia de lucha contra el establecimiento y la desigualdad que ha favorecido a las clases más privilegiadas.
3. Primera vicepresidenta afrocolombiana
Gustavo Petro difícilmente habría podido llegar a la presidencia sin Francia Márquez, su fórmula vicepresidencial. No solo porque ambos participaron en una consulta interna de la coalición del Pacto Histórico en la que Márquez recibió casi 800 mil votos, sino porque ella logró imprimirle a su campaña la legitimidad de la lucha colectiva por la igualdad.
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Márquez conquistó muchos votos entre las mujeres, la población LGBTI+ y las minorías étnicas que no se sentían necesariamente representadas en las propuestas de Petro, pero que al ver que su fórmula vicepresidencial sí tiene como prioridad estos temas en su agenda, decidieron apostarle a la dupla.
Es que según el censo de 2018, en Colombia hay casi 3 millones de personas que se reconocen como negras, afrocolombianas, raizales o palenqueras, que no habían tenido una representación real en los dos principales cargos del gobierno, hasta ahora.
Pero Márquez no solo es afro, también es mujer, madre soltera, lideresa ambiental, abogada y técnica agropecuaria. Y como muchas otras del norte del Cauca, trabajó como minera artesanal y como empleada doméstica para poder sacar a sus hijos adelante y poder pagarse una carrera universitaria.
Ella encarna la lucha de muchas personas en Colombia que han estado lejos de los centros de poder. Representa, como dice su campaña, a los nadies y las nadies del país. Pero además, al no provenir del mundo político ni de haber pertenecido a ningún movimiento insurgente, cuenta con cierta legitimidad de luchas colectivas que la apoyaron y la adoptaron como su cara visible.
4. Presidente con la mayor votación y una participación récord
“La tercera es la vencida”, es el refrán perfecto para Gustavo Petro, quien después de haberse postulado a la presidencia en 2010 y de haber estado cerca de conseguirla en 2018, cuando perdió contra Iván Duque, finalmente resultó electo el 19 de junio.
En la primera vuelta, Petro se enfrentó a cinco candidatos más y logró sumar 8,5 millones de votos que lo posicionaron como el ganador, teniendo que enfrentarse en segunda vuelta a Rodolfo Hernandez quien obtuvo casi 6 millones.
Y después de un remate de campaña muy reñido durante la segunda vuelta, Petro consiguió más de 11,2 millones de votos. Un resultado que lo convierte en el presidente más votado de la historia del país: ganó un 50,49% de los votos frente a los 47,26% de Hernández.
Pero no solo logró el triunfo, sino que además consiguió la mayor votación en las elecciones con la participación más alta desde 1998, según informó la Registraduría Nacional.