A 35 años de la caída del Muro de Berlín

Por Redacción dat0s
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Muro de Berlin, caida
Foto: ABC

Cuando el noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín, Francis Fukuyama vaticinó el “fin de la historia”, probablemente por su adscripción neoliberal, la frase fue interpretada como el triunfo del modelo occidental. El comunismo no sólo implosionó en Rusia, sino también en China, por entonces con las manifestaciones de la Plaza de Tiananmen. Hoy, 35 años después, todo salió al revés de lo que se pensaba, excepto que se había producido el fin de un ciclo de la historia, y lo que ahora tambalea es la supremacía de Occidente, con un Estados Unidos cuya economía va camino a ser superada por China y una Europa en retroceso económico y estancada políticamente.

El corrimiento del centro de gravedad del mundo desde el océano Atlántico hacia Asia ya no vino de la mano de la tan temida universalización de la dictadura del proletariado, sino de la recuperación del mayor peso que históricamente siempre tuvo Asia, interrumpido por el descubrimiento de América, que enriqueció a Europa con el aporte de sus colonias y le dio a Occidente cuatro siglos de contundente supremacía. Y lo que parecía un triunfo de la democracia liberal sobre el autoritarismo asiático terminó potenciando a Asia, al liberarla del retraso que se autoimponía con la economía planificada. Una vez más, los hombres hacen la historia, pero también son hechos por ella. Mientras que América Latina, después de alinearse con Estados Unidos en el combate al comunismo y pasar décadas de golpes militares, represión y muerte, paradójicamente termina siendo la gran beneficiada del triunfo del modelo económico del capitalismo autoritario en Asia, teniendo a China como su gran socio comercial.