Científicos alertan de que gran parte de la Amazonía puede transformarse en sabana

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Foto: Bruno Kelly (Reuters)

¿Qué sucede cuando un organismo vivo, el mayor bosque tropical del planeta, es sometido a presiones sin precedentes?

La actual extensión de incendios en la Amazonía se suma a un incremento marcado en la desforestación.

Y si la destrucción de bosque sobrepasa cierto límite, la selva amazónica podría cambiar abruptamente.

Eso es lo que sostiene el científico brasileño Carlos Nobre, investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Sao Paulo, quien trabajó durante 35 años en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).

Nobre advirtió que si se llega a un determinado nivel de desforestación, la Amazonía puede alcanzar un punto de transformación sin retorno, un fenómeno llamado tipping point en inglés.

El experto brasileño publicó su advertencia el año pasado, junto al científico estadounidense Thomas Lovejoy, en un artículo en la revista Science Advances.

“Nuestros cálculos muestran que si desaparece entre un 20 y 25% del bosque amazónico, aumentará la duración de la estación seca y la temperatura, y eso puede llevar a que el bosque tropical dé lugar a una vegetación diferente, de sabana”, le señaló a BBC Mundo Nobre.

¿Un camino sin salida?

En las últimas décadas, la desforestación ya alcanzó según el experto entre el 15 y el 17% de la Amazonía.

“Un tipping point es un cambio abrupto, una transformación abrupta en un sistema que va para otro estado completamente diferente”, le explicó Nobre a BBC Mundo.

Si la desforestación continúa aumentando al ritmo actual, Nobre estima que podría llegarse al punto de no retorno en un período de “entre 15 y 30 años”.

La transformación irreversible en una vegetación más seca de sabana “podría alcanzar entre el 50 y el 60% de la Amazonía antes del 2050, y hasta el 70% posteriormente”, de acuerdo al científico.

Los actuales incendios podrían incluso hacer más rápido ese cambio, señaló.

“A medida que la desforestación aumenta, el bosque se torna más y más vulnerable y eso puede acelerar el proceso de transformación en sabana. Es decir, el punto de no retorno podría ocurrir antes”, le advirtió Nobre a BBC Mundo.

La dinámica clave para entender el punto de no retorno

En la Amazonía, más que en otros bosques tropicales, se da un fenómeno clave para entender por qué podría llegarse a un punto de no retorno: el bosque amazónico genera parte de su propia lluvia.

“Varios estudios mostraron que una parte de la lluvia, que varía entre el 15 y el 25%, existe porque el bosque crea las condiciones climáticas para esa lluvia”, explicó Nobre.

El bosque amazónico es muy eficiente en reciclar agua.

La lluvia cae, va para el suelo, las raíces profundas de los árboles capturan esa agua, y a través de la transpiración la liberan de nuevo a la atmósfera, donde forma nubes y llueve de nuevo.

Debido a ese reciclaje de agua, cuando se elimina una parte del bosque tropical llueve menos, lo que alarga la estación seca.

Y según explicó Nobre, es la duración de la estación seca la que determinará si habrá bosque tropical húmedo, o cerrado, con su vegetación típica de sabana más dispersa y tolerante a la sequía, con menor densidad de árboles.

En algunos sitios del cerrado llega a caer tanta agua como en algunos puntos de la Amazonía.

“Pero la gran diferencia es la duración de la estación seca, que en el cerrado va de entre cuatro a seis meses, y en Santarem, por ejemplo, en la Amazonía, es menor de tres meses”.

Si se llega al tipping point del que advierte Nobre, aún cuando la desforestación se redujera a cero, “la vegetación de sabana ya no logrará generar una parte de la lluvia que generaba el bosque tropical”

“Tendrían que pasar miles de años para que el bosque pudiera reconstituirse”.

Doble calentamiento

La capacidad del bosque amazónico de generar parte de su propia lluvia explica también un fenómeno que los científicos brasileños Beatriz SchwantesMarimon y Ben Hur Marimon llaman “doble calentamiento”.

Ambos investigadores, profesores de la Universidad del Estado de Mato Grosso, monitorean desde hace más de dos décadas unas 60 parcelas de bosque amazónico. Y han compilado un banco de datos sobre más de 60 mil árboles.

Crucialmente, las parcelas se encuentran en la llamada zona de transición, el margen entre el bosque amazónico húmedo y la zona de sabana más seca.

“Además del calentamiento global provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero, estamos registrando también un calentamiento local debido a la desforestación”, le señalaron Beatriz y Ben Hur Marimon a BBC Mundo.

Con el retiro de los bosques, el efecto de la transpiración en la reducción de la temperatura local disminuye“.

Un árbol grande y joven tiene capacidad para transpirar hasta mil litros de agua por día, un proceso que reduce la temperatura y ayuda en la formación de lluvias en la región, afirmaron los científicos.

“O sea que hay un efecto combinado del calentamiento global por la emisiones de CO2 con el calentamiento local causado por la desforestación. Como resultado, el aumento de temperatura en la Amazonía será mayor que el esperado”.