Bellezas contra el botox

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La meca del cine ha sido afectada en uno de sus pilares fundamentales:  el culto a la belleza de la eterna juventud. La tendencia ha seguido imparable durante 2013. Pero, remando contra la corriente a los procedimientos estéticos que se imparten desde hace más de una década y que se han convertido poco a poco en una secuencia avanzada de popularidad entre las musas y los galanes del cine: arrugas, envejecimiento y marcas de expresión que se acentúan después de los 50; son pocas las divas de la pantalla gigante que prefieren mostrarse como son evitando el bisturí para aparentar algunos años menos. Jodie Foster y Julianne Moore, prefieren no ocultar las señales de su envejecimiento que en estas dos grandes artistas acaban siendo su mayor capital. La más reciente y joven del Club, es Teri Hatcher, que interpreta el papel de Susan en la serie “Desperate Housewives”. A sus 48 años, Teri cree que es ridículo aparentar menor edad: “Es necesario aprender a envejecer con elegancia y dignidad”, dice la actriz.

Este pensamiento coloca en jaque la ideología de los estudios que siempre incentivaron lo contrario. Cabe recordar que en su época de oro, cuando las técnicas antiage no eran tan difundidas y avanzadas, Hollywood reunió a los mejores maquilladores, fotógrafos e iluminadores para garantir que estrellas como Marilyn Monroe o Greta Garbo parezcan diosas. En la era de las celebridades no basta ser astro solo en las telas, es necesario exhibir la misma piel de porcelana en la vida real, lo que se ha convertido en un verdadero suplicio para las actrices contemporáneas.