El caso por narcotráfico contra el expresidente de Honduras que Trump pretende indultar

El indulto a Hernández contrasta con la actual ofensiva del gobierno de Estados Unidos contra el crimen organizado en América Latina para combatir el tráfico de drogas.

Los planes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de indultar al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández contradicen las pruebas que los fiscales estadounidenses utilizaron para condenarlo por tráfico de cocaína.

El indulto, anunciado por Trump a través de su cuenta de Truth Social convierte la decisión de procesar a Hernández en una cuestión política.

“Concederé un indulto total y completo al expresidente Juan Orlando Hernández, quien, según muchas personas a las que respeto profundamente, ha sido tratado de forma muy dura e injusta”, afirmó Trump en una publicación del 28 de noviembre.

Pero los fiscales de Estados Unidos —entre ellos Emil Bove, quien luego pasó a ser uno de los abogados de Trump— pasaron años armando el caso contra Hernández, basado en el testimonio de numerosos traficantes de drogas, en cuadernos contables y en otras pruebas que presentaron durante el juicio que se prolongó durante tres semanas en 2024.

El indulto se hizo oficial el 1 de diciembre de 2025, según el Buró Federal de Prisiones (Federal Bureau of Prisons, BOP), cuando Hernández salió de una prisión federal en Estados Unidos.

Hernández fue congresista y luego presidente del Congreso Nacional antes de ser elegido para dos mandatos consecutivos como presidente de Honduras entre 2014 y 2022. Durante ese período, los fiscales señalaron que colaboró con una amplia gama de traficantes de alto perfil para enviar más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos a cambio de millones de dólares en sobornos.

Poco después de dejar el cargo en 2022, Hernández fue detenido por cargos de narcotráfico y armas y extraditado a Estados Unidos. En 2024, fue declarado culpable tras un juicio marcado por testimonios extraordinarios de traficantes condenados y antiguos colaboradores, y un juez lo sentenció a 45 años de prisión por su papel en la conspiración de tráfico de drogas.

“Durante más de una década, el acusado abusó de su poder político para convertir Honduras… en un narcoestado”, escribieron los fiscales estadounidenses en documentos judiciales. En un momento, Hernández incluso le dijo a un cómplice que “metería la droga por las narices de los gringos”.

Uno de los aliados más cercanos de Hernández fue su hermano, el excongresista Juan Antonio “Tony” Hernández. Las autoridades federales lo arrestaron en 2018 en Miami por cargos de drogas y armas. Fue condenado a cadena perpetua después de que un jurado determinó que usó sus conexiones políticas para traficar cocaína hacia Estados Unidos, un caso en el que Bove trabajó directamente.

Antes de su arresto, Hernández había sido durante años el principal aliado antidrogas del gobierno estadounidense en la región, pese a las crecientes sospechas sobre sus vínculos con el tráfico de cocaína.

El eventual indulto a Hernández contrasta con la actual ofensiva del gobierno de Estados Unidos contra el crimen organizado en América Latina para combatir el tráfico de drogas. Desde principios de septiembre de 2025, las fuerzas estadounidenses han bombardeado más de 20 embarcaciones sospechosas de tráfico y han matado al menos a 83 personas. Esto ha venido acompañado de un despliegue militar en el Caribe que, según varios indicios, estaría dirigido a sacar del poder al presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien funcionarios estadounidenses acusan de beneficiarse con el tráfico de drogas.

Testimonios narco revelan millones en sobornos

La condena de Hernández se logró gracias a contundentes testimonios de varios traficantes de alto perfil durante su juicio en Nueva York. El principal fue el de Alexander Ardón, un traficante condenado y exalcalde de El Paraíso, un punto clave de tránsito en la ruta de la cocaína cerca de la frontera entre Honduras y Guatemala.

Los vínculos de Ardón con la familia Hernández se remontan a finales de la década de 2000, según documentos judiciales. Durante años, Ardón financió las campañas políticas de Juan Orlando y otros funcionarios del Partido Nacional a través de Tony, a cambio de protección para los cargamentos de cocaína que movía junto al hermano del expresidente.

Con el tiempo, Ardón presenció cómo otros traficantes entregaban sobornos destinados a Hernández, entre ellos el capo del Cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”. Durante el juicio, Ardón declaró que Guzmán visitó El Paraíso en 2013 para entregar una contribución de US$1 millón a la campaña presidencial de Hernández. Ardón estuvo en la reunión y afirmó que Tony posteriormente entregó los fondos al equipo de campaña de su hermano.

Esto no fue todo. Devis Leonel Rivera Maradiaga, el exlíder de la red de tráfico de drogas de Los Cachiros, también declaró que pagó US$250.000 en ganancias del narcotráfico a Hernández para proteger sus actividades de tráfico de cocaína. Tony solía actuar como intermediario en estos pagos, usando sus contactos para conectar a políticos con miembros de los grupos criminales Los Cachiros y Los Valles, así como con Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”, una figura poderosa del narcotráfico regional que luego se convirtió en testigo colaborador clave en Estados Unidos.

Libretas de droga sellan la condena

Quizás la prueba más contundente utilizada por los fiscales contra Hernández fueron las libretas de droga descubiertas en junio de 2018 en poder de un narcotraficante llamado Nery Orlando López Sanabria.

Las libretas aparecieron por primera vez en el juicio de Tony Hernández en 2019. Los fiscales presentaron varias anotaciones que detallaban cargamentos de cocaína que él recibía y distribuía. Una de febrero de 2018 registraba costos de envío y un depósito de US$1 millón por un cargamento de 650 kilos enviado por el excongresista.

Años después, las libretas también fueron admitidas como prueba en el juicio de Juan Orlando Hernández en 2024. Varias anotaciones incluían las letras “JOH”, las iniciales con las que se conoce a Hernández en Honduras. En una entrevista exclusiva con InSight Crime, una novia de López —detenida junto a él en 2018— confirmó que las anotaciones se referían al dinero del narcotráfico entregado al expresidente Hernández.

La evidencia resultó crucial para condenar tanto a Tony como a Juan Orlando Hernández. Les proporcionó a los fiscales pruebas físicas que reforzaron los testimonios de los traficantes condenados. Poco después de que las libretas salieran a la luz en el juicio de Tony, seis miembros de la MS13 asesinaron a López en una emboscada dentro de una prisión hondureña, disparándole y apuñalándolo varias veces.