EE.UU.: ¿Qué tan saludables son Hillary Clinton y Trump?
Es una cuestión de Estado y del pueblo. La salud de Hillary Clintony Donald Trump, aspirantes a la presidencia de Estados Unidos, nada tiene que ver con un capricho, sino que es casi una necesidad para los votantes. Y mucho más en estas elecciones que tendrán lugar en noviembre con dos candidatos que tienen casi 69 y 70 años.
Hillary Clinton es la más joven de los dos. Sin embargo, su salud es la que ahora está en el centro de la campaña. El domingo , en medio de un acto en homenaje a las víctimas del atentado a las Torres Gemelas que tuvo lugar el 11 de septiembre de 2001, la demócrata sufrió un golpe de calor que la obligó a abandonar el Ground Zero casi sin consciencia y con la ayuda de sus guardaespaldas, que debieron meterla dentro del vehículo porque ella ya no tenía fuerza para hacerlo.
Tiempo después se supo más: fue diagnosticada con neumonía por su doctora personal, Lisa Bardack, según informó uno de sus asesores, y debió suspender su agenda electoral para descansar y recomponerse.
“Clinton había estado sufriendo tos relacionada con alergias. El viernes, luego de una evaluación de control por su persistente tos, se le diagnosticó una neumonía. Se le recetaron antibióticos y se le aconsejó descansar y cambiar sus horarios”, escribió Bardack en un comunicado.
No es la única mala noticia de la ex secretaria de Estado de las últimas semanas. El lunes pasado, en un evento en Ohio, la ex primera dama comenzó con un ataque de tos que le impidió hablar con claridad, la obligó a frenar y tomar agua en más de una oportunidad, hasta escupir unas pastillas verdes que se ve tenía en la boca para sentirse mejor.
Los rumores no tardaron. Donald Trump, el rival republicano deHillary en las presidenciales, aprovechó cada momento para exigir que la demócrata haga público un informe sobre su estado de salud. Incluso, en las redes sociales, llegó a dejar entrever que para él no tiene la fortaleza física para ponerse al frente de la Casa Blanca.
Clinton no quiso darle la razón. Lo único que manifestó al respecto de su ataque de tos fue algo así como que “cada vez que se pone a hablar de Trump, le da alergia”.
Pero su estado de salud fue noticia en otros momentos también. La primera fue en 1998, cuando fue ingresada de urgencia en el hospital naval de Bethesda tras detectársele un coágulo detrás de la rodilla izquierda. Los médicos le recetaron anticoagulantes y ella admitió que se trataba de “la alerta sanitaria más significativa” que había tenido en su vida.
Desde ese episodio ya pasaron 18 años. Y no lo hicieron en silencio. En 2009 padeció una trombosis a causa de los problemas circulatorios que la afectan y tres años más tarde, en 2012, tuvo un coágulo cerebral. Ella aún era secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama y desmayó y sufrió una conmoción cerebral. Desde su entorno habían asegurado que estaba deshidratada.
Poco después otra vez su médica personal fue la que develó el misterio: estaba afectada con un virus estomacal que se había contagiado en uno de sus viajes y mientras estaba sola en casa, sufrió un desmayo y se dio un golpe en la cabeza. Al encontrársele el coágulo fue sometida a un tratamiento que duró dos meses, de acuerdo a una nota publicada por la cadena Univisión.
— La salud de Trump —
Como buen arengador de la publicación del informe médico de su rival, Donald Trump ha dado a conocer una carta de pocos párrafos firmado por su doctor personal y fechada en 2015.
“Trump se sometió recientemente a un examen médico completo que no ha mostrado más que resultados positivos. Y de hecho, su presión arterial y los resultados de sus exámenes en laboratorios son increíblemente excelentes”.
Aunque el informe no parece muy serio dado el subjetivo lenguaje de Harold Bornstein, el gastroenterólogo que controla su salud desde hace años, el republicano está convencido de que la información alcanza.
También dice el parte que su presión sanguínea y los resultados de laboratorio son “notablemente excelentes” y hasta sugiere que de llegar a ser presidente, sería la “persona más sana que haya sido elegida alguna vez”. “Su salud es excelente, especialmente su salud mental. Funciona muy bien”, según una nota publicada por la cadena británica BBC.
“No bebe, no fuma, y eso es sencillamente una de las mayores ventajas de las que puedes disfrutar, creo yo, y su historial familiar es bueno”, indicó el médico. Sí es cierto que una de sus debilidades es la comida rápida, de la cual el magnate se muestra devoto.
Y eso que con 70 años, Trump sería el hombre más viejo en asumir la presidencia. Hasta ahora el podio es de Ronald Reagan, que asumió hace ya 35 años. Sin embargo, el millonario en caso de conseguir la presidencia sería ocho meses mayor al anterior mandatario.
Según su historial médico, Trump perdió siete kilos de peso en un año, toma 81 mg de aspirina todos los días, una pequeña dosis de estatina para reducir el colesterol y solo fue sometido a una cirugía una vez en su vida: a los 10 años, cuando lo operaron de apendicitis.
Fuente: Argentina, La Nación/GDA