Bachelet ejecuta drástico cambio de su Gabinete

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La presidenta deja fuera a sus hombres de confianza en Hacienda e Interior y pone en su lugar a dos con perfil negociador y dialogante

Luego de 108 horas en que el gabinete de Michelle Bachelet permaneció a la espera de su futuro y con la renuncia presentada, la presidenta chilena ha anunciado unos cambios drásticos a su Gobierno, los de mayor profundidad que un mandatario haya realizado en Chile desde el retorno a la democracia en 1990. A 14 meses de haber asumido su segunda Administración en marzo de 2014, la socialista no solamente ha removido a todo su equipo político que la acompaña en La Moneda, encabezado por Rodrigo Peñailillo, sino que también ha sacado al ministro de Hacienda, Alberto Arenas. El movimiento del líder económico del Ejecutivo chileno es una novedad histórica: ningún jefe de Estado de los gobiernos postdictatoriales había tomado la decisión de realizar cambios en esta plaza.

“Hoy es tiempo de dar un nuevo impulso a la tarea de Gobierno, y en esta nueva fase tan exigente como inspiradora, se requiere poner renovadas energías y rostros nuevos al frente de las tareas que hemos comprometido al país y que la ciudadanía nos demanda. Por esta razón, he decidido, en el uso de mis facultades constitucionales, convocar a un nuevo equipo ministerial”, ha manifestado Bachelet.

En un anuncio ampliamente esperado por el mundo político y la ciudadanía desde el miércoles pasado, cuando anunció la caída de su gabinete en un programa de televisión, la socialista ha realizado un cambio en nueve de los 23 ministerios. Pero la remoción de los titulares de Interior y Hacienda son, sin lugar a dudas, las de mayor impacto. Desde los tiempos en que Bachelet se encontraba en Nueva York a cargo de ONU Mujeres (septiembre de 2010-marzo 2013), Peñailillo y Arenas fueron sus dos hombres de mayor confianza y los arquitectos de su regreso a Chile, programa de Gobierno y segunda campaña a La Moneda. En este primer año de Gobierno, desde los dos cargos más importantes del gabinete, habían tenido en sus manos las principales reformas del Ejecutivo, como la tributaria y los cambios al sistema electoral binominal.

La presidenta ha designado en Interior a Jorge Burgos, un democristiano con amplia trayectoria en el Ejecutivo y en el Congreso, que hasta ahora se desempeñaba como ministro de Defensa, y en Hacienda a Rodrigo Valdés, militante del Partido por la Democracia (PPD), reconocido por su prestigio y capacidad de ejecución, que hasta este lunes era presidente ejecutivo del Banco Estado chileno.

Con estos dos cambios clave y los perfiles de los reemplazantes de la dupla de Peñailillo y Arenas se puede advertir que, en esta refundación de su Gobierno, Bachelet ha querido impregnar una tendencia hacia la negociación y al diálogo. Como funcionario de las distintas Administraciones de centroizquierda desde 1990 y luego en su papel de diputado del Congreso por tres períodos, Burgos es un experto en las negociaciones complejas y un experimentado político con redes profundas en todos los sectores. El nombramiento de Valdés en Hacienda va en la misma línea. En un Gobierno que aspira a una ambiciosa agenda de reformas, para lo que restan menos de tres años, Bachelet ha optado por un interlocutor respetado en el mundo empresarial, donde Arenas se había enfrentado a múltiples problemas y, después de 14 meses, carecía de la legitimidad necesaria para llevar adelante su labor compleja.

El equipo político de La Moneda, compuesto de tres ministros, se ha quedado sin presencia de mujeres. En la Secretaría General de Gobierno, que realiza las labores de vocería, ha salido el socialista Álvaro Elizalde y ha entrado Marcelo Díaz, también militante del PS, que hasta ahora era el embajador de Chile en Argentina. En la Secretaría General de la Presidencia, que tiene en sus manos la agenda legislativa del Ejecutivo y el contacto con el Congreso, ha llegado el diputado del PPD Jorge Insunza, que llega a reemplazar a la democristiana Ximena Rincón, que ocupará a partir de este lunes el ministerio del Trabajo.

En este cambio de gabinete se han producido varios enroques entre los miembros del equipo de Gobierno: junto a los de Burgos y Rincón, José Antonio Gómez, del Partido Radical, ha pasado de Justicia a Defensa. Javiera Blanco, independiente, ha sido trasladada de Trabajo a encabezar el Ministerio de Justicia. Al ministerio de Cultura llega Ernesto Ottone Ramírez en reemplazo de Claudia Barattini, mientras que en Desarrollo Social se instala el segundo militante comunista del Ejecutivo, Marcos Barraza, que llega en lugar de Fernanda Villegas. En esta profunda transformación a su equipo, por lo tanto, Bachelet ha dejado fuera de su Gobierno a cinco dirigentes.