Pasan las horas y los números de la tragedia se multiplican.
Al menos 21 personas murieron (incluido el perpetrador) y otras 68 resultaron heridas como consecuencia de la explosión de un carro bomba en las instalaciones de la una escuela policial de Bogotá, según el último reporte de la Policía Nacional colombiana.
De acuerdo con el informe, que duplica el saldo inicial de víctimas mortales, del total de heridos 10 permanecen hospitalizados, aunque no se informó sobre su estado.
La explosión, que se produjo a las 9:30 hora local (14:30 GMT) de este jueves, provocó, además, daños a las instalaciones de la escuela, así como a algunas edificaciones cercanas, agregaron las autoridades.
“Las pesquisas iniciales indican que el presunto autor material fue identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez”, reiteró la policía que dejó traslucir que podría haber otras personas implicadas.
“La Policía Nacional de todos los colombianos se compromete a capturar a los responsables de esta acción terrorista lo antes posible”, señala el comunicado.
Antes, en un mensaje a la nación, el presidente Iván Duque anunció que había ordenado reforzar el control de las fronteras y “dar prioridad a todas las investigaciones para identificar a los autores intelectuales del ataque”.
En una conferencia de prensa en horas de la tarde, el mandatario y el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, habían señalado a Rojas Rodríguez, quien falleció dentro del carro bomba, como el presunto autor material de la explosión, pero no se refirieron a otros posibles implicados.
Las autoridades indicaron, además, que en su vehículo se encontraban alrededor de 80 kilos de un explosivo conocido como pentolita.
Duque aseguró que el incidente “no quedará impune” y calificó lo sucedido como “demencial ataque terrorista”.
Por la noche, en su mensaje final del día, el mandatario declaró tres días de duelo en todo el país.
Detalles
Los relatos recabados por medios colombianos señalan que el auto estalló al chocar contra el edificio de la escuela.
“Fue un carro bomba que desafortunadamente superó los puestos de control de seguridad”, dijo la vicepresidenta del gobierno, Marta Lucía Ramírez.
La Escuela de Policía Francisco de Paula de Santander, ubicada en el sur de Bogotá, es una institución dedicada a la formación de oficiales.
Pocos minutos antes de la explosión, se había celebrado un acto de graduación de brigadieres generales en el lugar.
Bogotá sorprendida
Las calles que rodean la zona de la escuela de la policía fueron cerradas inmediatamente después de la explosión.
A través de canales de televisión colombianos, los vecinos de la zona relataron el fuerte ruido ocasionado por el carro bomba y cómo se rompieron vidrios de sus casas.
Inmediatamente después de conocido el hecho, los familiares de los cadetes acudieron a la zona en busca de información sobre las posibles víctimas.
Minutos después las máximas autoridades de la policía del país se trasladaron al lugar para comenzar a buscar una versión definitiva del incidente.
Imágenes en redes sociales mostraron los restos de un vehículo en llamas en el aparcamiento de la escuela policial y los servicios de emergencia que acudieron al lugar.
La conmoción retorna a Bogotá
Análisis de Boris Miranda, corresponsal de BBC Mundo en Colombia
Una explosión de un carro bomba de esta dimensión es algo que no sucedía en mucho tiempo en Bogotá y por ello tomó por sorpresa a la capital colombiana.
Mucho más porque el incidente sucede en una escuela de la policía, una institución que sufrió numerosos atentados durante la época de violencia del narcotráfico y durante el conflicto armado.
Las autoridades y referentes de opinión de Colombia condenaron el “ataque terrorista“.
Cabe señalar que Colombia redujo de manera significativa los atentados en los últimos años, pero que sigue siendo un temor permanente presente entre los ciudadanos.