Caso Epstein: la familia Maxwell acusa a Trump de “mala conducta”

Por Redacción dat0s con Agencias
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tump y epstein, florida 2000

El entorno de la exsocia del financista fallecido, condenada a 20 años de prisión, lanzó una ofensiva legal mientras el cierre del caso Epstein por parte del gobierno republicano fractura al movimiento MAGA.

La familia de Ghislaine Maxwell condenada a 20 años de prisión por delitos de tráfico sexual vinculados al caso Jeffrey Epstein, acusó al gobierno de Donald Trump de “mala conducta”, aseguró que es un “chivo expiatorio” e hizo una presentación judicial para reabrir la causa. Las declaraciones ocurrieron luego de que la exsocia del financista pedófilo sugiriera que intentó declarar ante el Congreso para aportar información pero que “nunca fue convocada”.

Pasaron casi seis años desde que Jeffrey Epstein fue encontrado muerto en una celda federal de Nueva York. Su muerte, oficialmente calificada como suicidio según una reciente investigación del gobierno de Trump, no cerró el caso, sino que provocó una inesperada crisis en el movimiento MAGA, el núcleo duro del trumpismo.

La disputa expuso tensiones latentes entre las bases que exigen justicia y transparencia -dos promesas de campaña del republicano- y los líderes que optaron por cerrar un caso que expuso los rincones más oscuros y explosivos de la política, la justicia y la cultura de poder estadounidense. Trump, en tanto, fue acusado de “traicionar” su compromiso de publicar los detalles de los archivos Epstein, sobre los crímenes del empresario que manejaba una red de pedofilia con el objetivo de proteger a figuras muy poderosas de las finanzas y el espectáculo.

“Chivo expiatorio”: qué dijo la familia de Maxwell, la exsocia de Jeffrey Epstein

En ese contexto, la familia de Ghislaine Maxwell, condenada a 20 años de prisión por delitos de tráfico sexual vinculados al círculo de Epstein, reapareció con una afirmación que resuena como una bomba de tiempo: “Fue víctima de mala conducta del gobierno y no tuvo un juicio justo”. A esa denuncia se suma un nuevo recurso legal que amenaza con reabrir el caso justo cuando la administración Trump, a través de su fiscal general Pam Bondi, decretó su cierre definitivo.

Desde la cárcel federal donde cumple su condena, Maxwell volvió a aparecer en la escena pública, aunque esta vez por boca de su familia y su abogado. En un extenso comunicado, sus allegados acusaron al gobierno de Estados Unidos de haber montado un juicio plagado de irregularidades, motivado no por pruebas sólidas, sino por una necesidad política de encontrar culpables tras la muerte de Epstein.

“La justicia no debería ser una función del clamor popular. Nuestra hermana fue juzgada y condenada para satisfacer una demanda emocional”, dijo Ian Maxwell, su hermano, al semanario The Spectator.

El abogado de Maxwell, David Oscar Marcus, confirmó que ya preparan un recurso de hábeas corpus para impugnar su encarcelamiento. Según explicó, se trata de un intento por revertir la condena basándose en “nuevas pruebas”, incluidas presuntas irregularidades procesales, filtraciones de prensa y una supuesta ruptura de un acuerdo federal que protegía a los co-conspiradores de Epstein.

El acuerdo secreto y el silencio negociado

El núcleo de la defensa de Maxwell gira en torno a un documento de 2007: un acuerdo de no procesamiento firmado entre Epstein y la Fiscalía del Distrito Sur de Florida. A cambio de declararse culpable de cargos menores y cumplir una condena de solo 13 meses, el Estado se comprometía —según los Maxwell— a no procesar a sus cómplices.

Aunque Ghislaine no está nombrada explícitamente, su defensa insiste en que la cláusula incluía a los principales asistentes del financista. “Si el gobierno da su palabra, debe cumplirla. Es un principio básico del Estado de derecho”, sostuvo Marcus.

Pero los fiscales federales de Nueva York encontraron una vía para esquivar ese pacto: argumentaron que el acuerdo solo era válido en Florida y no impedía nuevas acciones penales en otro distrito. Así, el juicio contra Maxwell se convirtió en el sustituto judicial tras la muerte del principal acusado. “La usaron para cerrar el capítulo Epstein. Pero fue un cierre falso”, indicó su hermano.

Trump, Bondi y el cierre del caso que reabrió la polémica

El conflicto escaló cuando Pam Bondi, la asesora legal de Trump designada fiscal general para su segundo mandato, emitió un memorando oficial en el que daba por terminado el caso Epstein el pasado 14 de julio. Según el documento, no hay evidencia que justifique nuevas acusaciones. Tampoco existe —afirma— una “lista secreta” de clientes que comprometa a figuras de alto perfil.

La reacción fue inmediata. Líderes del movimiento MAGA, entre ellos Tucker Carlson, Steve Bannon, Marjorie Taylor Greene y Megyn Kelly, calificaron el cierre como una traición. Para muchos, el “pacto de silencio” detrás del escándalo Epstein es el símbolo máximo del encubrimiento de las élites, uno de los ejes de la retórica “anti establishment” que sostuvo la campaña de Trump.

Incluso el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, pidió transparencia. “La confianza pública exige que se publique todo”, advirtió.

El expresidente Trump, lejos de calmar las aguas, avivó la tensión. Tras retar a un periodista por preguntarle sobre el tema durante una rueda de prensa sobre las inundaciones en Texas, declaró: “Esto depende de Pam. Si ella cree que algo debe publicarse, que lo haga. Pero no pierdan tiempo con esto”. Para los sectores más radicalizados de su base, la respuesta sonó como un intento de enterrar un tema incómodo, que incluso podría salpicar al propio Trump.

Interrogantes sobre la lista y la dudosa muerte de Epstein

Uno de los ejes más persistentes del caso ha sido la existencia —o no— de una supuesta lista de clientes de Epstein, que incluiría a empresarios, políticos, miembros de monarquías y hasta celebridades. En febrero pasado, la propia Bondi había insinuado en Fox News que tenía esa lista “sobre su escritorio”. Pero su portavoz corrigió luego la afirmación, diciendo que se refería a los “archivos del caso”.

Para la familia Maxwell, la lista nunca existió. “Fue una ficción alimentada por las redes y ciertos medios”, aseguró Ian. “Si se pincha la conspiración, el globo se desinfla y la gente se da cuenta de que ha sido engañada”, añadió. Uno de los referentes de esa tesis es el magnate Elon Musk. El exsocio político de Trump fue acusado de “darle vida” a esa teoría que sostienen muchos seguidores del trumpismo, que exigen la publicación de esos archivos en función de las promesas de campaña de Trump.

A comienzos de julio, el Departamento de Justicia reveló por primera vez imágenes de las cámaras de seguridad del Metropolitan Correctional Center, tomadas la noche del 9 de agosto de 2019. En los videos, se ve a Epstein siendo escoltado por guardias hasta su celda. Las imágenes, sin embargo, no muestran la puerta de la celda ni el momento exacto de su muerte.

Según Axios, entre las 22:40 del 9 de agosto y las 6:30 del día siguiente, nadie fue registrado entrando al área cercana a su celda. Esa información reforzó la conclusión oficial: suicidio por ahorcamiento.

Pero Maxwell —según su hermano— sigue convencida de que Epstein fue asesinado. “Es su creencia desde el primer día, y nada la ha hecho cambiar de opinión”, dijo Ian. Aunque descarta una escena “de película” con asesinos infiltrados, no descarta la hipótesis de un asesinato indirecto: ya sea facilitado por negligencia intencional o incluso financiado desde el interior de la prisión.

 


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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