Bolsonaro asume decidido a enfrentar la lacra de las ideologías y combatir el crimen y la corrupción

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Foto: Reuters

En un breve discurso de 10 minutos durante la toma de posesión, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro clamó “liberar Brasil del socialismo” y en ese corto tiempo refirió al menos cuatro veces las palabras violencia, corrupción e ideologías y prometió liberar a su país de las ataduras del pasado en clara referencia a la crisis que ha sumido al gigante latinoamericano en una de sus peores crisis de los últimos años. Saludo a dos expresidentes José Sarney y Fernando Color de Mello pero obvio pronunciar el nombre de Luiz Inacio Lula da Silva uno de los claros derrotados en las pasadas elecciones en las que el candidato de la ultraderecha sacó una abrumadora ventaja sobre el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), sustito de Lula.

Bolsonaro valoró además la familia y la religión judío cristiana como pilares fundamentales de su Gobierno y de la sociedad brasileña. Asimismo dijo que la violencia que se ha instalado en su país será uno de los grandes desafíos de su gestión y recordó que hace 25 años no pisaba el Congreso de la República donde abogó por que los brasileños tengan acceso a la defensa propia para combatir al crimen organizado cuya tasa es una de las más altas del mundo. Jair Bolsonaro reflejo la profunda grieta que se ha producido en Brasil por la desorientación ideológica que ha vivido en la última década.

Prometió reconducir a su país por el camino de la estabilidad económica y declaró que enfrentará las ideologías sin mencionar si estas son de derechas o izquierdas. El flamante presidente de Brasil se refería claramente al Gobierno del PT y las investigaciones de la justicia que han puesto en la cárcel a varios líderes políticos y a un círculo de empresarios favorecidos con obras multimillonarias a cambio de coimas y favores políticos que dilapidaron la popularidad de los anteriores inquilinos del Planalto. Inicio su discurso agradeciendo a Dios por estar vivo y concluyo su alocución ante los representantes de las cámaras de senadores y diputados clamando la protección Divina. “Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”.

Bolsonaro gobernará Brasil de acuerdo a la constitución hasta el próximo 31 de diciembre de 2022, cuatro años de mandato en los que fortalecerá los aparatos de represión interna contra el crimen, para evitar que la violencia extrema siga actuando a lo largo de su enorme territorio. Juró preservar la integridad territorial. En la toma de posesión del nuevo jefe de Estado brasileño se encontraban varios presidentes del mundo y de la región. Sebastián Piñera de Chile en una de las primeras filas, los presidentes de Uruguay, Paraguay y del Perú, así como el presidente israelí Benjamín Netanyaju. El mandatario boliviano Evo Morales, acompañado de su canciller que seguía el discurso a través de audífonos de traducción simultánea.