Ecuador da luz verde a las candidaturas presidenciales

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Foto: El País

La foto electoral para febrero de 2017 ya está completa. Ecuador sabe desde este fin de semana quiénes serán los candidatos a ocupar el Palacio de Carondelet para las próximas elecciones presidenciales. Lenín Moreno, exvicepresidente de Rafael Correa en la primera legislatura, está llamado a mantener el régimen actual, y Guillermo Lasso, el opositor de derechas con mayor respaldo popular, a dar un cambio de rumbo. No son los únicos presidenciables, pero sí los mejor posicionados para llegar al poder.

El nombre de Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (CREO), está escrito en el puesto número dos de las encuestas desde hace meses, incluso desde su derrota en los anteriores comicios de 2013, cuando Correa revalidó su mandato en una sola vuelta. Pero la incógnita sobre quién heredaría el liderazgo de Alianza PAIS (Patria Altiva i Soberana) no se resolvió hasta el pasado sábado. El partido en el Gobierno aprovechó su quinta convención anual, celebrada al sur de Quito, para designar a dedo a Lenín Moreno como candidato oficialista, el primero de Ecuador con una discapacidad (va en silla de ruedas), y a Jorge Glas como eventual vicepresidente.

El primero dice ser un hombre abierto al diálogo y al consenso, en un claro distanciamiento del crispado clima oficialista. El segundo es el heredero más fiel de Correa y representante de la línea de mano dura, quien también optaba a la presidencia. Pero ganó la cara amable dentro del partido. El “buen ausente” Moreno, como fue definido por el analista político Francisco Rocha por la enorme empatía que el exvicepresidente levanta entre los ecuatorianos pese a llevar tres años en una discreta posición en Ginebra (Suiza) como enviado especial de Naciones Unidas para los discapacitados, sigue siendo el rostro de más arrastre tras Correa.

El presidente tuvo que resolver la ecuación electoral de PAIS dejando a su mano derecha, Jorge Glas, como número dos. Aunque en la escenificación del pasado sábado ante los militantes del partido oficialmente fue Correa quien eligió a Moreno y este quien designó a Glas. “Jorge, el de las hidroeléctricas, el de los proyectos multipropósito [que regulan las sequías e inundaciones]”, según fue presentado el actual vicepresidente, tras unos segundos de suspense calculado, en alusión a las grandes obras de infraestructura que coordinó Glas.

Moreno aceptó el encargo con un discurso similar al que pronunció el martes a su llegada al país, en el que alababa la labor de Correa e intercalaba pasajes de su vida. Pero añadió dos condiciones: “Que sigamos caminando juntos hasta el final y que, si aparecen escollos o distanciamientos, que se resuelvan con un abrazo”, pronunció, marcando la distancia con las formas de Correa.

Izquierda y derecha

Con el nombramiento de Moreno y Glas se completó la candidatura de izquierdas más sólida frente al avance de la derecha mejor posicionada del banquero Guillermo Lasso (CREO). Y, cuando faltaban 15 días para que se cumpliera el plazo oficial de inscripción de candidatos a la presidencia, también se definieron las otras dos propuestas secundarias de la izquierda y de la derecha.

Cynthia Viteri asumió definitivamente el liderazgo de La Unidad, tras ser aupada en junio por el álter ego de Correa en la derecha: el alcalde socialcristiano de Guayaquil, Jaime Nebot. Es la segunda vez que Viteri aspira a ser la primera mujer presidenta de Ecuador y esta vez lo intenta al frente de una propuesta de coaliciones que incluye al propio Partido Socialcristiano, a Concertación y a Avanza, exsocios de PAIS en el Gobierno, dejando fuera a Podemos y a SUMA, la fuerza de Gobierno que surgió de la nada en las últimas elecciones municipales arrebatándole la histórica alcaldía de Quito al partido oficialista.

El resurgido general y exalcalde capitalino Paco Moncayo consiguió en apenas dos semanas asegurarse la proclamación como candidato de la izquierda, en la coalición Acuerdo Nacional por el Cambio.

CORREA: “¡CÓMO QUIERE LA GENTE A LENÍN!”

Su condición como discapacitado y las leyes que impulsó como vicepresidente entre 2007 y 2013 para la inclusión laboral y social y las ayudas a las personas con discapacidad le proporcionaron a Lenín Moreno un cariño entre los ciudadanos que no se ha esfumado hasta hoy, incluso ante las críticas recientes que calificaban como derroche los tres millones de dólares que destinó el Gobierno a mantenerle en su cargo en Ginebra sin ser funcionario público.

Correa le elogió en las redes sociales. “¡Cómo quiere la gente a Lenín! ¡Esta es la revolución! No podrán con tanto amor y entrega”, dijo.