EEUU: incendios dejan decenas de víctimas y desaparecidos

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Foto: EPA

 

Los estados de California, Oregon y Washington han visto como las deflagraciones masivas han dejado decenas de fallecidos, miles de kilómetros cuadrados de terreno quemados, al igual que casas y vehículos. Las tareas de extinción continúan con condiciones climáticas más favorables, pero se teme que el número de muertes aumente.

Los incendios de la costa oeste estadounidense continúan haciendo estragos. Las llamas siguen destruyendo todo a su paso y en las últimas 24 horas han terminado con la vida de otras tres personas, aunque decenas siguen desaparecidas debido a la dificultad que tienen las autoridades de acceder a determinadas zonas habitadas.

El desastre ya es catalogado como uno de los mayores, o incluso el mayor, de la historia en la zona. Las altas temperaturas durante las últimas semanas, unidas a los fuertes vientos registrados han sido los ingredientes para crear una tormenta de fuego gigantesca. Las escenas de destrucción se extienden por miles de kilómetros, desde el extremo norte de la costa pacífica hasta California.

Justamente este estado es el más afectado en lo que al número de víctimas y destrucción se refiere, pero ahora los principales focos se sitúan en los estados de Oregon y Washington. En California preocupa especialmente el foco de North Complex, que lleva quemadas 102.000 hectáreas y ha destruido más de 2.000 edificios desde que se inició hace 24 días, y por el momento los bomberos sólo han logrado contenerlo en un 22 %.

Por otro lado, en el Bosque Nacional de Mendocino, otro foco ha arrasado como unas 300.000 hectáreas, lo que se considera el mayor incendio de la historia del estado. En esta zona, situada a 190 kilómetros al noroeste de Sacramento, 68.000 personas estuvieron pendientes de una posible evacuación masiva.

En el estado de Oregon 500.000 personas recibieron la orden de estar listas para evacuar en cualquier momento ante una emergencia y 40.000 de ellas tuvieron que abandonar sus casas.

Poblaciones enteras, como la de Molalla, a 40 kilómetros al sur de Portland, fueron vaciadas. Sus 9.000 habitantes fueron sacados de sus casas ante el avance de las llamas.

En medio del caos, los pronósticos sobre los desaparecidos no son nada alentadores, y el director de gestión de emergencias del estado, Andrew Phelps, indicó que se están preparando para una “desgracia masiva” de pérdidas de vidas humanas, un término usado en Estados Unidos para referirse a incidentes en los que se estima que hay una gran cifra de personas muertas que por el momento no se pueden confirmar.

Mejora del clima

Todo parece indiciar que las condiciones climatológicas están mejorando en los tres estados, momento que los bomberos y rescatistas de la zona están aprovechando para lanzar una ofensiva que extinga los incendios.

Las temperaturas han bajado, entre otras cosas, debido a la gran capa de humo negro que envuelve la costa pacifica y que impide desde hace días, que el sol penetre y se forme una especie de penumbra diurna. El problema de esta situación es que la calidad del aire ha bajado a niveles prácticamente irrespirables en algunos puntos de la geografía estadounidense.

A esto hay que sumar que los vientos fuertes han cesado y vientos suaves y frescos procedentes del océano Pacífico están llegando a la costa.

Todos señalan al cambio climático

Los gobernadores demócratas de los tres estados señalaron que la causa del desastre es el cambio climático. Varias fuentes señalan que, desde hace años, la temporada seca y la húmeda se han vuelto extremas. Durante la húmeda se crea demasiada maleza que luego sirve de combustible perfecto a los incendios durante la temporada más seca.

“Esta es una maldita emergencia climática. Esto es real y está sucediendo. Esta es la tormenta perfecta”, dijo el gobernador de California, Gavin Newsom, a los periodistas desde una ladera carbonizada cerca de Oroville, una población de ese mismo estado.

La mayor parte de los fuegos se declararon a mediados de agosto a causa de una tormenta eléctrica nada habitual en la región, y desde entonces la sequedad, los fuertes vientos y las altas temperaturas los han hecho extenderse a gran velocidad.

Con AP, Reuters y EFE