Cocaína peligrosa alerta Ámsterdam
Pocos turistas que viajan a Ámsterdam desconocen la asociación que se suele hacer entre esta ciudad holandesa y una actitud relativamente permisiva hacia las drogas.
Pero encontrarse a la salida de la Estación Central de tren con unos carteles que advierten “Alerta por cocaína” probablemente haya sorprendido a más de un visitante.
¿Qué está pasando? ¿Qué llevó a las autoridades holandesas a poner en marcha esta atípica campaña?
Droga mortal
La muerte de tres jóvenes británicos y el ingreso hospitalario de al menos otros 14 turistas en las últimas semanas por consumo de drogas en Holanda desató las alarmas.
Detrás de todos estos casos está la misma causa: la ingestión de heroína blanca que los consumidores pensaron que era cocaína.
Las dos últimas víctimas, dos chicos británicos de 20 y 21 años, aparecieron sin vida en una habitación de hotel la semana pasada.
Los que tuvieron más suerte y pueden contarlo hablan de una repentina sensación de debilidad, pérdida del conocimiento y lapsus de memoria.
La campaña de salud pública está especialmente dirigida a los turistas que visitan Ámsterdam.
A diferencia de la cocaína -una droga estimulante que pone el cerebro en alerta- la heroína blanca relaja.
Los que la consumen se pueden quedar dormidos o sufrir problemas de respiración. Con un uso excesivo, el corazón late cada vez más lento, hasta que se para.
¿Error o intención?
La heroína blanca es mucho más cara que la cocaína, algo que confunde a los investigadores que intentan desentrañar el caso.
La policía holandesa parte de la hipótesis de que el responsable de la venta de esta droga es una sola persona que no sabe lo que está vendiendo.
Adam Winstock, fundador del Global Drugs Survey, coincide en pensar que el autor actúa en solitario pero cree que lo hace “a propósito”.
Según le dice Winstock a la BBC, el mercado de las drogas en Holanda es “sofisticado” y es probable que haya nichos diferentes para heroína y cocaína.
“Es improbable que un traficante incompetente se haya confundido de paquete”, sostiene.
“La heroína blanca es tres veces más cara que la cocaína en Ámsterdam y los traficantes de droga son empresarios motivados por el beneficio.
“La cocaína y la heroína blanca se cortan con elementos diferentes y se sienten distinto al esnifarlas”, explica.
Y aunque no todos los traficantes de droga prueban sus propios productos, Winstock señala que “probar la pureza de la droga en Ámsterdam es bastante sencillo”.
“Puedes ir y hacer un análisis en organizaciones subvencionadas por el gobierno donde elaboran una lista detallada de lo que hay en la droga”.
Por esto, Winstock opina que “hasta que no se pruebe lo contrario, hay alguien ahí fuera que sabe lo que está haciendo, un traficante solitario que por la razón que sea pensó: ‘Les voy a enseñar una lección'”.
Investigación policial en marcha
La BBC le planteó a Rob van der Veen, miembro de la policía holandesa, la posibilidad de que el traficante esté vendiendo heroína blanca deliberadamente.
“Esperamos que no sea así. No lo sabremos hasta que lo encontremos, hay varios escenarios posibles”, responde.
Una posibilidad es que el traficante haya robado la droga.
“Si la has robado, no importa el precio, no hay pérdidas, sólo beneficios”, indica van der Veen.
“Tenemos mucho personal infiltrado en las calles buscándolo”, añade.
Inusual campaña de salud pública
Mientras la policía trabaja a contrarreloj para resolver el caso, las autoridades sanitarias lanzaron una original campaña de sensibilización pública.
En lugares centrales y turísticos de Ámsterdam como Rembrandtplein y Leidseplein hay grandes carteles luminosos que advierten que “una cocaína extremadamente peligrosa se está vendiendo a los turistas”.
También hay avisos en paradas de tranvía o en farolas de la ciudad, en los que se urge a la gente a pedir ayuda y se hace hincapié, además, en que nadie va a ser arrestado por reportar que consumió drogas.
“No serán arrestados por consumir drogas en Ámsterdam”.
Este último detalle es el que ha traspasado fronteras y llamado más la atención de medios y redes sociales.
Se destaca cómo, en un sencillo afiche, la oficina de salud pública de Ámsterdam, GGD, ofrece información sobre cómo recibir asistencia médica y cómo cuidar a potenciales víctimas mientras llega la ayuda.
“Hay una notable falta de juicio moral en el lenguaje que aparece en las alertas por cocaína en Ámsterdam -que contrasta con la retórica que utilizan muchos de los opositores a la liberalización de las drogas en EE.UU.”, escribe el columnista del diario estadounidense The Washington Post Christopher Ingraham.
Los consumidores de drogas no son vistos como criminales sino como personas normales que se involucran en comportamientos dañinos para su salud.
Y es en este sentido, con una campaña semejante a lo que sucedería en casos de gripe aviar u otras alertas sanitarias, que las autoridades intentan frenar la amenaza.